Tony Cittadino (Madrid).- El director técnico de Italia, Luciano Spalletti, ofreció este jueves la convocatoria de Italia para la Eurocopa Alemania 2024. El defensa Riccardo Calafiori es la gran novedad de un grupo integrado por 30 jugadores, pero que deberá reducirse a 26 el 6 de junio.
La selección italiana, que defenderá el título en la próxima Euro, se concentrará a partir del próximo viernes 31 en el Centro Técnico Federal de Coverciano. Allí comenzarán la preparación para el torneo en el que debutarán el sábado 15 de junio ante Albania.
— Nazionale Italiana ⭐️⭐️⭐️⭐️ (@Azzurri) May 23, 2024
Calafiori había sido convocado para unos módulos de trabajo en 2022 por el otrora técnico Roberto Mancini. Sin embargo, se espera que el defensa del Bologna pueda debutar en los amistosos y ser parte del grupo en Alemania, tras haber participado con la Sub21.
Del grupo, también destaca el segundo llamado Raou Bellanova, Michael Folorunsho y Nicolò Fagioli, quien regresa luego de cumplir la sanción por el tema de apuestas. Los dos primeros, había sido convocados para los amistosos del mes de marzo en Estados Unidos, ante Venezuela y Ecuador.
La nota de prensa de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), informó que luego del corte de 26 jugadores el jueves 6 de junio, está previsto que Italia viaje a Alemania el lunes 10. Allí tendrán su centro de concentración en la ciudad de Iserlohn y se hospedarán en el Hotel VierJahreszeiten.
Spalletti no podrá contar en la Euro con los jugadores Domenico Berardi y Nicolò Zaniolo por lesión, pero en el ataque convocó a Gianluca Scamacca y Riccardo Orsolini, quienes pudieran tomar su lugar. En tanto, el técnico no convocó a Manuel Locatelli, quien fue campeón en 2020.
Italia quedó en el grupo B y debutará el sábado 15 de junio ante Albania. Cinco días más tarde, es el clásico ante España y finalizarán la fase de grupos el lunes 24 frente a Croacia.
Los convocados
Porteros: Gianluigi Donnarumma (Paris Saint Germain), Alex Meret (Napoli), Ivan Provedel (Lazio), Guglielmo Vicario (Tottenham);
Defensas: Francesco Acerbi (Inter), Alessandro Bastoni (Inter), Raoul Bellanova (Torino), Alessandro Buongiorno (Torino), Riccardo Calafiori (Bologna), Andrea Cambiaso (Juventus), Matteo Darmian (Inter), Giovanni Di Lorenzo (Napoli), Federico Dimarco (Inter), Gianluca Mancini (Roma), Giorgio Scalvini (Atalanta);
Tony Cittadino (Madrid).- Lo que era un secreto a voces, se cumplió. Este jueves el Bologna confirmó que Thiago Motta dejará al club al final de temporada y todo parece indicar que será el próximo director técnico de la Juventus a partir de la próxima campaña.
Motta se reunió este jueves por la mañana con el presidente del Bologna, Joey Saputo, para comunicarle la decisión. El club agradeció al técnico el gran trabajo realizado en un comunicado y le deseó lo mejor en su futuro.
“En estos dos años, he conocido un técnico preparado y ganador. Le dio una identidad al equipo y un juego brillante. La hazaña de clasificar al equipo a la próxima Champions League, le permite a todos los jugadores y a él, entrar en la historia de nuestro club. Hubiera querido que permaneciera en el Bologna, pero no puedo más que agradecer a su staff y a él, por estas temporadas maravillosas. Le deseamos lo mejor para el futuro”, indicaba el texto.
Motta estuvo durante dos temporadas con el equipo rossoblù y, a falta de la última jornada de la Serie A de este fin de semana, dirigió un total de 125 partidos en todas las competiciones, con balance de 48 victorias, 33 empates y 44 derrotas.
En la pasada temporada terminó en el noveno lugar y en la actual zafra está en el tercer puesto. Esta mágica zafra le permitió al Bologna obtener la clasificación para la próxima temporada de la Liga de Campeones por primera vez en 60 años. No lo hacía desde la contienda 1964-1965.
Ahora se espera que la Juventus lo anuncie como su nuevo director técnico en las próximas semanas. La prensa italiana habla de que llegó a un acuerdo por dos temporadas y una opcional y un contrato cercano a los 3 millones y medio de euros al año.
La llegada de Motta a la Juve pudiera permitir el fichaje del defensa Riccardo Calafiori, quien es uno de los objetivos de mercado. Puede jugar como defensa central y lateral izquierdo y está catalogado como una de las joyas del calcio.
Tony Cittadino (Madrid).- Se acabó la sequía para el fútbol italiano en la Europa League. Ademola Lookman se encargó de regalarle a la Atalanta su primer título internacional y, el primero en este siglo para el calcio en esta competición, gracias a un triplete anotado en la gran final ante el Bayern Leverkusen, disputada en el Aviva Stadium de Dublín.
El equipo de Gian Piero Gasperini firmó una victoria contundente de tres goles por cero, para sumar su primer trofeo en Europa a su palmarés y romper el espectacular invicto del equipo alemán, que recientemente ganó su primera Bundesliga.
«Hemos hecho un partido magnífico y lo necesitábamos, contra un equipo de tanta calidad. Nunca he creído que un trofeo pudiera cambiar la racha que llevamos; hemos jugado tantos partidos como éste a lo largo de los años y no solo en esta temporada. Por supuesto que este trofeo lo destacará, pero a la Atalanta hay que juzgarla no sólo por esta temporada y sino por todo lo que hemos hecho», dijo Gasp en declaraciones reseñadas por el portal de la UEFA.
— Tony Cittadino 🇻🇪🇮🇹 (@TonyCittadinoTV) May 22, 2024
La histórica racha de juegos sin perder quedó en 51 partidos: 34 por Bundesliga, 12 por Europa League y cinco por la Copa de Alemania. En total, ganó 42 juegos y empató 9, antes de caer esta noche en Dublín.
«Seguro que duele. Pero tenemos que utilizar este dolor de forma positiva. Es excepcional lo que hemos conseguido y tenemos que estar orgullosos. Aprenderemos. Teníamos una gran oportunidad y pusimos todo de nuestra parte hoy, pero no salió como habíamos planeado. No estuvimos a nuestro mejor nivel: todos, yo incluido. Así que aprenderemos de hoy. Va a ser un reto cómo respondamos a la derrota y lidiemos con el dolor», dijo Alonso a la UEFA.
Todo fue justo mérito de un grupo consolidado y con el sello de Gasp, que también logró el primer título en 20 años de carrera. Antes de esta histórica noche, la Atalanta sólo había ganado la Coppa Italia en 1963.
El estratega llegó al club en 2016 y en ocho temporadas puso al club a soñar con cuartos de final en la Champions League, tres terceros lugares en el campeonato local y par de finales perdidas en la Coppa Italia, la más reciente la semana pasada ante la Juventus.
De acuerdo al estadista OptaPaolo, Gasperini (66 años y 177 días), es el entrenador de mayor edad en ganar una final en su primera oportunidad y el segundo italiano, luego de que Maurizio Sarri lo hiciera con el Chelsea en el 2019.
También fue el décimo trofeo para Italia, contando el torneo cuando se llamaba Copa UEFA. Los títulos anteriores fueron ganados en tres ocasiones por la Juventus (1977, 1990 y 1993), tres por el Inter (1991, 1994 y 1998), dos por el Parma (1995 y 1999) y uno por el Napoli (1989).
De esta forma, Italia quedó en el segundo lugar en títulos, escoltando a España, que tiene 14: Sevilla (7), Atlético de Madrid (3), Real Madrid (2), Valencia (1) y Villarreal (1).
El país de la bota tuvo un representante en la final por tercera vez en las últimas cinco campañas, luego de la derrota del Inter ante el Sevilla en 2020 (2-3) y de la Roma, también el año pasado contra el Sevilla (1-1, penales 1-4).
Fue el primer título de Italia en este siglo en la competición y el primero desde 1999, cuando el Parma venció al Marsella (3-0).
Con la magia de Lookman
La Atalanta jugó un primer tiempo casi perfecto. Dominó la posesión, presionó, creó ocasiones y anotó goles. El equipo de Gasp ya dominaba el marcador con claridad antes de la media hora de juego y con justo merecimiento.
El primer tanto llegó antes del primer cuarto de hora. Davide Zappacosta sirvió un centro desde la derecha y Lookman remató de zurda en el medio del área, para adelantar a la Dea a los 12 minutos. El atacante, que venía de ejecutar un tiro de esquina, se metió en el área para rematar libre de marca.
El segundo gol, llegó en la fracción 26. El nigeriano, que fue electo como el Jugador del Partido, volvió a ser determinante con un golazo. Encaró a la defensa desde la frontal del área y justo desde la medialuna, soltó un derechazo rastrero, con efecto y bien colocado, que terminó al fondo de la red.Según OptaPaolo, Lookman se convirtió en el primer jugador africano en anotar un doblete en una final europea en la máxima categoría. También es el segundo jugador en marcar un triplete con un equipo italiano, luego de Pierino Prati, quien anotó un hat-trick en el triunfo del Milan contra el Ajax de 4-1 en 1969.
La oncena de Gasp era superior y cortaba cualquier acción de juego del equipo de Xabi Alonso, que no conseguía los espacios, le costaba salir y perdía balones, por la presión del conjunto italiano.
El Leverkusen pudo descontar en el minuto 35, pero Álex Grimaldo falló en un mano a mano. Intentó picar el balón, pero no tuvo la suficiente potencia y el arquero Juan Musso atrapó el balón sin problemas.
La tónica no cambió en el segundo tiempo y Lookman sentenció el partido con un zurdazo cruzado al minuto 75, para firmar un triplete en una noche histórica en Dublín.
«Es una de las mejores noches de mi vida. Ha sido una actuación increíble del equipo. Lo hemos conseguido, es fantástico. Estoy feliz de haber ganado. Esta noche hemos hecho historia», dijo el delantero de 26 años.
El resultado, además, le permitirá a la Atalanta jugar la próxima edición de la Champions League y el calcio tendrá seis representantes: Inter (campeón), Milan, Bologna, Juventus, Atalanta y Roma. El quinto equipo de la tabla accede por el ranking de rendimiento Europeo y el sexto, la Roma, por el triunfo de la Atalanta.
¡Bérgamo e Italia están de fiesta! Ahora, es tiempo de celebrar. Luego, habrá tiempo para pensar en el rival de la Supercopa de Europa, que se jugará el miércoles 14 de agosto en el Estadio Nacional de Varsovia, en Polonia. La Dea espera por Borussia Dortmund o Real Madrid, que lucharán por la Liga de Campeones.
Tony Cittadino (Madrid).- Se sabía que la bomba iba a explotar en cualquier momento y, este viernes, detonó. O, mejor dicho, se confirmó. La Juventus informó el despido del director técnico Massimiliano Allegri, luego de un rendimiento por debajo del nivel del club en los últimos meses y los episodios de rabietas escenificadas en los minutos finales de la final de la Coppa Italia.
El segundo ciclo de Allegri fue polémico por los resultados de una Juve que tenía una plantilla competitiva, pero limitada al mismo tiempo y con un juego mediocre. El estratega se coronó campeón de la Coppa Italia el pasado miércoles ante la Atalanta, pero el show mostrado al quitarse la chaqueta, la corbata, tener declaraciones subidas de tono y presuntamente amenazar al director del periódico Tuttosport, no fueron aceptadas por la entidad bianconera.
“La Juventus anuncia que Massimiliano Allegri ha sido relevado de sus funciones como entrenador del primer equipo masculino.
La exoneración se produce tras determinados comportamientos durante y después de la final de la Coppa Italia, que el club consideró no compatibles con los valores de la Juventus y con el comportamiento que deben mantener quienes la representan.
Se pone fin a un periodo de colaboración, que comenzó en 2014, se reanudó en 2021 y finalizó tras las últimas 3 temporadas junto con la final de la Copa de Italia.
El club desea buena suerte a Massimiliano Allegri en sus futuros proyectos”, rezaba un escueto comunicado de la entidad italiana, que decidió no continuar con Max, a pesar de que le quedaba un año de contrato y que había regresado luego de un quinquenio exitoso.
Un ciclo de altibajos
Allegri tuvo que lidiar con problemas extra deportivos en la pasada campaña, al quedar fuera de las competiciones europeas por una sanción de 10 puntos. Luego, con las lesiones en la presente temporada y perder desde la pretemporada a Paul Pogba por doping. Llegó al mes de enero peleando el primer lugar al Inter, pero la segunda vuelta de la temporada fue catastrófica, bajando hasta el cuarto lugar de la tabla.
Aún así, pudo llevar al equipo a lograr los objetivos mínimos: clasificar a la próxima edición de la Champions League y ganar la décima quinta Coppa Italia del club. Además, la Vecchia Signora disputará la próxima edición del Mundial de Clubes de la FIFA en julio de 2025.
La copa nacional fue la quinta ganada por el técnico de 56 años, quien las ha logrado todas con la Juve, siendo el estratega más ganador de la historia de la competición. Lo hizo de manera consecutiva en las ediciones 2015, 2016, 2017 y 2018, durante el quinquenio de oro en el que perdió dos finales de Champions League ante Barcelona (2015) y Real Madrid (2017).
Los últimos dos partidos de la temporada serán dirigidos por un conocido de la casa, el ex defensa Paolo Montero. El uruguayo estuvo al frente de la Primavera (la categoría juvenil sub-19) y se espera que en los próximos días o semanas, se anuncie al próximo técnico que estará en el banquillo.
Los medios italianos dan por hecho un acuerdo por tres años con Thiago Motta, quien llevó al Bologna a la próxima edición de la Champions. Sin embargo, no se descarta el regreso de Antonio Conte.
Tony Cittadino (Madrid).- La victoria de la Juventus ante la Atalanta en la final de la Coppa Italia, dejó claros los emparejamientos del Final Four de la Supercoppa d’Italia 2024, que se jugará en Arabia Saudita en en 2025.
El formato enfrentará al campeón de la Serie A (Inter) y al segundo clasificado (Milan), contra el campéon de la Coppa Italia (Juventus) y al subcampeón del torneo (Atalanta).
De esta manera, el Inter, que acaba de sumar su scudetto 20 y su segunda estrella en la camisa, se medirá el viernes 3 de enero a la Atalanta de Giampiero Gasperini, que perdió la final de la Coppa Italia ante la Juve y el próximo miércoles 22 de mayo, jugará la final de la Europa League ante el Bayer Leverkusen.
En tanto, el sábado 4 de enero, la Juve estará retando al Milan. Los ganadores de ambos partidos, se enfrentarán en la final el martes 7 de enero.
El torneo se jugará también en enero, como ha sucedido en las últimas ediciones y no en agosto, como era costumbre, antes del inicio de la Serie A. Es posible que el formato a final única entre dos equipos regrese en la edición 2025-2026 pero dependerá del nuevo calendario internacional implementado para la Champions League y el Mundial de Clubes.
El ganador volverá a llevarse un premio de 7 millones de euros y el evento repartirá un total de 23 millones.
Lautaro volvió a ser determinante para el conjunto nerazzurro y terminó como el Jugador Más Valioso del juego.
Fue el octavo título para el Inter, con el que superó al Milan y se suma a las ediciones de 1989, 2005, 2006, 2008, 2010, 2021 y 2022.
Además el director técnico Simone Inzaghi ganó su quinta Supercoppa, siendo el máximo ganador del trofeo, para dejar atrás a dos técnicos míticos como Marcello Lippi y Fabio Capello. Antes se había titulado con la Lazio (2017 y 2019) y con el conjunto nerazzurro (2021, 2022 y 2023).
La Juventus es el equipo más ganador de la Supercoppa, al titularse en los años 1995, 1997, 2002, 2003, 2012, 2013, 2015, 2018 y 2020.
Tony Cittadino (Madrid).- Un gol de Dusan Vlahovic a los 4 minutos de juego, fue suficiente para que la Juventus venciera a la Atalanta un gol por cero en el estadio Olímpico de Roma, para ganar la décimo quinta Coppa Italia de su historia.
La edición 77 del tradicional trofeo nacional no decepcionó. Fue un partido emocionante, con opciones para ambos equipos, sobre todo en la segunda parte.
#CoppaItaliaFrecciarossa ⚽️🇮🇹 Así queda el albúm de oro de los ganadores de la Coppa Italia. La @juventusfc está en lo más alto con 15 trofeos.
Ecco l'albo d'oro dei vincitori della Coppa Italia. La Juve è in testa con 15 trofei. pic.twitter.com/0ff59r83eC
— Tony Cittadino 🇻🇪🇮🇹 (@TonyCittadinoTV) May 15, 2024
Además, fue la quinta para el técnico Max Allegri, quien las ha logrado todas con la Juve, siendo el estratega más ganador de la historia de la competición. Lo hizo de manera consecutiva en las ediciones 2015, 2016, 2017 y 2018, durante el quinquenio de oro en el que perdió dos finales de Champions League ante Barcelona (2015) y Real Madrid (2017).
Así el técnico de 56 años, dejó en el segundo lugar a Roberto Mancini, quien ganó dos con el Inter (2005 y 2006), una con la Fiorentina (2001) y otra con la Lazio (2004).
La Juve hizo daño en la primera oportunidad de gol. Vlahovic recibió un balón en profundidad de Andrea Cambiaso y definió en un mano a mano a los 4 minutos, para adelantar a la Juve en la final un gol por cero.
De acuerdo al estadista OptaPaolo, el delantero serbio es el tercer jugador de la Juve en anotar en dos ediciones de la Coppa Italia, tras haberlo hecho en 2022 ante el Inter. Los otros jugadores en hacerlo, fueron John Charles (1958-1959 y 1959-1960) y Savino Bellini (1937-19138 y 1941-1942).
El gol despertó a la Atalanta, que tomó el control del esférico y comenzó a presionar a una Juve bien parada. El equipo de Bérgamo estuvo cerca del empate a los 13 minutos, pero Bremer y Danilo llegaron a tiempo para cerrar el espacio a Mario Pasalic, quien remató flojo y apresurado.
El conjunto turinés comenzó a ganar metros en el campo a partir del primer cuarto de hora, con Weston McKennie y Adrien Rabiot cortando y creando juego, pero sin mayores éxitos. El control del juego pasaba con dominar el medio campo, en un partido que fue aumentando en intensidad y en faltas técnicas de ambas oncenas para cortar las acciones del rival.
La Atalanta tuvo otra ocasión clara al 45’ para empatar, pero el remate de Pasalic fue desviado por Federico Gatti. La primera parte terminó con el 57% de posesión de la Dea, ante una Vecchia Signora defendía con el cuchillo entre los dientes.
Emoción hasta el final
La Atalanta comenzó la segunda parte metiendo a la Juve en su área y al 51’ estuvo cerca del empate, pero el peligroso remate de Ademola Lookman fue desviado por Bremer y el balón de marchó cerca del vertical derecho.
La Juve volvió a quedarse a un paso de aumentar la ventaja al 63’, gracias a una acción combinada de Federico Chiesa y Vlahovic, pero el serbio remató flojo y cruzado ante el portero. Vlahovic volvió a marcar al 72’, al peinar un balón de cabeza, pero el tanto fue anulado por el VAR por un fuera de juego justísimo.
El partido se rompió en los últimos 15 minutos, porque la Atalanta se volcó al ataque y esos espacios trataban de ser aprovechados por la Juve. Lookman mandó otro aviso al 80’ con un remate de derecha a la base del vertical derecho.
La Vecchia Signora lo siguió intentando y ahora fue el turno de Fabio Miretti, quien estrelló un balón en el travesaño en el 84’.
El árbitro principal Fabio Maresca agregó seis minutos adicionales, pero el marcador no cambió a pesar de un remate de Éderson que paró Mattia Perin al 94’. Además, el principal expulsó a Allegri con roja directa, por reclamar una falta en el área en la jugada de Éderson.
Así la Juve ganó su único, pero, necesario título de la temporada, que podría darle un aire a Allegri en las intenciones de quedarse un año más y cumplir con el contrato. La oncena ya está clasificada para la próxima edición de la Champions League y el Mundial de Clubes de la FIFA 2025.
Por su parte, a la Atalanta todavía le queda una cita para poder celebrar. El próximo miércoles 22 jugará la final de la Europa League ante el Bayer Leverkusen.
Pero, una cosa es segura. Tanto la Juve, como la Dea, estarán en la próxima edición de la Supercoppa d’ Italia que se jugará en enero del próximo año en Arabia Saudita y en la que también se medirán al Inter y al Milan.
Tony Cittadino (Madrid).- Tres décadas han pasado desde que Ayrton Senna falleció en el Gran Premio de San Marino en Imola. El piloto brasileño fue un ícono durante su generación y considerado uno de los pilotos más completos de la Fórmula 1.
Su estilo de conducir agresivo y frío, le permitió vivir carreras memorables, con remontadas espectaculares y verdaderas exhibiciones bajo la lluvia. Iba siempre al límite, lo que garantizaba el espectáculo.
Logró 65 pole position, ganó 41 carreras y logró tres títulos mundiales (1988, 1990 y 1991). Se estrenó con la escudería Toleman en 1984, siendo compañero de equipo del piloto venezolano Johnny Cecotto. Luego pasó a Lotus (1985-1987) y terminó en la McLaren (1988-1993).
Fue un fin de semana muy raro y trágico en el Autódromo Enzo e Dino Ferrari. El viernes comenzó con las prácticas y el accidente del, para entonces, novato Rubens Barrichello al soltarse la suspensión trasera derecha y estrellarse en las protecciones de caucho cuando iba a 225 kilómetros por hora. El accidente no pasó a mayores, pero terminó con fractura en la nariz, en un brazo y en una costilla.
Luego llegó el lamentable episodio de la muerte de Roland Ratzenberger, durante las pruebas oficiales del sábado 30 de abril. El piloto austríaco perdió el control en una curva, con un accidente fatal y muy violento. A pesar de los esfuerzos por reanimarlo en la pista, no fue posible y perdió la vida en el Hospital Maggiore de Bologna.
En tanto, Senna miraba las terribles imágenes desde los boxes y su cara denotaba tristeza y preocupación. Se mostraba muy afectado y reflexivo. Quizás era el momento de suspender la carrera del día siguiente, pero no sucedió.
“El sábado, durante la cena, Frank Williams tenía dudas sobre si Senna estaría en la parrilla de salida. Yo estaba seguro de que él no quería correr”, dijo el periodista de Globo, Reginaldo Leme, en el documental Senna emitido por Netflix.
Tragedia en la pista
Senna, que había ganado en ese trazado en las ediciones de 1988, 1989 y 1991, iba al frente de la carrera el domingo, cuando la tragedia tocó la puerta en la séptima vuelta. El piloto de la Williams FW16 era escoltado por Michael Schumacher, pero un movimiento extraño en la dirección, presagió lo peor.
El brasileño se salió de la pista al entrar en la curva de Tamburello y, a pesar de bajar la velocidad de 306 a 211 kilómetros por hora, no pudo tener el control del auto. Se desprendió parte de la barra de la dirección (que había sido modificada previamente a pedido del piloto para estar más cómodo) y se estrelló de frente a la pared de hormigón.
“Aquella mañana cuando se despertó, le pidió a Dios que habla con él. Abrió la Biblia y leyó un pasaje que decía que Dios le daría el mayor de los regalos. Que era el propio Dios”, dijo Viviane Senna, en el documental Senna.
Parte de la barra atravesó el casco y el cráneo, quitándole la vida apenas a los 34 años. El impacto fue tan fuerte, que la rueda derecha delantera también le golpeó el casco y el carro quedó reducido a menos de la mitad.
“Parecía calmado. Levanté sus párpados y era obvio por sus pupilas que había sufrido una lesión cerebral grave. Le sacamos del casco y posamos en el suelo. Según lo hicimos, suspiró y, aunque no soy religioso, sentí su espíritu abandonar su cuerpo”, dijo el neurocirujano Sid Watkins, jefe del equipo médico de emergencia de la Fórmula 1 y encargado de hacerle a Senna una traqueotomía de emergencia, en el documental Senna.
Eran las 2:17 de la tarde en Italia. Senna fue llevado en helicóptero al Hospital Maggiore de Bologna, donde se le hicieron transfusiones de hasta cuatro litros de sangre, pero su vida se apagó instantáneamente, aunque fue anunciado a las 6:40 de la tarde.
“Todo el mundo estaba en silencio. Había una atmósfera muy extraña. Antes de ir al podio, le dije a Michael que fuera sin champán. Me preguntó cómo estaba Ayrton y le dije que parecía que no estaba bien. Esta fue la primera vez que vi que Michael era un chico diferente”, dijo Flavio Briatore, para entonces jefe de equipo de Benetton, en el documental de Schumacher emitido por Netflix.
La carrera se reanudó a las 2:55 de la tarde. Nadie sabía el estado de salud de Senna. “Schumi” terminó ganando, pero no había nada qué celebrar.
“Aún no te crees que haya podido ocurrir algo tan grave. No te lo crees. Dos horas después de la carrera, el señor Walkinshaw se me acercó y me dijo que la cosa pintaba mal. Yo le dije que estaba en coma y que eso no significaba que iba a morir. Luego vino alguien y me dijo que había fallecido”, recordó Schumacher en su documental.
El otrora piloto de Benetton y a la postre siete veces campeón de la Fórmula 1, agregó en el documental que fue una noticia difícil de asimilar.
“Teníamos tan poca información al respecto, que no sabíamos qué pensar. No me podía creer que estuviera muerto. Era incapaz de procesarlo y pensaba que él se iba a recuperar y sería el campeón. Quizás se pierda una o dos carreras, pero, luego, volverá. Lo peor, fueron las dos semanas siguientes, por el proceso de asimilar que había fallecido. Fue una locura”, explicó el legendario piloto alemán.
El juicio para analizar las experticias y determinar culpables, tardó 13 años y se publicaron cinco sentencias. Entre los imputados por homicidio involuntario se encontraban los jefes de Williams, Frank Williams y Patrick Head, el director técnico del equipo, Adrian Newey y el delegado de la FIA, Roland Bruynseraede, además de Federico Bendinelli y Giorgio Poggi de Sagis, encargados de la gestión de Ímola. Sin embargo, no hubo culpables.
Desde entonces, la Fórmula 1 se dedicó a realizar mejoras en los autos, enfocadas en dispositivos de seguridad. No sólo se introdujeron chicanas antes de las curvas para obligar a bajar la velocidad, sino también se implementó, por ejemplo, el HANS, el dispositivo tipo collarín que da soporte al cuello y la cabeza en caso de accidente o frenadas bruscas.
Despedida por todo lo alto
Dos días más tarde de su trágica muerte, se llevó el cuerpo a Brasil. En Sao Paulo fue homenajeado por un mar de gente, que se lanzó a las calles a darle el último adiós. Se estima que hubo cerca de 500 mil de personas en las calles.
De acuerdo a La Gazzetta dello Sport, tuvo que intervenir el presidente de Brasil, Itamar Franco, quien le pidió a su homólogo italiano, Oscar Luigi Scalfaro, que acelerara los procesos burocráticos para que el cuerpo fuera repatriado lo antes posible.
El mandatario italiano puso a disposición un avión del Estado, que llevó a Senna a París y, de allí, partió a Brasil en un vuelo de la compañía Varig. Ya en Brasil, se decretaron tres días de luto y se le rindieron los Honores de Estado.
Senna fue sepultado el 5 de mayo en el cementerio de Morumbi, en Sao Paulo.
Allí reposa el cuerpo de uno de los más grandes y queridos pilotos de Fórmula 1.
La frase
Roberto Baggio en su autobiografía Una Porta Nel Cielo (2001), considera que su penal fallado ante Brasil en la final del Mundial Estados Unidos 1994, fue, quizás, desviado por el mítico Senna, a quién la selección carioca le dedicó el triunfo con un paño que decía: “Senna, el tetracampeonato es nuestro”.
“Uno ve al centro de la portería, a media altura, sabiendo que el portero se lanzará al otro lado. Pero la pelota agarra otro destino, como llevada al cielo por una mano invisible, tres metros por encima del travesaño. Los brasileños dicen que fue el gran Ayrton Senna. Pero lo único que queda es el dolor, con el que tienes que aprender a vivir”.
Tony Cittadino (Madrid).- Fabio Capello es uno de los entrenadores italianos más exitosos y respetados. Su recorrido por el fútbol italiano y el español y estar al frente de selecciones como Inglaterra y Rusia, le ha permitido sumar una experiencia importante. Pero, aún así, está seguro que el jugador más fuerte que dirigió es el holandés Marco van Basten.
El técnico nacido en San Canzian d’Isonzo, Gorizia, el 18 de junio de 1946, no titubeó al momento de ser preguntado durante un compartir con los medios de comunicación en la terraza del Palacio de Cibeles en Madrid, donde el lunes pasado se realizó la gala de los Premios Laureus 2024.
“Puedo decirte 11”, nos dijo bromeando ante la pregunta de cuál era el jugador más fuerte en dirigir en sus 34 años como estratega. “El jugador más importante y espectacular ha sido van Basten. Pero, creo que también Batistuta y Trezeguet, pero siempre se habla de los delanteros, porque a todos nos gustan los goles”.
Sin embargo, Capello también agregó a la lista a dos históricos defensas del Milan, que tuvo la oportunidad de dirigir entre 1991 y 1996, en su primera etapa con el equipo rossonero.
“Pero siempre hablo también de dos jugadores importantísimos como Baresi y Maldini, porque ganaron títulos importantísimos por la personalidad y por el liderazgo que tenían en el equipo. Es importante tener liderazgo en el vestuario, poque te decían cómo se tenían que hacer las cosas”, explicó el técnico que con el Milan una Liga de Campeones (1993-1994), una Supercopa de Europa (1994), cuatro ligas italianas (1991-1992, 1992-1993, 1993-1994 y 1995-1996) y tres Supercoppa d’ Italia (1992, 1993 y 1994).
“Te voy a contar una cosa. Cuando estaba en los entrenamientos del Milan, llegaban todos juntos. Ninguno se quedaba detrás y todos entrenaban fuertes. Ese era el espíritu de esos jugadores, que habían nacido en la cantera y tenían el espíritu del Milan”, comentó quien también ganó como el club siendo jugador una Serie A (1978-1979) y una Coppa Italia (1976-1977).
Por su parte, Capello cree que la actual generación de la selección italiana está en buenas manos con Luciano Spalletti, pero debe crecer en intensidad de juego.
“No es fácil hablar de la selección italiana. Tenemos un buen entrenador que sabe qué hacer, pero faltan jugadores. Tenemos buen mediocampo, pero hace falta un poco de defensas y delanteros necesito un delantero centro, pero parece que los estamos encontrando. Para estar en la Eurocopa o en partidos internacionales, hay que tener mucha confianza. En este momento, intentamos tenerla, pero por la mitad del partido. Antes o después del descanso”.
Experiencia española
Capello tuvo dos etapas con el Real Madrid en España. La primera, fue en la temporada 1996-1997 y, la segunda, en la 2006-2007. Para entonces, en esta última ocasión, había salido de la Juventus por el escándalo de Calciopoli por el que se le fueron revocados los títulos ganados en las temporadas 2004-2005 y 2005-2006.
En ambas temporadas con el conjunto merengue, logó ganar la liga española y recuerda esa época con gratitud. “Esa última liga la ganamos con el corazón. Faltaban tres o cuatro partidos, no recuerdo. Ya habíamos echado a Ronaldo y le dije a mis jugadores que teníamos los mismos valores del Barsa y que había que jugar todos los partidos como una final”, recordó.
Durante la charla con los medios, recordó que en el último juego de esa temporada en casa ante el Mallorca, tuvo que llamarle la atención al equipo. “Los jugadores internacionales jugaban con un miedo como niños. No sabían tocar. Fallaban todo. En el vestuario, yo normalmente hablaba de pie y ellos sentados, pero esa vez me senté al lado de Roberto Carlos y les dije que le habíamos recuperado nueve puntos al Barsa y que no quería regalar la liga. Que salieran a jugar duro, como en el entrenamiento y ganamos 3-1”.
A propósito de esa anécdota, indicó que en el vestuario hay que saber hablar a los jugadores. “Muchas veces con un regaño, o tranquilo, o diciendo algunas cosas. Esa vez tenía que hablar psicológicamente. Somos fuertes. Hemos hecho un milagro y vamos a ganar el título”, explicó.
Con respecto a los jugadores brasileños, dijo que el único con el que tuvo problemas fue con Ronaldo. “Dirigí a muchos. Cafú, Aldair y estuvo muy bien. Nunca encontré problemas. Encontré problemas con el más grande, el mejor, el más gordo, con Ronaldo. No quería entrenar y no quería bajar de peso”, dijo entre risas.
Tony Cittadino (Madrid).- No cualquiera puede darse el gusto, o el privilegio, de rechazar a la Ferrari. Giacomo Agostini, fue uno de ellos. La leyenda del motociclismo mundial tuvo en sus manos la posibilidad de correr en la Fórmula 1 con la escudería italiana, pero su amor por las motos prevaleció a la hora de tomar la decisión y se mantuvo fiel como un caballero.
Agostini nació en Brescia el 16 de junio de 1942 y es el máximo ganador en la historia del motociclismo, con 15 campeonatos. El estelar ex piloto compartió con la prensa en una jornada para los medios de comunicación, organizada por los premios Laureus que se entregaron en Madrid el pasado lunes 22.
“Conocí a Enzo Ferrari, porque tanto en moto, como en Fórmula 1, se corría en Monza. Después de ganar tres o cuatro campeonatos, Enzo me dijo que probara el carro y después que lo hice, me dijo que había uno para mí. No dormí durante tres o cuatro noches pensando, pero luego dije, desde que nací lo mío son las motos y las dos ruedas me han dado mucho y son campeón del mundo. Me han dado alegrías y quise ser fiel, así que cuando hablé con Ferrari le dije que no y me dijo que admiraba mi decisión y que era justo que fuese así”, recordó.
Su pasión por las motos comenzó cuando su padre le regaló una Bianchi Aquilotto 50, para que pudiera a la escuela. Años más tarde, tuvo que engañar a su padre para que le firmara la licencia federativa para conducir, porque consideraba que manejar moto era peligroso. Al momento de hacerlo ante el notario, no se percató que hubo un error de interpretación de bicicleta, en lugar de motocicleta.
Así comenzó a meterse en cuanta pista y torneo fuese posible, con notable éxito. Estuvo activo desde 1964 a bordo de Morini (siendo suplente del corredor británico Mike Hailwood, quien se convirtió en su mentor), hasta a 1977 con Yamaha, teniendo un dominio absoluto, cuando todavía se podía correr en dos categorías. Tiene el récord de 123 victorias (en 223 carreras) logradas con MV Agusta, Yamaha y Suzuki y 15 títulos, cuando todavía se podía correr en dos categorías en simultáneo.
En 350cc ganó siete (1968, 1969, 1970, 1971, 1972, 1973 y 1974) y en 500cc logró ocho (1966, 1967, 1968, 1969, 1970, 1971, 1972 y 1975). Además, ganó todas las carreras en 1968.
“No pensaba en ganar 15 mundiales, porque pensaba en ganar una carrera. Después, dos. Luego, el campeonato italiano. Ganar el campeonato del mundo es importante, pero son todos importantes. El primer campeonato que gané en 1966 en la categoría 500cc en Monza, delante de mi público fue especial, porque vivo allí”, dijo la leyenda italiana.
“Fue una alegría increíble, pero me di cuenta el día después que era campeón del mundo, porque el día de la victoria estaba tan emocionado y tan confundido, que no sabía ni lo que había hecho, ni dónde estaba. Al día siguiente, leyendo el periódico y viendo la televisión en mi casa, fue que me di cuenta que era campeón y fue increíble, porque yo pensaba era en ganar una carrera”.
Pura pasión
Su primera carrera fue en el Gran Premio de las Naciones de 1963, en la categoría 250cc. Su primera victoria llegó dos años más tarde en 1965 en 350cc y, su último triunfo, también fue en Alemania, pero en los 500cc en 1976.
“La emoción de la primera y la última carrera son bellísimas, pero la última es un poco triste, porque sabes que es el final de tu carrera, pero con la primera, sabes que tienes toda una carrera por delante”.
En 1967 tuvo una batalla memorable con Hailwood en una de las temporadas más dramáticas jamás vistas en la historia del Gran Premio. En la prueba de 500cc, la competición se redujo a la última carrera en Canadá después de que los dos intercambiaron victorias durante toda la temporada. Hailwood ganó en Canadá para empatar a puntos con Giacomo. Cada corredor obtuvo cinco victorias, por lo que todo quedó en segundo lugar, con Giacomo llevándose el título con tres segundos frente a dos de Hailwood.
“Al ser campeón del mundo, lo eres de todo el mundo y es un gran placer y una gran satisfacción. Cada título es una gran emoción, sea el primero o el último. Tengo que dar gracias a quien me dio este don de la naturaleza y a quien me dio las motos para ganar, así como los que trabajaron conmigo. Fue una carrera fantástica. También gané 18 campeonatos italianos, 10 tour trophy y estuve en lo más alto del podio 313 veces. Son cosas que te llenan de orgullo y felicidad”.
En 1974, Giacomo sorprendió al mundo de las carreras cuando se pasó a Yamaha. Ese año, además de ganar la prestigiosa Daytona 200, la principal carrera motociclista estadounidense, también ganó su séptimo Campeonato del Mundo de 350 cc, pero lesiones y problemas mecánicos obstaculizaron su desafío en 500 cc. Sin embargo, regresó en 1975 para ganar el Campeonato del Mundo de 500cc por octava vez, su último título mundial.
La última victoria de su carrera llegó en 1976 en Nurburgring, el circuito alemán donde ganó su primer Gran Premio en 1965.
Estuvo en Venezuela
La versatilidad de Agostini y, una vez consagrado en las motos, le llevó también a probar suerte en otras categorías. De 1975 a 1977 corrió en la Fórmula 750, pasando de la moto a los carros. En 1976 estuvo en Venezuela con Yamaha en la categoría 750cc en el Autódromo Internacional de San Carlos. Para entonces, las pruebas recibidas en nuestro país fueron la segunda y la tercera del calendario. Agostini terminó en el primer lugar en una y en el segundo en la otra.
“Tengo un gran recuerdo de cuando fui a Venezuela hace muchos años, con la escudería de Ippolito. También conocía Johnny Ceccotto, quien después se convirtió en campeón del mundo”, recordó con palabras de agradecimiento.
“Recuerdo sobre todo que fue un recibimiento fantástico. La gente me esperaba y fue un gran placer, un gran honor. Fui tratado como un príncipe”, agregó quien en 1979 continuó en las pistas, pero en la Fórmula 1 Británica y en 1980 se retiró.
“Sé que hay muchos italianos en Venezuela y me gustaría volver otra vez. Sé que la política allí es muy difícil, pero esperemos un día poder volver, antes de que termine mi carrera, añadió.
Dos años más tarde, fue director del equipo Yamaha y guió al neozelandés Graeme Crosby al título. También llevó al estadounidense Eddie Lawson a tres Campeonatos del Mundo de 500cc en 1984, 1986 y 1988.
“Sería una villano si me lamento, porque gané todo. Fui campeón del mundo, gané muchísimo, tuve muchas alegrías y satisfacciones y no puedo pretender más”, reflexionó al ser consultado acerca de si quedó satisfecho con su carrera.
Tras la marcha de Hailwood a Honda, se convirtió en el piloto número uno de MV y respondió ganando su primer Campeonato del Mundo de 500cc en 1966. Este fue el primero de siete títulos consecutivos de 500cc que ganó de 1966 a 1972. También ganó el Campeonato del Mundo de 350cc. y se tituló siete veces entre 1968 y 1974.
Una carrera tan dilatada y exitosa, le llevó a coleccionar centenares de trofeos y accesorios que decidió organizar y sacarle provecho para verlos mejor, conservarlos y que sus fanáticos puedan disfrutarlos. Es por ello, que en su casa tiene un museo con todos sus trofeos y una vez al mes permite el acceso a los fanáticos.
Las visitas se realizan en grupos de ocho, con una reserva previa y, además, se podrá cenar con él. Hay más de 300 objetos que integran una rica colección, que incluye trofeos, cascos, guantes, bragas, medallas y, por supuesto, motos.
Cuestión de gustos
Agostini representa a esa vieja escuela de pilotos, en los que predominaba más el talento nato y las condiciones, antes que la tecnología. Obviamente los avances son necesarios para evolucionar, pero él considera que se ha ido perdiendo la magia.
“Hoy hay tanta tecnología y el mundo ha cambiado. Antes éramos una familia. Compartíamos y comíamos juntos, hacíamos fiestas juntos. El paddock era más unido. Hoy los equipos son más grandes, con mucha más gente. El equipo más grande, tenía siete u ocho mecánicos. Hoy hay entre 25 y 30, así que ya no es tanto una familia y, además, hay mucha tecnología, por lo que prefiero darle más responsabilidad al piloto”.
Considera que el que esté al frente de la moto es quién debe demostrar sus habilidades conduciendo. “Que sea el piloto el que gane y no la tecnología, no los cauchos y no los frenos. Hoy vemos como un piloto puede ganar o perder por los neumáticos o porque la puesta a punta de la moto no es correcta por la tecnología. Por eso, tendríamos que parar un poco y darle más responsabilidad al piloto”.
La adrenalina de estar en la moto a gran velocidad y girar las curvas con un ángulo de inclinación de hasta 60 grados, puede hacer que se corra peligro por caídas aparatosas. El carácter agresivo de Agostini en las motos, le llevó a dominarla por completo.
“Sí, en algún momento tuve episodios de miedo, pero es tanta la pasión y el amor por las dos ruedas, que no piensas en eso. Quizás el miedo te viene después, cuando te das cuenta y dices cómo he hecho esto o aquello. Pero puedo decir que fui muy atento y afortunado en mi carrera, para ser preciso y controlar todo para evitar caídas, porque en esos tiempos eran durísimas”.
El tiempo ha pasado y la humildad de Agostini, demuestra que es un caballero de la vieja escuela en todo su esplendor. No busca mayor reconocimiento, pero si tuviera que ser recordado por algo específico, quisiera que fuera como el más ganador.
“Quiero ser recordado por lo que hice. Mucha gente ha admirado lo que hice y estoy feliz por eso. Siempre tuve cerca a mi público, porque es justo darle el reconocimiento a la gente que te ha querido. Que sea recordado como Giacomo Agostini, el que ganó muchísimo”.
Tony Cittadino (Madrid).- Cafú es uno de los mejores laterales derechos del fútbol mundial. Una leyenda, que ha sido considerada por la prensa y por sus colegas como un especialista en su rol. El brasileño vivió la mejor etapa de su carrera en Italia, recordando con agradecimiento su paso por la Roma y con el Milan.
El zaguero fue uno de los embajadores presentes en la edición 25 de los Premios Laureus, que se celebraron el pasado lunes en el Palacio de Cibeles en Madrid. El domingo compartió con la prensa, en una jornada en la que fue uno de los deportistas más buscados junto a Alessandro Del Piero y Ruud Gullit.
“El fútbol italiano ha vuelto a ser competitivo y a darle miedo a todos. El año que viene tendrán cinco equipos en Champions o seis en competiciones internacionales y esto es bueno para el fútbol general y también para ellos”.
“Pendolino” jugó en la Roma de 1997 hasta el 2003, disputando 219 partidos y anotando ocho goles en todas las competiciones. Allí ganó la Serie A en la temporada 2000-2001 y la Supercopa de Italia 2001, bajo las órdenes de Fabio Capello.
Luego pasó al Milan, donde ganó todo entre 2003 y 2007. Tuvo la oportunidad de jugar en uno de los Milan más poderosos, que fue dirigido por Carlo Ancelotti y en el que compartió en el campo con figuras como Dida, Paolo Maldini, Genaro Gattuso, Andrea Pirlo y Filippo Inzaghi.
“El recuerdo de Ancelotti como entrenador es bellísimo. No sólo tuve a Ancelotti como entrenador, sino como un padre y un amigo, como una persona que entiende el fútbol y fue un placer ser dirigido por él”, dijo el zaguero que vistió la camiseta rossonera en 165 partidos y anotando cuatro dianas.
Con el Milan se tituló campeón de Italia en la campaña 2003-2004 y la Supercopa da Italia 2004. También alzó una Champions League (2007), dos Supercopa de Europa (2003 y 2007) y un Mundial de Clubes (2007).
Capitán eterno
Cafú fue el último capitán que alzó una Copa del Mundo con Brasil. Fue en el Mundial de Corea y Japón 2002, torneo en el que la canarinha disputó su tercera final consecutiva tras las ediciones de Estados Unidos 1994 y Francia 1998.
“Siempre es gratificante ver ese momento. No es fácil jugar un Mundial y tampoco es fácil llegar a la final y saber que llegaste a tres finales consecutivas es una emoción muy grade. Hacerlo como capitán es todavía más emocionante y más bello. Además ser el representante de tu país entre tantas millones de personas para alzar la Copa, es bellísimo”, recordó el jugador que tiene el récord de presencias con 143.
Esa selección de Brasil fue dirigida por Luiz Felipe Scolari y contaban con estrellas de la talla de Roberto Carlos, Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho.
Con esa plantilla plagada de estrellas ganaron su quinto Mundial, gracias a un doblete de Ronaldo. El “Fenómeno” marcó en los minutos 67 y 79, para finalizar como el mejor goleador del torneo. Fue Bota de Oro con ocho dianas.
“Ronaldo no era fuerte, era el fenómeno. Hacía justicia a ese apodo del fenómeno, porque era un jugador extraordinario”, dijo Cafú entre risas, recordando los tiempos dorados de la oncena brasileña.