Así fueron todas las finales de Argentina en la Copa del Mundo de la FIFA

Tony Cittadino (Madrid).- Argentina y Francia disputarán este domingo la vigésima segunda final de la Copa del Mundo de la FIFA. La Albiceleste buscará su tercera estrella en su sexta final, tras participar en las ediciones de 1930, 1978, 1986, 1990 y 2014.

Los suramericanos ganaron su primer Mundial en la edición en la que fueron anfitriones en 1978, siendo el quinto país organizador en quedarse con el título, luego de Uruguay en 1930, Italia en 1934, Inglaterra en 1966 y Alemania en 1974.

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La otra estrella la sumaron en México 1986 de la mano de Diego Armando Maradona. Desde entonces, jugaron ante Alemania en Italia 1990 y Brasil 2014, con triunfos para los europeos.

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Este domingo, Lionel Messi buscará romper el maleficio y ganar un Mundial que, por su rendimiento, parece destinado a terminar en la vitrina de Argentina.

Esta será la final número 11 de las 22 del Mundial que tiene a una selección suramericana y otra europea. De momento, la ventaja es para Conmebol con siete victorias (Brasil 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002, Argentina 1978 y 1986) y tres derrotas (Alemania 1990 y 2014 y Francia 1998).

A continuación, recordamos todas las finales jugadas por la Albiceleste en la Copa del Mundo.

Uruguay 1930, Uruguay 4-2 Argentina

La primera final de la Copa del Mundo se disputó el 30 de junio de 1930 en el Estadio Centenario, Montevideo. Uruguay venció a Argentina cuatro goles por dos, gracias a tantos de Pablo Dorado (12′), José Pedro Cea (57′), Victoriano Santos Iriarte (68′) y Héctor Castro (89′).

Así los charrúas fueron la primera selección en ganar el Mundial y también la primera en ganar todos sus partidos.

Por la Albiceleste, descontaron Carlos Desiderio Peucelle (20′) y Guillermo Stábile (37′), quien finalizó como máximo anotador del torneo con ocho dianas.

El árbitro principal fue el belga Jean Langenus y la asistencia fue de 68 mil 346 espectadores.

Argentina 1978, Países Bajos 1-3 Argentina (tiempo extra)

Argentina logró su primera Copa del Mundo de la mano del «Matador» Mario Alberto Kempes. La Albiceleste se impuso a Países Bajos tres goles por uno en tiempo extra, en partido celebrado a reventar en el Estadio Monumental de Buenos Aires.

Kempes, que terminó como máximo anotador de la Copa con seis tantos, abrió el marcador a los 38 minutos. La respuesta holandesa llegó al 82, con tanto de Dirk Nanninga para forzar el tiempo extra.

Ya en el tiempo adicional, Argentina se encargó de sentenciar el duelo con tantos de Kempes al 105 y Ricardo Bertoni al 115.

Así fue el quinto país organizador en quedarse con el título, luego de Uruguay en 1930, Italia en 1934, Inglaterra en 1966 y Alemania en 1974.

Por su parte, Países Bajos se convirtió en la primera selección en perder dos Mundiales consecutivos.

El juego fue pitado por el italiano Sergio Gonella y se disputó el 25 de junio de 1978.

El «Flaco» César Luis Menotti le ganó el duelo táctico a Ernst Happel.

México 1986, Argentina 3-2 Alemania Federal

El Mundial de Diego Armando Maradona no podía terminar sin el título. El astro argentino llevó a la Albiceleste al bicampeonato, al derrotar a Alemania Federal tres golees por dos en el Estadio Azteca ante 144 mil 600 personas.

El 29 de junio de 1986 quedó escrito en letras doradas para lus suramericanos, que se impusieron con tantos de José Luis Brown (23′), Jorge Valdano (55′) y Jorge Burruchaga (83′). Por Alemania, habían anotado Karl Rummenigge (73′) y Rudi Voller Anotado en el minuto (80′), pero no fue suficiente para detener a la Albiceleste.

El encuentro fue pitado por el principal brasileño Romualdo Arppi Filho.

Italia 1990, Argentina 0-1 Alemania Federal

La venganza teutona llegó cuatro años más tarde. Alemania Federal le ganó por la mínima diferencia a Argentina, con tanto de penal de Andreas Brehme en el minuto 85.

El árbitro mexicano Edgardo Codesal fue el encargado de pitar el polémico penal en el estadio Olímpico de Roma ante 73 mil 603 espectadores, que minutos más tarde vio a Alemania convertirse en tricampeón del mundo.

Brasil 2014, Alemania 1-0 Argentina (tiempo extra)

Alemania y Argentina se enfrentaron por tercera vez en la historia, luego de las ediciones de 1986 y 1990. Esta vez, el escenario fue el 13 de julio de 2014 en el mítico Estadio Maracaná en Río de Janeiro y Mario Gotze definió el encuentro con un gol en el minuto 113 de la prórroga, para darle a Alemania su cuarto título mundial.

Así los teutones igualaron a Italia como tetracampeones y fueron los primeros europeos en ganar en el continente americano. Además, frustraron el sueño de Lionel Messi de ganar con Argentina.

El juego fue pitado por el italiano Nicola Rizzoli y tuvo una asistencia de 74.738 personas.

Fotos: Getty Images y FIFA.

Qatar 2022: Francia acabó con el sueño de Marruecos y el domingo defenderá el título ante Argentina

EFE.- Francia jugará la final del Mundial de Qatar, la cuarta de su historia, la primera contra Argentina, tras haber logrado derribar el fortín marroquí con un gol de Theo Hernández a los 5 minutos y aguantar mal que bien el acoso africano hasta que llegó la puntilla de Randal Kolo-Mouani en el 79.

La alegría de la victoria lo puede todo. Qatar presenciará el duelo entre Leo Messi y Kylian Mbappé, las dos estrella del PSG, enemigos el próximo domingo con la tercera estrella para cada selección como recompensa.

No habrá finalista africano, como soñaba todo un continente, ni árabe, en el primer Mundial organizado en un país árabe. Tras caer ante la campeona del mundo, los «leones del Atlas», que han roto muchas barreras, tendrán que conformarse con buscar el podio el próximo sábado contra la subcampeona, Croacia.

La victoria, que permitirá a Francia optar a revalidar el título conseguido hace cuatro años, algo que nadie ha hecho desde el Brasil de los 60, no puede ocultar las carencias defensivas de la campeona, puesta en jaque por un equipo que no destaca por su potencia ofensiva. Ni que su estrella, Kylian Mbappé, parece menos estrella desde hace dos partidos.

El tempranero gol de Theo cambió los papeles repartidos a priori, los franceses defendiendo y Marruecos a la ofensiva, donde no se le había visto hasta ahora.

La mejor manera de derribar un fortín es obligarle a salir de sus casillas. En 5 minutos, Theo Hernández logró lo que no habían conseguido hasta ahora reputados equipos como Bélgica, Croacia, España o Portugal.

Ni muchos más, porque el tanto fue el primero que un rival lograba en las mallas marroquíes desde que en agosto pasado Walid Regragui se hiciera con las riendas de la selección y el segundo que encaja Bono, tras el que le metió, en propia puerta, Aguerd contra Canadá.

Como hace cuatro años en Rusia, la solución francesa llegó de la mano de un defensa. Entonces, ante Bélgica, fue Samuel Umtiti quien se vistió de goleador para dar a Francia el pase a la final y ahora fue Theo Hernández, un jugador que llegó con la vitola de suplente y que fue propulsado a titular por la lesión de su hermano Lucas. Otra muestra de que el destino se escribe con renglones torcidos.

Como el gol, nacido de un desajuste defensivo de la zaga más sólida, un resbalón de En Yamiq, un mal despeje de Hakimi, un remate acrobático de Theo y Bono sin recursos. Todo lo que hasta ahora había rodado a la perfección para Marruecos se derribó en un instante frente al empuje francés. La confianza, que mueve montañas, dirán unos.

Lo más difícil ya estaba hecho para la campeona. El asediado obligado a salir de su fortín, el plan perfecto para Didier Deschamps que se había rebanado los sesos para fisurar la muralla y que se encontraba con una grieta al poco de empezar.

Ofensiva africana

Obligado a reaccionar, los «leones del Atlas» se lanzaron a la aventura para sacar los colores a la zaga francesa, puesta en evidencia por Ounahi en el 11, salvada por Lloris, y en cinco más tarde por Konaté.

Mal augurio para lo que restaba al partido y para la final que se avecina contra las huestes de Lionel Messi. Francia está incómoda defendiendo, incluso con el ataque alocado de Marruecos y eso lo olió el equipo, que trató de recobrar las riendas del juego, la mejor forma de no sufrir agobios.

En la estirada, Giroud demostró que no era su mejor noche y falló dos ocasiones buenas, en el 37 a pase de Tchouaméni, algo desviada, y tres más tarde a pase de Mbappé, que superó a su amigo Hakimi pero el disparo lo saca bajo palos El-Yamiq.

El defensa marroquí del Valladolid tuvo el empate en sus pies en el 44 en una chilena tras un córner que entre Lloris y el palo evitaron que acabara en gol.

Espoleados por esa esperanza, los «leones del Atlas» creyeron en la gesta, en remontar ante la campeona, obligada ahora a achicar agua, los papeles cambiados, el asediador asediado.

Marruecos acarició el gol, lo intentó En-Nesyri, su mejor argumento anotador en Mundiales, lo procuró Ounahi, a pase de Ziyech, e incluso Hakimi se sumó a la fiesta. Pero no hubo nada que festejar.

Trató de darle brío Regregui a su equipo desde el banquillo, pero fue la salida de Marcus Thuram la que permitió respirar a Francia, que llevó el juego al otro área, la mejor receta para no sufrir.

Griezmann, que durante muchos minutos se afanaba en taponar las vías de agua de su zaga, agarró el timón para enderezar el rumbo de la campeona, que seguía padeciendo cada vez que un marroquí se lanzaba al ataque. El sudor corría por la frente de Deschamps cuando Hamdallah casi se planta solo ante Lloris.

Pero el sosiego no llegó hasta que en el 79 Kolo Mouani se aprovechó de una jugada de Mbappé, medio disparo, medio asistencia, para derrocar la fortaleza de Bono.

Ni un minuto hacía que, en lugar de un desdibujado Dembelé, había entrado el delantero del Eintracht Frankfurt, el último en incorporarse a la aventura mundialista por la lesión de Christian Nkunku. De nuevo los renglones torcidos.

El gol acalló a la ruidosa grada. Marruecos había soñado con estar en lo más alto y tendrá que conformarse con haber sido la africana que más lejos ha llegado, la árabe que mantuvo el orgullo más tiempo en el Mundial árabe.

Pero no fue suficiente para evitar que el título se lo jueguen dos naciones que figuraban entre las favoritas antes incluso de empezar el torneo. Marruecos ya ha escrito su historia. Francia y Argentina, buscarán la suya.

Foto: EFE

Messi: “Sabíamos que no éramos los máximos candidatos, pero no le íbamos a regalar nada a nadie”

Tony Cittadino (Madrid).- Lionel Messi anotó un gol y dio una asistencia en la victoria de Argentina ante Croacia de tres por cero en el Lusail Stadium, que le permitió a la Albiceleste avanzar a su segunda final en tres Mundiales.

En este encuentro, el astro argentino se llevó dos récords más. Llegó a 11 goles con la selección, quedando como el máximo anotador de todos los tiempos al superar a Gabriel Omar Batistuta.

Además el 10 igualó al alemán Lothar Matthäus con más juegos disputados en la Copa del Mundo con 25. El domingo, de mantenerse sano y jugar, también tendrá la marca de más duelos jugados en un Mundial con 26.

“Me siento bien, con lo mejor para afrontar cada partido. No fue nada fácil, llegamos cansados pero el grupo volvió a sacar fuerza e hicimos un partido muy serio”, dijo en la rueda de prensa luego del partido ante los croatas en declaraciones reseñadas por el departamento de prensa de la AFA.

Messi también destacó la fortaleza del grupo para alcanzar la final, tras dejar en el camino a Australia en octavos, a Países Bajos en cuartos y a Croacia en la semifinal.

“Sabíamos que no éramos los máximos candidatos, pero no le íbamos a regalar nada a nadie. Fuimos demostrándolo partido a partido. Este grupo es muy inteligente, sabe leer los momentos de cada partido. Lo dijo Scaloni: sabe sufrir cuando tiene que sufrir y tener la pelota cuando hay que tenerla”.

Además aplaudió la labor del cuerpo técnico. “Tenemos un cuerpo técnico muy bueno, que no deja nada al azar. La lectura que hacen de cada partido después sucede. No nos desesperábamos cuando teníamos que correr de un lado para el otro, sabíamos que la posesión era su fuerte”.

El delantero de 35 años no ocultó la emoción que quedar a un paso de ganar su primer Mundial, el mismo que se le escapó en Brasil 2014 ante Alemania.

“Hemos pasado situaciones duras, otras muy buenas. Hoy vivimos algo espectacular. Estoy disfrutando con toda esta gente y con todos los argentinos que están en nuestro país. Me imagino que debe ser todo una locura. Siento muchas cosas, es muy emocionante ver todo esto. Ver a la gente, a la familia durante todo el Mundial fue algo increíble. Vamos por el último partido, que era lo que queríamos”, dijo el atacante que finalizó nuevamente por cuarta vez en el Mundial como el Mejor Jugador del Partido.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Argentina goleó a Croacia y buscará su tercera estrella en la final

EFE.-  En el primer tiempo, en siete minutos, de contragolpe, con dos golpes, Julián Álvarez provocó un penal, marcó un gol y desató a Argentina, que devoró a Croacia en un instante, desfigurada por todo lo que había planeado en la pizarra Lionel Scaloni y ejecutaron en el momento justo Lionel Messi y compañía para irrumpir en la final de Qatar 2022. La Albiceleste se impuso 3-0 y confirmó que la ambición del Nº10, de un futbolista único, va más allá, a la copa, a la eternidad, también en el Mundial.

El delantero del Manchester City aún marcó también el 3-0 superada la hora del duelo, porque Argentina, este martes, no fue simplemente Messi, el autor del 1-0 de penal o cuya acción en el tercer gol fue tremenda, con la forma con la que desbordó al defensor que había centrado toda la atracción en este Mundial, Gvardiol. Tampoco fue sólo Julián Álvarez.

Fue más allá. La ‘Albiceleste’ funcionó como un equipo, tan preciado como es eso en el fútbol, contra uno de los bloques más consistentes del planeta, al que desactivó de una forma incontestable, inimaginable en las alturas de una competición tan igualada, para sostener después su ventaja, consciente de que todo lo que había planificado ya estaba hecho. En la final del Mundial, a la que regresa ocho años después, Francia o Marruecos.

Un partido práctico, solvente, concreto y rotundo, que surgió en la mente de Scaloni planteó una emboscada a Croacia. Tan medida, en unos parámetros tan exhaustivos, que no lo intuyó su adversario. Ni siquiera Modric. Fue perceptible. Atento en su medio campo, reforzado con la entrada de Paredes, Argentina sabía que tendría su ocasión, que en el fútbol que propone por el centro el conjunto croata surgiría el momento que le daría el recorrido y el espacio suficiente adelante con el que noquear a su oponente. Con celeridad.

Mientras Croacia jugó, precisó con la pelota, no cometió ningún error, jamás sintió lo que se le venía encima. Parecía que estaba jugando incluso a lo que quería. Que su proposición le permitía tener el encuentro controlado. Ni mucho menos. Una expresión ficticia sobre el terreno. La realidad la comprobó en cuanto se sumergió en el primer fallo. En un mal pase. En cuanto activó todo el plan de Scaloni; en cuanto Messi y compañía lo devoraron.

Cierto es que no tiró a portería hasta el minuto 25, cuando lo propuso Enzo Fernández desde lejos, o que el penal sancionado por Daniele Orsato admite matices, incluso dudas, según la perspectiva desde la que se divise cómo chocó Julián Álvarez con Livakovic, en el duelo individual que había concedido de forma temeraria la defensa croata, con un espacio inconcebible para un semifinalista. También increíble para Argentina. Una invitación al gol.

La pena máxima, discutida y discutible, la transformó Messi, como siempre. Ni siquiera el desafío de tener enfrente a un guardameta espléndido en la destreza de los once metros achicó la determinación del ’10’. Su potente zurdazo fue imparable. Para él. Y para cualquiera. Era el minuto 34. Emiliano ‘Dibu’ Martínez ni miró, girado hacia su portería, en la que tampoco había tenido -ni tuvo después- apenas inquietudes, salvo algún tramo puntual.

Argentina no dudó

El principio del fin para Croacia, que, cuando se enteró de la vorágine en la que él mismo se había metido, ya tenía el encuentro medio perdido. O del todo. En un instante, cuatro minutos, Julián Álvarez surgió de nuevo al contrataque (de una falta lateral a favor de Croacia), para conducir, conducir y conducir desde su propio territorio. Su fe pudo más que el fútbol, afortunado en dos rebotes que lo pusieron delante de Livakovic. Gol. El 2-0.

Ya sobre el terreno, pero aún en los próximos días, Croacia dará vueltas en la búsqueda de una explicación muy simple a tanta desdicha: la efectiva visión de Scaloni para indagar, descubrir e incidir en el detalle justo, en el momento justo, en el lugar justo. No necesitó ni siquiera la versión entonces más desbordante de Messi, aunque sí la disfrutó después, sobrepasada la hora de partido, en el 3-0 que le transmitió a Gvardiol que es un jugador imparable, hasta para él. Que aún necesita mucho más para contener a un astro como él.

Lo encaró, lo giró y lo desbordó. Su posterior pase atrás (la asistencia que lo convierte también en el mejor de la historia de los Mundiales en esa estadística de Argentina) para el remate de Julián Álvarez dictó la sentencia definitiva: la Albiceleste jugará la final del domingo, con la convicción de que tiene las mismas opciones que su oponente, sea quien sea, para ser campeón. O incluso más, porque tiene a Messi. Y eso son palabras mayores.

El ’10’ desea la Copa del Mundo. Ni récords individuales, como ser el jugador con más partidos ya de la historia de la competición junto a Matthäus, con 25. Ni elogios mundiales. Ni haber rebasado a Diego Armando Maradona en encuentros en el torneo. Ni haber alcanzado a Gabriel Batistuta como goleador. Ni nada más que ser el campeón el próximo domingo en el mismo estadio en el que este martes agrandó de nuevo a su Argentina.

Porque la ‘Albiceleste’ actual no habría llegado hasta aquí, ni se lo habría planteado de verdad, de no tener en sus filas a un futbolista único, extraordinario, al servicio de un país que ha descubierto también el carácter y la pasión del Nº10 en Qatar 2022, donde se ha multiplicado hasta el infinito y más allá con la camiseta argentina en la conquista del planeta de una vez por todas, para gritar a todos, bien alto, que puede y debe ganarlo todo.

Ya lo tiene a la vista. Es el domingo. No hay más. Contra Francia o Marruecos. En la final. ‘Su’ final. Porque ya no habrá mañana para él en el Mundial. Es el todo o nada. Porque, a sus 35 años, el torneo en 2026 aparece tan borroso que es imperceptible para él. Una presión, un aliciente, la oportunidad que ha rebuscado durante una década y media, desde que en 2006, en Alemania, debutó un chico de 18 años, a punto de cumplir 19, para hacer historia.

No tendrá tal ocasión Luka Modric. Jamás ganará un Mundial. Pero ha dirigido hasta lugares impensables a la selección de croata, la subcampeona de 2018, la semifinalista de 2022, porque en su misma ruta no sólo estaba Messi, sino también Argentina y Julián Álvarez.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Adidas y la FIFA presentaron el balón de la final, el Al Hilm

Prensa FIFA.- Este domingo, adidas ha presentado Al Hilm, el balón oficial de las semifinales y la final de la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022.

Al Hilm, que en árabe significa «el sueño», toma el relevo del que ha sido hasta el momento el balón oficial de la competición, Al Rihla (en árabe, «el viaje»).

La pelota presenta los últimos avances en diseño de balones y la misma tecnología vinculada de adidas que contenía Al Rihla y que durante este Mundial ha ayudado enormemente a los árbitros a adoptar decisiones con más rapidez y acierto.

Junto con los datos de posición de los jugadores, esta innovación ofrece al equipo arbitral de vídeo información al instante para optimizar la toma de decisiones y contribuir a que los aficionados disfruten del juego con menos interrupciones. La nueva tecnología combina la inteligencia artificial con los datos que proporciona la unidad de medición inercial (IMU, por sus siglas en inglés) situada en el centro del balón.

Como está vinculada al sistema semi automatizado para la detección del fuera de juego, permite comprobar el momento exacto en el que se juega la pelota en situaciones muy ajustadas de posición antirreglamentaria.

Johannes Holzmüller, director de la Subdivisión de Innovación Tecnológica del Fútbol de la FIFA, ha declarado: «Con el desarrollo de la tecnología vinculada del balón, adidas ha hecho posible que el equipo arbitral de vídeo disponga de un nuevo nivel de información muy importante. Los datos que proporciona la pelota abren la puerta a una nueva forma de comprender y narrar las jugadas excepcionales de este Mundial».

Además, el diseño está pensado al milímetro para respetar el medio ambiente. Todos sus componentes se han analizado concienzudamente, hasta el punto de que Al Hilm es el primer balón de las semifinales y la final del Mundial fabricado exclusivamente con tintas y pegamentos de base acuosa.

El fondo dorado y los sutiles motivos triangulares se inspiran en los desiertos que rodean la ciudad de Doha, el color del trofeo de la Copa Mundial de la FIFA y el estampado de la bandera de Qatar.

«El brillo de Al Hilm iluminará el poder que tiene el deporte en general y el fútbol en particular para unir al mundo. Millones de personas sintonizarán con la competición desde casi todo los países del planeta, unidas en su pasión por el fútbol. Deseamos la mejor de las suertes a todas las selecciones que participarán en las últimas rondas de la competición, pues estarán compitiendo en el mayor escenario del fútbol», comentó Nick Craggs, director general de la División de Fútbol de adidas.

Foto: Prensa FIFA

Qatar 2022: Francia despachó a Inglaterra y está entre los cuatro mejores del Mundial

René Tovar (ESPN).- Hacer pronósticos y afirmaciones en el Mundial de Qatar 2022 ha sido temerario. Las crónicas de los partidos han tenido que cambiar en los últimos momentos. Esta noche, en el frío escenario del Al Bayt, podría asegurarse que Francia está lista para jugar la final de la Copa del Mundo. La lógica así lo indica, las sorpresas dictan otra historia.

Pregúntenle a Harry Kane; echó a las nubes a Inglaterra del Mundial.

Argumentos convincentes ofrecen los galos. Un ataque letal de cuatro toques congeló a los ingleses. Theo Hernández, Mbappe, Dembele, Griezmann y finalmente Tchouameni dejó descansar el balón en la red, para no andarlo paseando más en el área inglesa. Un botón de poder.

Según la estadística, la posesión del balón fue inglesa, pero la única llegada de Francia la convirtió en la primera mitad. Aquí se gana con goles. Francia los hizo, Inglaterra los desperdició y los primeros avanzan a la semifinal, donde enfrentará a la sorpresiva selección de Marruecos. Si la lógica no le saca la lengua a los pronósticos, debe encaminarse a la Final de la justa de Medio Oriente.

Inglaterra propuso las bases del juego de principio a fin. Los de Kylian Mbappé se diferencian porque son veneno puro en ataque, atingentes, apenas mueven el balón desde el mediocampo, hay peligro, por eso Inglaterra se adueñó del mismo. Le quitó lo que más aprecia Francia: el balón.

Curioso, pero Hugo Lloris, el jugador que menospreció la prensa internacional al devaluarlo como la debilidad gala, respondió en la portería. Si acaso algún perdido periodista piensa que el meta del Tottenham iba a cederles la razón se equivocó, al menos hasta antes del gol inglés que frente a su insistencia fin cedió la defensiva gala y cometió un penalti a Saka, el mejor de los ingleses, para que Harry Kane por fin hiciera gritar gol a sus miles de aficionados desde los once pasos.

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El movimiento de Inglaterra en el tablero fue acertado. Sin duda. El problema es que Francia se había mantenido con un perfil bajo que tras el empate, apenas iniciado el segundo tiempo, inyectó una fuerte dosis al astro Kylian Mbappe. El hambre de ir por más y sepultar de una vez por todas las aspiraciones inglesas, aunque él no lo logró, de eso se encargó Harry Kane.

Por momentos, el juego aparentó que la calidad individual de Francia es petulante. El desgaste sin duda lo hace Inglaterra. Bukayo Saka tomó el liderazgo. Inglaterra peleó, luchó, corrió, metió pierna, pero no acertó. La diferencia es Francia que toca, toca y toca y cuidado si Mbappé la agarra, porque entonces a rezar toda la isla porque con su velocidad a todos dejó a pie.

Sin embargo, no fue Kylian el encargado de enviar a Inglaterra a casa. Dos factores: la combinación de Griezmann y Olivier Giroud dio resultado. Los galos mataron justo con la dosis que Inglaterra gusta: El balón aéreo. Antoine lo puso por izquierda a la cabeza de Giroud que sólo giró y sacudió la red.

La segunda: Lo que sucedió minutos después que sintetizó el réquiem para Inglaterra. Harry Keane ejecutó un penal y el balón lo envió a las nubes, como las esperanzas de una Inglaterra que luchó, luchó y luchó, pero nunca aterrizó su dominio en el marcador.

Francia es semifinalista. Nadie apuesta por la victoria sobre Marruecos ¿o si?

Qatar 2022: Marruecos liquidó a Portugal y es el primer africano en la semifinal de un Mundial

Rafa Ramos (ESPN).- Marruecos sigue desmitificando a los gigantes europeos. Con la zalea humeante aún de España, este sábado colgó en el zoco de Marrakesch la de Portugal. Pisa Semifinales en Qatar 2022, y aguarda a su víctima… ¿o su verdugo?, de entre Francia e Inglaterra.

Marruecos se impone 1-0, en un Estadio Al-Thumama ataviado con ese sedoso, espectacular, estruendoso, vibrante seductor terciopelo rojo de miles de cabezas y gargantas, tan llenas de rabia y de esperanza, como sus emisarios de la cancha.

Una versión distinta de la que humilló a los juglares de Luis Enrique. Sólo en lo táctico, no en ese corazón generoso, espumoso de rabia, de testosterona, de sangre, de genes, dispuesto a la lucha extrema. Y así, sentenció a Portugal, con la versión satelital marroquí de Youssef En Nesyri, gravitando y cabeceando donde se pensaba que sólo podía levitar Cristiano Ronaldo, para el 1-0.

Marruecos le perdió el respeto a Portugal, paenas cuando había terminado su hazaña ante España. Y sorprendió a Fernando Santos y su tropa. Graznido arbitral de por medio, y los africanos salieron con la túnica de la supuesta víctima, para someter al supuesto victimario. Pero todo ocurrió al revés.

Por eso los identifican como los Leones del Atlas, porque son más grandes, más feroces, con más testosterona y más furia, que sus habituales versiones.

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Sin perder el orden natural, de un equipo que hace de la resistencia y la respuesta inmediata su mejor armamento, de inmediato pudo contra la pared a los portugueses. No necesitó de agobios personales, ni de asfixias personales. Mantuvo eficientemente el trabajo de zonas, y de repente, Portugal jugó bajo neblina: ni espacios ni senderos.

Marruecos liquidó

Mientras de la tribuna bajaban los estruendos, los aullidos, los tambores, como si aquello fuera un escenario ritual de una nación, los jugadores marroquís se asentaban, tomaban el control, a veces de manera aseada y a veces de manera atropellada.

Incluso, en esa libertad que encuentra Joao Félix en su selección, en un acto libertador a como le montan grilletes en su equipo, el Atlético de Madrid, Marruecos lo dejó operar, pero los esfuerzos por acercarse con Bruno Fernandes, no eran abortados por una idea específica, sino por la rabiosa persecución zonal de los marroquíes.

Apenas un par de acercamientos de Portugal, mientras su adversario pasaba del control a la confianza absoluta, consiguiendo alianzas en espacios cortos, para después profundizar. Es así como llega el 1-0, con la capacidad de poblar costados y despoblar de marcas el área.

Es así que al ’42, en embestida por izquierda, se genera la ventaja, contaminada, además por una pésima salida del arquero Diogo Costa. Servicio al área, Youssef En Nesyri se eleva, irónicamente, a las estratósferas donde sólo Cristiano Ronaldo se atreve, y clava el frentazo.

Si el infierno es rojo, el cielo marroquí debe serlo también, o al menos su sucursal en el Estadio Al-Thumama. La marabunta escarlata desata un bufido ensordecedor, multidecibélico, reverberando, convulsionando brutalmente cada milímetro de l aseada y colorada epidermis del escenario. Nadie puede objetarle a la población itinerante de la sorpresa y la festividad, que es el carnaval magnífico de todos los que han pisado tierras qataríes durante este mundial. Y sí, Marruecos sí juega con 12.

Portugal termina con todos los síntomas de un embarazo no deseado: cólicos, vómitos, y urgencia por refugiarse en el vestidor, buscando la solución para detener a ese Tsunami verdirrojo, que no cede, que no reposa, que no se cansa, que no claudica. Y llega, el remanso del medio tiempo.

Ya en el regreso, Fernando Santos esconde la obviedad de sus cartas, bajo un bluff casi obsceno, Demora el ingreso de Cristiano Ronaldo, cuando era ya urgente destrabar la alarma contra incendios y sacar del reclusorio maldito de la banca al maldito bicho de as hazañas.

Y ocurre. El ingreso de CR7 desestabiliza momentáneamente a Marruecos. Mientras emerge el plan para la contingencia, por un acto de supervivencia, por instinto de conservación, empiezan a colgarse de Cristiano los dos jugadores más cercanos.

Y la ecuación se completa. Marruecos elige defender la ventaja, la plaza frágil del 1-0, mientras Portugal, con semejantes libertades, retoma el futbol que por momentos había insinuado en esta Copa del Mundo.

Pero, mientras Bono hace recorridos exactos de su área, fildea con eficiencia cada balón que sobrevuela con facha de misil, parece inexplicable tanta burocracia por parte de los portugueses para tratar de encontrar al único jugador que podía cambiarles el desnlace negro de su novela rosa.

Sólo había posibilidad de dos interpretaciones: o de repente se volvieron pésimos futbolistas y pésimos abastecedores, o de plano hay un boicot, consciente o inconsciente para meter la pelota a la zona de alto voltaje de Cristiano. Si tienes un tipo que gravita a los tres metros de altura y no eres capaz de buscarlo, caben todas las sospechas y las deducciones.

Al minuto 82. Marruecos ya no apuesta por el segundo gol. Monta su propia fortaleza, colosal, gigantes, de adobe, como la de Ait Ben-Haddou, allá por Quarzazate, al sur de Marrakesch. Agota los cambios: piernas frescas, pulmones enteros, corazones impetuosos.

¿Y El Bicho? Vacunado por la múltiple marca y la ineficiencia de sus compañeros o el boicot de sus asociados.

Y así Marruecos sigue derrumbando a los Goliats europeos. Con su Jugador Número 12. España y el glamour de Luis Enrique, y Portugal, con la sofisticación neutralizada de CR7.

Foto: FIFA

Qatar 2002: Messi apunta al mal arbitraje de Matheu Lahoz y celebra la victoria de Argentina

ESPN.- Lionel Messi afirmó este viernes que el árbitro español Antonio Matheu Lahoz «no estuvo a la altura del partido» en el choque de cuartos de final ante Países Bajos, en el que la selección Argentina terminó avanzando a semis tras la tanda de definición por penales.

«No quiero hablar del árbitro, porque te sancionan, no podés decir lo que pensás. La FIFA tiene que reveer eso (sic), no puede ponerlo en una instancia así, que el árbitro no esté a la altura», sostuvo, entre emocionado y enojado.

«La gente vio lo que fue, teníamos miedo antes del partido porque sabíamos lo que era», sentenció el 10, otra vez en referencia al español.

Por otra parte, Leo destacó la intensidad que está teniendo el equipo a lo largo del Mundial.

«Demostramos partido a partido que sabemos jugar con la misma intensidad, ganas. Salimos a buscar al rival siempre, entendemos los momentos del partido. Cuando se puede jugar, jugamos y, sino, corremos todos. Estamos todos muy ilusionados y necesitábamos esta alegría para la gente», sostuvo.

Más capitán que nunca, el  argentino se animó a cuestionar al entrenador del rival de este viernes, Louis van Gaal: «Vende que juega al fútbol pero metió gente alta y empezó a tirar pelotazos».

En cuanto a sus sentimientos personales por este triunfo, marcó: «Mucha alegría, desahogo, no era para que vayamos a alargue ni penales. Sufrimos demasiado, son cuartos de final del Mundial y supimos sufrir cuando nos tocó. Lo más lindo lo vivimos ahora, es impresionante».

La Albiceleste jugará contra Croacia las semifinales de Qatar 2022, el próximo martes y Messi no esquivó contestar sobre ese rival.

«Croacia es un equipo que viene trabajando con el mismo técnico hace mucho tiempo y por eso están acá. Va a ser una semifinal y será difícil. Es un oponente muy duro». alertó.

Foto: Prensa AFA

Qatar 2022: Argentina avanzó a semifinales tras vencer a Países Bajos en un partido de infarto

EFE.- Tuvo que ser el acierto del meta Dibu Martínez en la tanda de penales, rubricados por un último tanto de Lautaro Martínez, el que completara el trabajo iniciado por Lionel Messi, frustrado después por un doblete de Wout Weghorst cuando el partido agonizaba, el que terminara por sellar la clasificación para las semifinales de Qatar 2022 de Argentina, que solo desde los once metros pudo dejar de nuevo en el camino a Países Bajos.

La historia se repitió ocho años después. De la misma forma, con similar desenlace, al que se llegó tras una meritoria reacción oranje que resucitó en el momento menos pensado. Murió en la orilla el equipo de Louis Van Gaal que mantiene su condición de invicto con el balón en juego pero que no pudo sellar su ansiada revancha.

Se salvó por los pelos la Albiceleste, que tuvo el partido ganado, la clasificación en el bolsillo pero que se vio condenado a un tiempo extra abierto, sin dueño, y a unos penales que recuperaron el ánimo de los sudamericanos gracias a la inspiración de su portero que detuvo los dos primeros tiros oranje, y prolongaron su sueño de alcanzar la copa.

Hasta la reacción europea, en el tramo final, a la desesperada, había sido otra exhibición de Leo Messi, una más, plasmada con una asistencia y un gol de penales, el cuarto en Qatar y el décimo en los Mundiales, la que llevaba a Argentina hacia las semifinales de la competición. Pero Países Bajos renació en los últimos minutos, cuando igualó Wout Weghorst, un cambio a la desesperada de Van Gaal con el partido en plena ebullición.

No falló Messi, que igualó a Gabriel Batistuta como el máximo anotador en Mundiales, y tampoco Argentina. Falló Brasil que frustró el esperado clásico sudamericano. La Albiceleste hizo lo suyo, lo que se esperaba. Y jugará frente a Croacia en el penúltimo escalón, en el preámbulo de una final soñada y ante la frustración de Van Gaal que encajó su primera derrota.

No entiende de revanchas Leo Messi, que obligó a dejar para otra ocasión las cuentas pendientes que tiene guardadas Países Bajos. Puede dar la sensación de no estar, de transitar por zonas sin influencia en el juego y, de pronto, tirar de su inagotable repertorio y encontrar cualquier genialidad que condicione un partido.

Va a lo suyo el rosarino que con su capitanía ante el conjunto europeo superó a Diego Armando Maradona. En su decimoséptimo encuentro con el brazalete en el brazo en los Mundiales -uno más que el Pelusa- dio un paso más hacia su gran objetivo, hacia un anhelo que tiene entre ceja y ceja en plena cuenta atrás de su carrera.

A dos partidos de la deseada copa situó Messi a Argentina que se acomodó por sexta vez en la semifinal de un Campeonato del Mundo. Un buen síntoma para la Albiceleste. que siempre que atravesó los cuartos llegó a la final.

Apenas sucedían cosas en el césped de Lusail que tenía cara contra cara a dos adversarios demasiado conscientes de lo que tenían en juego. De que era un todo o nada. Un hola y adiós entre dos potencias reputadas en la competición que han convertido sus duelos en momentos históricos.

El más reciente, el que no olvida Van Gaal, el de Brasil 2014 que terminó decidido por los lanzamientos de penales para Argentina, que alcanzó la final que perdió frente Alemania. Fue la penúltima gran frustración de Messi con su selección, aferrado ahora a Qatar como un momento único.

El favoritismo concedido a Argentina fue pasado por alto por Louis Van Gaal. Al menos, en la puesta en escena. Fue una declaración de intenciones del técnico que llegó a Lusail con diecinueve encuentros seguidos sin perder, once en los Mundiales. El preparador de más edad de Qatar 2022 situó de inicio a Steven Bergwijn, más ofensivo que su compañero del Ajax Davy Klaasen, titular frente Estados Unidos que se quedó en el banco.

Sin embargo, llamó la atención el cambio de sistema de Lionel Scaloni, aliviado con la presencia de Rodrigo de Paul, que había encendido las alarmas horas antes por una molestia muscular que llenó de incertidumbre su participación en el partido. Por cinco atrás apostó el seleccionador albiceleste con la inclusión entre Nicolás Otamendi y Cristian Romero de Lisandro Martínez. Más recorrido para las alas, para Nahuel Molina por la derecha y Marcos Acuña por la izquierda.

Una puesta en escena de pizarrón. Del preparador más joven de la competición, Lionel Scaloni, con el más veterano, Louis van Gaal, que se dejó su excelente racha ante Argentina. Diecinueve encuentros sin perder llevaba el neerlandés. Once en Copa del Mundo. Hasta aquí.

De la intrascendencia apareció un disparo de Messi desde fuera del área, muy alto y un disparo posterior de Rodrigo De Paul, inocente, a la media hora, que alteraron la monotonía y precedieron al gol inventado por el capitán albiceleste. En línea de tres cuartos, manejo de balón y pase imposible hacia Nahuel Molina. No falló el lateral del Atlético Madrid, que batió a Andries Noppert.

Aumentó la tensión

No había noticias del ataque oranje. Ni del prometedor Cody Gakpo ni de Memphis Depay. Tampoco pasó buenos ratos Frankie De Jong, sin relevancia en el centro. Por eso agitó el equipo Van Gaal con movimientos desde el banco. Tiró de Teun Koopmeiners y de Steven Berghuis en busca de más profundidad y más velocidad con la pelota.

La salida al campo de Luuk De Jong fue un síntoma de desesperación neerlandesa. Cambió de fórmula. Un juego más directo, balones al área. Pero Argentina sacaba petróleo de cada acción. En un regate de Marcos Acuña en un lateral del área, Denzel Dumfries arrastró un pie de su rival. El penalti lo ejecutó Messi. Esta vez no falló.

Cuarto gol para el rosarino, el décimo en los Mundiales que le iguala con Gabriel Batistuta como los máximos anotadores argentinos en la historia de la competición.

Se aferró van Gaal a Wout Weghorst, su última opción. Más madera dentro del área. Revivió la Oranje con el ariete del Besiktas, que ya había visto una amarilla mientras estaba en el banco, cuando llevó a la red un centro desde la derecha de Steven Berghuis. Y llevo al límite a Argentina con el empate en una falta ensayada al borde del área sacada por Teun Koopmeiners.

Pero apareció Dibu Martínez, en la tanda final, para sostener a Argentina, prolongar su sueño y frustrar la venganza de van Gaal.

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Qatar 2022: Tite confirmó su salida de Brasil: “Es una derrota dolorosa”

EFE.- Adenor Leonardo Bacchi, ‘Tite’, seleccionador de Brasil, que cayó por segunda vez consecutiva en un Mundial antes de semifinales, ratificó en conferencia de prensa que acaba su ciclo al frente de la Canarinha, este viernes 9 de diciembre de 2022.

“Es una derrota dolorosa, pero estoy en paz conmigo mismo y es el fin del ciclo”, comentó Tite, quien recordó que ya lo había dicho hace más de año y medio: “No soy un tipo de dos palabras. No estaba jugando para ganar y luego haciendo drama para quedarme, quien me conoce lo sabe”, declaró el seleccionador brasileño, quien apuntó que “todo fue un proceso, la Copa (del Mundo) anterior fue un proceso de recuperación de la formación del equipo y ahora ha tenido toda una etapa”.

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Justificó su salida rápida del césped tras la tanda porque no se acostumbra a quedar en el campo: “Soy un tipo más reservado. Ni en la victoria, ni en la derrota. ¿Me has visto celebrar otras veces cuando ganamos? Es un poco de estilo. Pero seguro que saben lo orgulloso que estoy del trabajo realizado, del compromiso, eso seguro”.

Sobre cómo ha sido su etapa al frente de la Canarinha, Tite dijo que “el tiempo responderá. No estoy en condiciones de evaluar todo el trabajo realizado. Con el tiempo se hará. No tengo esa habilidad ahora después de una eliminación”, indicó.

Explicó que Neymar iba a tirar el quinto y último penalti (no llegó a hacerlo) porque es “el jugador que tiene más calidad y mentalidad y sabe manejar mejor la presión” y consideró que el empate de Croacia, poco antes del final de la prórroga no se debió a una desorganización de su equipo.

“No estoy de acuerdo con la desorganización. Estábamos en una acción ofensiva, poniendo hombres delante, y se rompió la jugada. En ese ir y venir un balón fue al otro lado, se logró reaccionar y cerrar el centro, pero el balón, volvió, remató el jugador, rozó en el defensa y entró”, indicó.

También argumentó los motivos y los cambios realizados: “Tienes un jugador de calidad técnica e individual, que es Rodrygo. Hay un campo lateral e individual, que es Antony. Pedro para el ataque. Alex Sandro entró por Militao que tenía un calambre. Desgaste del Paquetá. Todos dieron lo debido, pero entiendo todas las críticas”, comentó.

Tite, por otro lado, recordó que ante Corea del Sur tuvieron una gran efectividad en la primera parte y consiguieron cuatro goles, pero que en este encuentro crearon “un volumen muy grande de ocasiones” pero no las aprovecharon porque además “su mejor jugador fue el portero”.

Envió además un mensaje a la afición brasileña: “Compartimos la alegría, compartimos la tristeza. Nadie más que nosotros quería dar esa alegría. Lo sentimos, con nuestras familias, con nosotros mismos”.

Foto: EFE