Mundial de Clubes: La fase de grupos fue sorteada y regalará duelos interesantes

Prensa FIFA.- Todo listo, todo preparado. El Mundial de Clubes FIFA tiene a sus 32 clasificados distribuidos en ocho grupos que competirán por el sueño de conquistar el gran torneo del 2025 en el que los mejores equipos del mundo se verán las caras en Estados Unidos.

A partir del domingo 15 de junio, con el partido inaugural que tendrá como protagonista al Inter Miami, los mejores clubes de mundo buscarán llegar a la final, el domingo 13 de julio.

Los doce estadios que albergarán el Mundial de Clubes de la FIFA 2025 han sido confirmados mientras equipos de todo el mundo se preparan para viajar a Estados Unidos.

Luego del sorteo realizado el 5 de diciembre del 2024, en Miami, quedaron definidos los ocho grupos. Los dos mejores de cada zona avanzarán a los octavos de final del torneo, en lo que será una fase de partidos únicos hasta la final y en la que no habrá partido por el tercer puesto.

El torneo comenzará y terminará en el Estadio MetLife de Nueva Jersey, donde justo un año después se disputará también la final de la Copa Mundial de la FIFA 2026.

Las otras once sedes del torneo son el Estadio Mercedes-Benz (Atlanta), el Estadio Bank of America (Charlotte), el Estadio TQL (Cincinnati), el Estadio Rose Bowl (Pasadena), el Estadio Hard Rock (Miami), el GEODIS Park (Nashville), el Estadio Camping World (Orlando), el Estadio Inter&Co (Orlando), el Lincoln Financial Field (Filadelfia), el Lumen Field (Seattle) y el Audi Field (Washington, D.C.).

Los grupos para la primera ronda serán los siguientes:

GRUPO A

SE Palmeiras (Brasil)

FC Porto (Portugal)

Al Ahly FC (Egipto)

Inter Miami CF (Estados Unidos)

 

GRUPO B

Paris Saint-Germain (Francia)

Atlético de Madrid (España)

Botafogo (Brasil)

Seattle Sounders FC (Estados Unidos)

 

GRUPO C

FC Bayern München (ALE)

Auckland City FC (NZL)

CA Boca Juniors (ARG)

SL Benfica (POR)

 

GRUPO D

CR Flamengo (Brasil)

Espérance Sportive de Tunisie (Túnez)

Chelsea FC (Inglaterra)

Club León (México)

 

GRUPO E

CA River Plate (Argentina)

Urawa Red Diamonds (Japón)

CF Monterrey (México)

FC Internazionale Milano (Italia)

 

GRUPO F

Fluminense FC (Brasil)

Borussia Dortmund (Alemania)

Ulsan HD (República de Corea)

Mamelodi Sundowns FC (Sudáfrica)

 

GRUPO G

Manchester City (Inglaterra)

Wydad AC (Marruecos)

Al Ain FC (Emiratos Árabes Unidos)

Juventus FC (Italia)

 

GRUPO H

Real Madrid C. F. (España)

Al Hilal (Arabia Saudí)

CF Pachuca (México)

FC Salzburg (Austria)

 

Foto: Prensa FIFA

 

El Chelsea disputará la final del Mundial de Clubes

MARCA.- Un gol del belga Romelu Lukaku a la media hora, propiciado por un error defensivo del Al Hilal saudí, llevó al triunfo al Chelsea ante el campeón asiático (0-1) y a la final del Mundial de Clubes.

Será el segundo intento del conjunto londinense de proclamarse campeón del mundo después del fallido de hace diez años, cuando fue superado por el Corinthians brasileño. Fue aquél un duro revés para la entidad inglesa. Esa derrota fue la única vez que un campeón europeo no consiguió el trofeo en las últimas catorce ediciones.

El Chelsea buscará el título ante el Palmeiras brasileño en la final del sábado, que alcanzó con menos solvencia de la esperada frente un rival inferior que no se dio por vencido hasta el final.

De hecho, en la segunda parte puso en aprietos la meta del español Kepa Arrizabalaga a pesar de que el equipo de Leonardo Jardim acusó falta de talento en los metros finales para cuestionar la victoria de su rival

TRIUNFO

Al Chelsea le bastó con aprovechar los errores del cuadro saudí. El gol llegó así. Un centro desde la izquierda de Kai Havertz al punto de penalti fue mal despejado por Yasir Al Shahrani, que dejó la pelota en los pies de Romelu Lukaku, solo ante el portero y que no tuvo dificultad alguna desde el área pequeña para llevala a la red.

No le hizo falta más al cuadro de Thomas Tuchel. Permitió que el Al Hilal llevara la iniciativa y tuviera más el balón, que al final se perdía en acciones sin peligro.

Puso más ímpetu el campeón asiático en la segunda parte, pero no inquietó al Chelsea. Matheus Pereira remató en buena posición a falta de un cuarto de hora, pero su tiro se marchó desviado. El resto de acometidas del conjunto saudí fueron solventadas por Kepa sin dificultad.

El triunfo del Chelsea no peligró y cerró el compromiso con una esperada victoria para cumplir y situarse en la final por el título.

 

Foto: Marca.

Palmeiras avanzó a la final del Mundial de Clubes

Palmeiras

Simón Escudero | AS.com.- Palmeiras volvió al Mundial de Clubes después del triste recuerdo de hace un año cuando cayó derrotado por la mínima, 1-0, frente a Tigres. Una nueva oportunidad se presentaba para el Verdao en este certamen para olvidar aquel encuentro y, sin duda, no desaprovechó la ocasión para llevarse la victoria. El conjunto brasileño se mete en la final al ganar 2-0 al Al-Ahly y su rival saldrá del partido entre Al Hilal y Chelsea.

La semifinal entre los brasileños y los egipcios comenzó con el guion esperado por todos. Palmeiras no tardó en hacerse con el control del balón y Al-Ahly plasmó dos líneas defensivas muy juntas y sin dejar apenas espacios. El enfrentamiento entre ambos no encontró ocasiones durante la primera media hora de juego donde se vio al Verdao tranquilo y sin mostrar ningún tipo de nervios ante la poca presencia en la portería rival. Entró en juego la experiencia de los jugadores para ir cansando al oponente y, sobre todo, para encontrar fisuras en el muro defensivo. Esa oportunidad se presentó en el 40′ cuando Dudu le regaló el gol a Raphael Veiga

El brasileño recibió sin oposición y definió con un disparo cruzado ante la mirada de Aly Lotfi. La jugada no fue anulada debido a Rabia que no tiró bien el fuera de juego. El gol de Veiga fue el primero del Palmeiras en un Mundial de Clubes después de dos participaciones. El Verdao se fue con premio al descanso y, sobre todo, sintiéndose superiores. Por su parte, los Pitso Mosimane no reaccionaron al gol recibido en los minutos finales de la primera mitad y ni amagaron en ir a por el empate antes de acudir al vestuario. Dio la sensación que se conformaban con el resultado.

La vuelta del vestuario fue positiva para Palmeiras. Dudu, que se vistió de asistente en el gol de Veiga, anotó el segundo para los suyos. El extremo agarró el balón en la medular, avanzó sin encontrar oposición rival y una vez dentro del área se sacó un fuerte disparo a portería. De nuevo, Aly Lotfi fue un mero espectador y no logró desviar el esférico. El brasileño fue la figura del partido con una actuación soberbia sobre la cancha. Después de este segundo gol, parecía que todo estaba sentenciado, pero los egipcios, a través de varios cambios realizados por Pitso Mosimane, metieron una marcha al encuentro e intentaron ir a por el empate.

Al-Ahly creció tras el segundo gol recibido y fue acercándose a la portería rival aunque se debió a que Palmeiras bajó los brazos para no quemar más energia. En la mente de los jugadores ya estaba la final y no querían hacer más esfuerzos. A punto estuvo el encuentro de cambiar su dirección, pero el VAR acertó en anular el gol de Sherif por posición adelantada en el minuto 77. Tres minutos más tarde volvió a intervenir para deshacer la amarilla que vio Ashraf por una fuerte entrada a destiempo sobre Rony para ver la tarjeta roja. El atacante brasileño, al menos, se levantó por sí mismo y pudo continuar sin problemas en la cancha.

El Verdao fue fiel a su estilo, es decir, pegó dos golpes sobre en la mesa en el momento justo. Uno antes del descanso y otro tras volver de vestuarios. Palmeiras logra su primera victoria en el Mundial de Clubes y ya espera rival.

Foto: AS

Carlo Ancelotti, el técnico que regresó al Milan a la gloria

Tony Cittadino (Mallorca).- El Milan de Carlo Ancelotti fue el último gran ciclo victorioso del equipo rossonero. La mentalidad ganadora se demostró con resultados y una camada de jugadores que divirtieron al mundo con un juego vistoso y ofensivo. Durante ocho años, “Carletto” dejó un palmarés envidiable: dos Liga de Campeones, dos Supercopa de Europa, un Mundial de Clubes, una liga, una Copa Italia y una Supercopa de Italia.

Su carrera como técnico comenzó en 1994, cuando fue el asistente de Arrigo Sacchi en la selección italiana del Mundial. Fue su primera experiencia en el banquillo, tras ser jugador del Parma (1976-1979), la Roma (1979-1987) y el Milan (1987-1992), casualmente también dirigido por Sacchi. Fue un estratega fundamental en su estilo de ver el fútbol, por su ordenada y rígida forma de trabajar.

Sin embargo, Ancelotti se ha caracterizado por ser un dirigente pacífico, que da confianza a sus jugadores. Un motivador. Esa ha sido la clave de su éxito. “Hay quienes piensan que porque soy un líder calmado, soy débil. No estoy de acuerdo. Tampoco lo están quienes jugaron conmigo o para mí. Mi calma es una fuerza, que transmite poder y autoridad”, dijo en su libro “El leader calmo, Carlo Ancelotti”, escrito por Chris Brady y Mike Forde en 2016.

Su debut como estratega fue en la temporada 1995-1996 con la Reggiana. Logró el ascenso a la Serie A, luego de 41 juegos, en los que dejó balance de 17 victorias, 14 empates y 10 derrotas.

Su próximo destino fue el Parma, club en el que comenzó a dar sus primeros destellos. En la temporada 1996-1997, finalizó en el segundo lugar con 63 puntos, a dos de la Juventus. En la siguiente campaña, quedó en el sexto lugar con 57 unidades.

Su primera gran experiencia con un equipo de nivel, fue con la Juventus. En la zafra 1999-2000 sólo alcanzó a ganar la Copa Intertoto de la UEFA. Perdió la liga en la última jornada, al caer ante el Perugia un gol por cero, en un partido jugado en un diluvio. La Juve, que hasta llegó a tener nueve puntos de diferencia, finalizó con 71 unidades, uno menos que la Lazio.

La situación fue similar en la contienda 2000-2001. La Vecchia Signora quedó en el segundo lugar con 73 puntos, dos menos que la Roma. Al finalizar la campaña, Ancelotti fue despedido. Su idea,  era regresar al Parma, club con el que había un acuerdo verbal, pero el director general del Milan, Adriano Galliani, lo convenció con una llamada telefónica. Llegó en noviembre de 2001, para sustituir al turco Fatih Terim.

Así regresaba al equipo con el que ganó como jugador dos liga, una Supercopa de Italia, dos Champions League, dos Supercopa de Europa y dos Copa Intercontinental. “El Milan era mi familia y a la familia es la primera a la que hay que demostrar lealtad. Comencé en noviembre de 2001 y los primeros seis meses no fueron fáciles”, expresó en su libro. El conjunto terminó la campaña 2001-2002 en el cuarto lugar con 55 puntos.

La primera Champions

Ancelotti le cambió la cara al club y los resultados se comenzaron a ver en la temporada 2002-2003. En el mercado se reforzaron, entre otros, con dos jugadores de lujo: el mediocampista Clarence Seedorf y el defensa Alessandro Nesta.

“Nesta estaba en el mejor momento de su carrera y era tan importante para mí, que tuve que convencer a Berlusconi. Le recordé que todos queríamos ganar la Champions y con él lo haríamos.  Le dije, usted me da a Nesta y yo le doy la Champions”, rememoró Ancelotti.

El Milan tenía un equipo compacto, que jugaba al clásico 4-4-2. Dida estaba en el arco y la defensa era integrada por Alessandro Costacurta, Paolo Maldini, Kakha Kaladze y Nesta. El mediocampo tenía a Gennaro Gattuso, Andrea Pirlo, Rui Costa y Seedorf. El ataque estaba integrado por una de las mejores duplas del momento: Andriy Shevchenko y Filippo Inzaghi.

“En esa temporada llegaron Nesta, Seedorf y también Rivaldo. Teníamos a Rui Costa y estos fueron mis jugadores claves. Cuando empecé, el Milan no daba el espectáculo que quería Berlusconi y tuve que cambiar el estilo de juego, para tener feliz a la dirigencia y a los fanáticos”, recordó en su libro.

Pero manejar los egos del vestuario no fue fácil. Debió, como todo entrenador, imponerse por el bien del equipo. “En mi primera temporada, había un partido de Champions en el que dejé a Rivaldo en la banca. Le dije que jugaría tres días más tarde y me dijo que no, porque Rivaldo no era suplente. Le dije que esta sería su primera vez. Se levantó y se fue a su casa”.

Uno de los aspectos claves que cambió en el Milan, fue que la organización contara con un restaurante en la ciudad deportiva de Milanello. “Que los jugadores coman juntos, ayuda a que hagan grupo. Además se siente como una familia y esta era la cultura del Milan. En otras sociedades es diferente. Por ejemplo, en la Juventus me sentí como en una gran empresa. Las relaciones con los directivos eran más formales y en esa época no había un centro deportivo. Entre el Milan y yo siempre hubo una sintonía natural. Con la Juve, no”.

El club terminó en el tercer lugar de la liga con 61 puntos, detrás del Inter (65) y la Juventus (72), pero el gran golpe lo dio en la Liga de Campeones. Los rossoneros vencieron a la Juve en la gran final, disputada en Manchester. Fue la primera entre equipos italianos. Luego de empatar sin goles en 120 minutos, se impusieron en penales tres por dos. Ganar la Champions le permitió a Maldini igualar a su padre Cesare, quien también fue campeón de Europa con el club en la zafra 1962-1963. Justo 40 años después.

“En el Milan tuve la suerte de tener a un líder como Maldini. Tenía un carácter fuerte y no tenía miedo de nada. Siempre era positivo. También estaba Pirlo. Era más solitario y tímido, pero era un líder técnico. Un ejemplo de cómo jugar. Nesta era un modelo diferente a Maldini y también Gattuso, a su manera”, sostuvo Carlo, que es uno de los siete dirigentes en ganar la Champions como jugador y como técnico.

Tres días después de proclamarse rey de Europa, el Milan ganó la Copa Italia ante la Roma. Habían empatado a dos goles en el partido de vuelta, luego de ganar en la ida cuatro por uno. La entidad vivía días dorados, como en la historia reciente con Sacchi y Fabio Capello, situación que mantenía contento al presidente del equipo, el político Silvio Berlusconi. Con el Premier tuvo buenas relaciones, pero trataba de mantenerlo al margen.

“Entendí rápido que debía mantenerlo contento. La tradición del Milan es jugar un fútbol vistoso, mientras que la de la Juve es ganar. Entendí que ningún esquema táctico es más importante que el presidente del club. Sí Berlusconi quería ir al vestuario a bromear, tenía que darme cuenta al final que ese era su vestuario. Se lo permití, incluso, antes de la final de la Champions en 2003”, sostuvo en el texto.

Se consolidó el proyecto

La temporada 2003-2004 comenzó con la derrota ante en la Juve en la Supercopa de Italia. Tras empatar a un gol, cayeron en penales cinco por tres. Sin embargo, tres semanas más tarde, volvieron a celebrar. El Milan se quedó con la Supercopa de Europa, al vencer al Porto por la mínima diferencia, gracias a un tanto de Sheva.

Había motivos para seguir festejando. Dos brasileños de calidad de sumaban al equipo. El defensa Cafú llegó desde la Roma para reforzar la zaga y el mediocampista Kaká desde el Sao Paulo, para fortalecer el mediocampo y darle profundidad ofensiva.

Fue el momento del cambio táctico, para mantener el 4-4-2. No había espacio para todos, así que Ancelotti optó por retrasar un poco más en el campo a Pirlo y adelantar a Kaká, para tener equilibrio. Dejó de jugar con cuatro en línea, para hacerlo con cuatro en forma de rombo.

“En el medio sector tenía a Pirlo, Seedorf, Rui Costa y Kaká. Al comienzo les dije que si no se adaptaban al nuevo sistema, uno iría a la banca. Lo entendieron. Pirlo terminó jugando un poco más atrás y Kaká, más adelante”, explicó Carletto, quien también debía dar espacio a jugadores como Gattuso y Massimo Ambrosini.

La jugada salió bien, porque además transformó el juego de Kaká, quien tuvo más protagonismo. Al finalizar la campaña, fue el Futbolista del Año de la Serie A. Era el preludio de una gran carrera. Ancelotti también alternó el 4-4-2 con el famoso “Árbol de Navidad”, el sistema 4-3-2-1 con el que jugaba con un solo atacante.

“El club me dio la posibilidad de cambiar jugadores y transformar el equipo, de acuerdo a mi visión. Ganar la Champions en 2003, consolidó la conciencia de los jugadores de ser parte de un gran club. Tomaron mejor la idea de que no siempre podían jugar. Eso hizo más fácil la relación. Todos eran campeones”, dijo el técnico en su libro.

El 21 de febrero de 2004, vencieron al Inter en un “Derby della Madonnina” electrizante. El equipo nerazzurro se fue al descanso con una ventaja de dos por cero, pero los rossoneros remontaron en la etapa complementaria y sellaron el triunfo con un golazo de Seedorf en el minuto 85.

Al holandés lo definió como un gran jugador y de carácter fuerte. “Tenías que decirle bien qué querías, porque si no te hacía todo. Cuando llegó en 2002, tuvo problemas con los compañeros, porque se sentía responsable por los demás. Era su carácter. Al final tuve que decir que él no era el entrenador y no debía hablar así. Era un líder. Pero ya teníamos a Maldini y tuvimos que buscar un equilibrio”.

El Milan terminó la temporada como campeón de Italia con 81 puntos, 11 más que la Roma. El ucraniano Shevchenko fue el líder goleador de la liga con 24 tantos, siendo la segunda vez que lo alcanzó. En la temporada 1999-2000 también sumó dos docenas de goles. Al final del año, Sheva se quedó con el Balón de Oro.

En la Copa Italia quedaron eliminados en la semifinal, al caer en los dos partidos ante la Lazio con global seis por uno. En la Champions, el recorrido se acabó en los cuartos de final. Fueron goleados en la espectacular remontada del Deportivo La Coruña. Los italianos habían ganado 4-1 en la ida jugada en San Siro, pero perdieron 4-0 en la vuelta en Riazor. Fue el partido más gris del ciclo hasta el momento.

La pesadilla de Estambul

La campaña 2004-2005 inició con otro título. El Milan superó a la Lazio tres goles por cero, para ganar la Supercopa de Italia. Entre los refuerzos adquiridos, destacó el delantero argentino Hernán Crespo y el defensa holandés Jaap Stam.

En diciembre perdieron la final de la Copa Intercontinental contra el Boca Juniors. También en penales. Empataron a uno en 120 minutos y en la tanda decisiva, los argentinos se impusieron tres por uno en Yokohama.

Finalizaron en el segundo lugar de la Serie A con 79 puntos, siete menos que la Juventus, pero al año siguiente el título fue revocado por el escándalo de Calciopoli y no fue asignado. La Copa Italia volvió a ser imposible, al caer en cuartos de final ante el Udinese con global de seis por cuatro.

En la Champions ocurrió la pesadilla de Estambul. El Milan ganaba cómodamente tres por cero en la primera parte. Maldini marcó al primer minuto y le siguió un doblete de Crespo (39’ y 44’), pero se dejó empatar por el Liverpool en la etapa complementaria. Tres goles en seis minutos de Gerrard (54’), Smicer (56’) y Xabi Alonso (60’). Los ingleses se quedaron con la “orejona” en la tanda de penales tres por dos, en una de las remontadas más espectaculares de la competición.

“En esa final tuvimos una calidad de juego impecable, que nunca había visto en finales. Fue una desilusión muy grande. La gente dice que dejamos de jugar en el segundo tiempo y no es cierto. El Liverpool jugó bien seis minutos y nosotros 114”, recordó en su libro.

Aseguró que la reacción del Liverpool lo dejó sin tiempo para hacer los ajustes. “Cuando marcaron el primer gol, estábamos jugando tan bien, que pensé que pronto marcaríamos el cuarto. Luego anotaron el segundo y pensé en hacer un cambio, para reforzar la defensa. El tercer gol llegó sin poder hacer nada. Después de esos seis minutos de locura, logramos retomar el control del juego y podíamos haber marcado”.

En ese momento tan difícil, sintió el apoyo de la organización. “El club permaneció compacto. Nadie nos puso en discusión. Obviamente nos dolió, pero tratamos de no dramatizar. Al comienzo de la temporada siguiente, éramos brillantes. La derrota lejos de cortarnos las piernas, nos fortaleció”, confesó el italiano.

Por su parte, Nesta absolvió de toda culpa a su director técnico y lamentó que no pudiera ser uno de los cobradores en la tanda de penales. “Creo que su único error fue no apuntarme en la lista. Contra la Juventus en Manchester lo hizo y marqué. La gente cree que la derrota fue su culpa. Yo creo que fue nuestra. Jugamos el mejor primer tiempo de todos y, en el descanso, nos dijo en el vestuario que el juego todavía no estaba decidido. Que saliéramos a marcar otro gol y si era posible, otro más. Sólo así, estaríamos seguros. Pero concedimos libertades al Liverpool y nos costó la final”, dijo en el libro de Ancelotti.

Temporada en blanco

En la campaña 2005-2006 sumaron de refuerzo al delantero Alberto Gilardino, quien llegó procedente de la Fiorentina. También al delantero Christian Vieri desde el Inter y al lateral izquierdo checo Marek Jankulovski, desde el Udinese.

Pero fue una temporada sin títulos para la entidad rossonera. En la Champions, cayeron en la semifinal ante el Barcelona, a la postre el equipo campeón. Perdieron en San Siro con gol de Ludovic Giuly (67’) y empataron a cero en el Camp Nou. Sheva terminó como líder goleador de esa edición con nueve tantos.

En Copa Italia, el Palermo los eliminó en octavos de final con global de tres por uno y en la Serie A habían finalizado en el tercer puesto con 58 puntos, pero luego le revocaron 30 unidades por el escándalo de Calciopoli que se destapó en esa campaña.

Para entonces, se fortalecían los rumores que aseguraban que Berlusconi no estaba contento con el rendimiento del club y le hacía las alineaciones a Ancelotti, algo que  el técnico siempre negó y reconfirmó en su libro.

“Todos pensaban que Berlusconi me presionaba, pero no era cierto. Siempre estaba muy presente. Cuando ganábamos, entonces me decía quiero que juguemos con este atacante y seamos más ofensivos. No es una opinión, es que lo quiero. Pero siempre le explicaba mis argumentos. Después de una victoria, le gustaba explicarme con cuál jugador me hubiera hecho jugar. Pero eso lo hacía sólo cuando ganábamos”.

 

La revancha de Atenas

Todo cambió en la campaña 2006-2007. El terremoto de Calciopoli obligó a varios equipos a reestructurarse y el Milan no fue la excepción. Se marchó Sheva al Chelsea y Rui Costa al Benfica, mientras que llegaron, entre otros, los defensas Daniele Bonera desde el Parma y Massimo Oddo desde la Lazio. Además Ronaldo se incorporó en el mercado de invierno, pero no jugó hasta 2008 por someterse a un tratamiento de la tiroides.

El camino en la Serie A, terminó con un decepcionante cuarto puesto y en la Copa Italia llegaron hasta la semifinal. La Roma los despachó, tras empatar a dos en San Siro y ganarles tres por uno en el Olímpico.

Sin embargo, todas las fuerzas estaban centradas en Europa. En semifinales lograron una remontada histórica ante el Manchester United. Luego de perder tres por dos en Old Trafford, ganaron con un contundente tres por cero en San Siro, para meterse en la final. Kaká (11′), Seedorf (30′) y Gilardino (78′), sentenciaron a los ingleses en un encuentro que se jugó con una lluvia torrencial y en la que el Milan fue superior. El resultado fue corto.

El equipo de Ancelotti clasificó a la final, para medirse al Liverpool en Atenas. El Milan se sacó la espina de Estambul y venció a los ingleses dos por uno, con un doblete del “Pippo” Inzaghi (45’ y 82’). Fue la séptima y última Champions para el equipo.

“He marcado varios goles en Europa, pero hacerlo en la final de la Champions League es algo especial”, dijo Inzaghi a la UEFA luego de partido. Su compañero Gattuso, agregó: “La derrota de hace dos años estará de por vida, pero esto es otra historia diferente. Ahora nos toca a nosotros celebrarlo”.

Kaká finalizó como máximo goleador del torneo con 10 y allanó el camino para ganar el Balón de Oro y el premio FIFA World Player. Para Maldini fue su segunda “orejona” con el club.

Galliani estuvo en el Milan durante 30 años, ocho de los cuales los pasó con Ancelotti en el banquillo y se mostró feliz por la revancha. “En julio de ese año, el Milan fue el primer club del ranking de la UEFA, superando a Real Madrid y Barcelona. Sus ocho años fueron un periodo de oro. La victorias fueron muchas más que las derrotas”, dijo en el libro.

El ejecutivo agregó que la derrota en Estambul no puso en duda la continuidad del estratega. “Muchos me preguntan si le recriminamos algo y la respuesta es no. Lo apoyamos. Fue duro y tuvimos que haber ganado. Pero en cinco años, jugamos tres finales de Champions, una semifinal y unos cuartos de final. Nadie nos alcanzaba. Ni siquiera Bayern, Real Madrid o Barcelona”.

La mano derecha de Berlusconi, definió a Carlo como un gran motivador en momentos claves. “Tiene un modo particular de llevar las relaciones con los jugadores. Nunca traicionó sus orígenes, ni cambió su carácter. Tiene una gran capacidad de iluminar el ambiente en el que trabaja. Es un líder internacional y multicultural”.

Una de sus anécdotas preferidas, fue la noche antes de la final de la Champions de 2007. “Veía en el entrenamiento con él y me fijé que Inzaghi estaba presionado. No paraba ni un balón. No era él. Le sugerí a Carlo que lo dejara de suplente y salir con Gilardino como titular. Me respondió que Inzaghi era un atacante rato y que, quizás, la noche de la final sería su noche. Quizás otro entrenador me hubiera hecho caso, pero él tenía un presentimiento y era algo que le sucedía a menudo”.

 

En el techo del mundo

La temporada 2007-2008 inició con el triunfo en la Supercopa de Europa contra el Sevilla. La victoria fue de tres por uno, con tantos de Inzaghi (55’), Jankulovski (62’) y Kaká (87’), para sumar el quinto trofeo de la competición. El título tuvo en parte un sabor amargo, porque el defensa del Sevilla, Antonio Puerta, había muerto tres días antes por un paro cardio respiratorio en el juego ante el Getafe.

La zafra también inició con otro fichaje de estelar. Alexandre Pato llegó con apenas 17 años, procedente del Internacional de Porto Alegre por 22 millones de euros, una cifra récord para entonces.

En diciembre, sumaron al palmares el Mundial de Clubes al derrotar por goleada al Boca Juniors cuatro por dos. Inzaghi lideró el triunfo con par de dianas (21’ y 71’), mientras que Nesta (61’) y Kaká (61’) se sumaron a la fiesta milanista.

“No diría que la victoria es irrepetible, pero nunca la podremos olvidar. Ahora queremos festejar al máximo este evento. Nos alegramos mucho por esto, porque todo el mundo sabe que hemos recorrido un camino muy difícil”, sostuvo Ancelotti luego del juego. Su Milan sumaba el título 18 a nivel internacional, siendo el club más titulado.

Sin embargo, el ciclo comenzaba a presentar desgaste. El Catania los superó en octavos de final de la Copa Italia, con global de 3-2. En la liga, finalizaron en el quinto lugar con 64 puntos, quedando fuera de la zona Champions.

En la Liga de Campeones, quedaron fuera en octavos de final contra el Arsenal. Empataron sin goles en casa y perdieron dos por cero como visitantes. Para entonces, el Real Madrid había asomado la posibilidad de fichar a Ancelotti, pero no se dio.

“En ese momento, me contactó el Real Madrid, pero no hubo acuerdo porque dije que si el Milan no me dejaba ir, no me iría”, dijo en su libro el estratega.

Fin del ciclo

La última campaña de Ancelotti fue la 2008-2009. También fue la de Maldini. Al mismo tiempo, regresaba al equipo Shevchenko y se sumaban los fichajes estelares de Ronaldinho, David Beckahm, Gianluca Zambrotta, Thiago Silva y Mathieu Flamini.

El Milan no disputó la Champions League, pero sí la Europa League, torneo en el que quedó eliminado en los dieciseisavos de final ante el Werder Bremen con dos empates. Uno a uno en Alemania y dos a dos en Italia, pasando los teutones por marcador global.

En la Serie A, finalizaron en el tercer lugar con 74 puntos y en la Copa Italia, quedaron fuera al perder con la Lazio dos por uno en octavos de final.

“Fue un gran tiempo al Milan. Ganamos dos Champions y una liga. Me sentía como en casa, pero luego de ocho años la relación se enfrió. Berlusconi quería cambiar y yo quería ir al exterior”, dijo Ancelotti en su libro.

Galliani explicó que la decisión dejarlo ir a Inglaterra con el Chelsea, fue consensuada y la discutió con Berlusconi. “Era lo mejor para las dos partes. Él lo deseaba y la separación fue sin traumas. Carlo fue muy correcto. Dejó que el equipo decidiera, porque tenía un contrato”.

Beckham también dio buenas referencias, a pesar de jugar bajo sus órdenes solo una temporada. En el libro de Carlo, explicó que no dudó cuando se presentó la posibilidad de ir al Milan. Recordó el último día de Ancelotti en el banquillo como una jornada llena de emociones.

“Vi con mis propios ojos cuánto le querían en el vestuario. Dio un discurso muy sentido en italiano y yo le entendí la mitad, pero me conmovió. Vi llorar a como Maldini, Gattuso, Inzaghi y Nesta. Sabían que el club cambiaría, porque el hombre que hizo grande al Milan estaba por irse”.

Maldini lo definió como una persona que se molesta muy poco y que puede hacerte reír antes de una final de Champions. “No es rencoroso y tiene un corazón de oro. No necesita ser un Special One para ganar. Cuando creía equivocarse, me lo preguntaba. Cuando llegó a Milanello, era muy rígido tácticamente. Pero luego se abrió y maduró”.

Nesta tampoco dudó en decir que Ancelotti fue el mejor entrenador que tuvo en su carrera, porque le cambió la mentalidad. Contó que le dijo que no había mejor lugar para crecer que el Milan y, aunque le costó adaptase, siempre tuvo su apoyo.

“La primera vez que lo vi, fue en un entrenamiento con Italia en Milanello. Estaba al límite del campo y me dijo que al año siguiente quería verme en el Milan. Le dije que no, porque el club no me gustaba. Era de la Lazio y prefería quedarme en Roma. Tres meses más tarde, firmé con el Milan. Carlo me enseñó que aquí cada juego era una final. En la Lazio, bastaba con ganar el derby a la Roma. Me dijo que que si quería ser el mejor, tenía que seguir a los mejores, como a Maldini o Costacurta”.

Ancelotti terminó dirigiendo al club en Serie A en 423 partidos oficiales, con 238 victorias, 101 empates y 84 derrotas. Su huella en el banquillo fue más allá de los títulos y resultados. Fue un caballero y el último dirigente que dirigió al Milan con el escudo tatuado en el corazón, para llevarlo a la gloria en un ciclo exitoso.

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El Liverpool conquistó el Mundial de Clubes

AS.- Un señor de Stuttgart de nombre Jurgen y apellido Klopp acabó con 127 años de sequía del Liverpool en su intento por ser el mejor club del mundo. Ninguno de los 21 entrenadores anteriores de los ‘red’ pudo levantar el trofeo que les acredita como el equipo más poderoso del planeta. Desde hoy lo es. Por méritos suficientes lo es. Y eso que le costó ante un Flamengo extraordinario. Pero Klopp ya tiene otro argumento más, uno incontestable, para considerarlo el mejor entre los mejores: el Mundial de Clubes.

El Liverpool comenzó con fuerza, en su línea de intensidad habitual, pero, al igual que en semifinales, no encontró los espacios por los que poder clavar sus puñales de ataque. Enfrente se encontró con un gran Flamengo, que resistió los primeros envites y pudo llegar incluso a dominar el partido a base de mover el balón. Si algo hay que hacer para contener al Liverpool de Klopp es precisamente eso: asegurar pases y no aceptar un correcalles.

Poco a poco el tiempo de la final se ralentizó. Estuvo inteligente Jorge Jesus, pues imprimió un ritmo de partido en el que no se encuentra nada cómodo el Liverpool. Un conjunto acostumbrado a la vertiginosidad y el riesgo como el de Klopp tuvo que plegar velas y apagar motores. Aún así, Firmino tuvo la oportunidad más clara de marcar como había hecho en las semifinales, pero esta vez su remate se estrelló en el poste. También Alisson trabajó de lo lindo, especialmente en un remate abajo de Gabigol. Es un seguro de vida el portero brasileño del Liverpool, siempre con ese aire de hippie perdido en Alaska al estilo Into the Wild.

Lo que reflejó la final, además de la mejoría evidente de Flamengo con respecto a equipos sudamericanos de ediciones anteriores, es que el Liverpool anda corto de plantilla. Klopp sólo hizo un cambio en los 90 minutos, Lallana por Oxlade. Por supuesto mantuvo a su tridente, aunque no estaban protagonizando su mejor día. El fichaje de Minamino en invierno viene a proporcionar algo más de fondo de armario a un equipo que aspira a seis títulos.

La final estaba en punto muerto, pero las emociones llegaron a paladas. Para empezar, en el minuto 91 del tiempo reglamentario, el árbitro qatarí pitó penalti por falta de Rafinha sobre Mané pero la acción fue anulada por el VAR. Martínez Munuera, por cierto, el representante español en este Mundial, acertó de pleno porque la jugada era fuera y ciertamente discutible. Mal día para que los críticos con el videoarbitraje se reafirmen en sus tesis. Rafinha, Flamengo y su apasionada afición respiraron. El partido se fue a la prórroga.

La final estaba para pocos errores. Lo que no sabía Flamengo es que el Liverpool castiga no sólo errores, sino también excesos de alegría. Así, una subida de Filipe Luis por la izquierda –de las pocas que protagonizó- la aprovechó el cuadro inglés para dibujar un contragolpe lanzado por Salah, aclarado por Mané y culminado por Firmino. Puro Liverpool. Puro Klopp. No hay equipo en el mundo –y muy pocos en la historia- que tracen los ataques al espacio como hacen los reds. Había pocas dudas en torno a este Liverpool, pero la final de Doha lo atestigua un poco más. Klopp es un técnico legendario, único en la historia del club. Desde ahora, además de The Normal One es el dueño del mundo….

Liverpool retará al Flamengo en busca de su primer Mundial de Clubes

Juan Castro (Marca).- Sólo el Real Madrid (13) y el Milan (7) tienen más Champions que el Liverpool (6), pero, curiosamente, el club inglés luchará este sábado por su primer título de mejor club del mundo, ya sea en su antigua versión de la Copa Intercontinental -el precedente de este Mundialito- o en la vigente versión del Mundial de Clubes de la FIFA. Nada, el club red no tiene ninguno.

Y no lo tiene por una conjunción entre la casualidad histórica y, obviamente, las derrotas en tres finales (dos Intercontinentales: 1981 y 1984) y un Mundialito (2005). Veremos cómo sigue la historia el sábado en la sexta oportunidad en la que el conjunto inglés puede aspirar a ganarlo.

En realidad, siendo pulcros, será la cuarta ocasión que tengan… sobre el campo. En las primeras Copas de Europa conquistadas por los reds, allá por 1977 y 1978, el Liverpool denegó su participación alegando que no tenía fechas para viajar a Sudamérica -en concreto, a Buenos Aires- para disputarla. La del 77 la jugó en su lugar, ante Boca, el Borussia Mönchengladbach, subcampeón de Europa; y la del 78 directamente no se jugó, también contra Boca. Ha habido incluso algún intento por disputar esta última Copa muchos años después, pero el márketing no dio para tanto.

Posteriormente, la Copa del 81 la perdió con Flamengo (3-0), el mismo rival de este sábado; y la del 84 contra el Rey de Copas, Independiente, que aún sigue siendo el que más Libertadores tiene en Sudamérica.

El Mundial de Clubes del 2005 lo perdió el Liverpool contra Sao Paulo. Hasta ahí llegó su historia. La sexta Champions ganada este año ante el Tottenham le ha dado esta nueva oportunidad que, por ahora, está aprovechando.

Jürgen Klopp, por su parte, consolidará el sábado su séptima final con el Liverpool. Sólo ha ganado dos: la citada Champions y la posterior Supercopa 2019 (al Chelsea y por penaltis). Antes Klopp había perdido la Champions anterior; la Community de este año; la Copa de la Liga 2016 y la Europa League 2016. El sábado, otra oportunidad.

Foto: AFP.

El Consejo de la FIFA designó a China como anfitriona del nuevo Mundial de Clubes en 2021

FIFA.- El Consejo de la FIFA se reunió este jueves en Shanghái y votó sobre varios proyectos clave para el futuro de los torneos internacionales. Entre ellos destaca la decisión unánime de nombrar a la RP China como anfitriona de la primera edición de la nueva Copa Mundial de Clubes de la FIFA, que se celebrará en 2021.

Las encargadas de elaborar la lista definitiva de sedes del torneo, que se disputará entre junio y julio de 2021, serán la FIFA y la Federación China de Fútbol.

El modelo de participación que determinará los clubes que se clasificarán por cada confederación se terminará de perfilar tras una ronda de consultas entre la FIFA y las seis confederaciones.

Otras decisiones destacadas

La FIFA invertirá 1.000 millones de dólares en fútbol femenino a lo largo del ciclo 2019-2022, como resultado de un acuerdo en virtud del cual se destinará a esta disciplina una financiación extraordinaria de 500 millones de dólares. Esta cantidad procederá de las reservas de la FIFA, y se sumará a la inversión de 500 millones de dólares ya aprobada por el Congreso de la FIFA en el marco del presupuesto del presente ciclo cuatrienal.

Información general sobre el calendario de las candidaturas para la Copa Mundial de la FIFA 2030, según el cual el proceso comenzará el segundo trimestre de 2022 y la selección de anfitrión o anfitriones tendrá lugar en el Congreso 74 de la FIFA en 2024.

Nombramiento de anfitriones de las próximas competiciones de la FIFA:

– Indonesia albergará la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA 2021

– Perú albergará la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA 2021

– Rusia albergará la Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA 2021

– Nombramiento de Tokio como sede del Congreso 71 de la FIFA en mayo de 2021

Respaldo al “segundo paquete de reformas” diseñado por el grupo de trabajo para el análisis del sistema de traspasos y acordado por la Comisión de Grupos de Interés del Fútbol, el cual regula la representación y la remuneración de los agentes, la mecánica de las cesiones y el régimen de la compensación por formación. El Consejo de la FIFA también se mostró favorable a que el citado grupo prosiga su plan de trabajo y aborde cuestiones como la regulación fiscal, los jugadores menores de edad, el tamaño de las plantillas y los periodos de traspaso de jugadores.

Respaldo a las enmiendas al Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores propuestas por la Comisión del Estatuto del Jugador, cuyo aspecto más relevante es la aplicación del mecanismo de solidaridad a las transferencias nacionales de dimensión internacional. El Consejo de la FIFA también respaldó la jurisprudencia establecida sobre jugadores menores de edad, incluidos los refugiados no acompañados y los estudiantes de intercambio.

Por otro lado, el presidente de la CAF Ahmad Ahmad y la secretaria general de la FIFA Fatma Samoura informaron a los miembros del Consejo de la FIFA sobre los avances registrados en la CAF desde el nombramiento de Samoura como delegada general de la FIFA en África el pasado 1 de agosto.

La sesión del duodécimo Consejo de la FIFA tendrá lugar los días 12 y 13 de marzo de 2020 en Asunción (Paraguay).

Foto: Getty Images.

Real Madrid se llevó por tercer año consecutivo el Mundial de Clubes

As | Foto: AS.-


Fue el primer título del Madrid en tiempo sin Cristiano y sin Zidane, muestra de que ningún jugador o entrenador, por influyente que sea (y los citados lo han sido extraordinariamente), pone el punto final en un club. Menos en el Madrid. También de este título ‘low cost’. Se aseguró tres cuartas partes de él en Kiev, ante el Liverpool, y lo remató en Abu Dhabi ante el Al Ain, representante de un fútbol que aún anda en la adolescencia: le falta madurez y le sobra entusiasmo.

El Madrid coció su triunfo a fuego lento y con un gol de Modric, que saltó de un Mundial a otro sin que se haya sabido nada de él entretanto; con otro de Marcos Llorente, líder de la resistencia, y con dos finales de Ramos, con el que pasó factura a quienes le pitaron, y de Vinicius ayudado por Nader. Fue una victoria sencilla que le acerca a su historia y le aleja de Mourinhoaquella quimioterapia para combatir al mejor Barça que ofreció una mejoría precaria y unos enormes efectos secundarios. Y fue una victoria que quedó en la caja registradora del fútbol. El Madrid, también en Mundiales de clubes, está a la cabeza del planeta.

En cualquier caso, no debe confundirle el trofeo. Su convalecencia es lenta, con recaídas, con un déficit rematador indisimulable, pero en la dura travesía ha encontrado dos jugadores inesperados: Llorente, el futbolista del mes y de la final, y Lucas Vázquez.

El fútbol es un juego de instantes, que casi siempre son más amables con el mejor. También sucedió esta vez. La historia del partido quedó resumida en un minuto, el 14′. Marcelo, en la luna, pretendió una cesión imposible a Courtois y El Shahat quebró al meta y remató a gol. La izquierda de Ramos, al que el público pitaba en nombre de Salah, fue la pierna de Dios casi sobre la línea. En la siguiente jugada, Modric metió un pase a la red con su izquierda tras dejada de Benzema. La bota de oro del Balón de Oro, la mano de piedra del Madrid acababa con el Al Ain.

Antes y después de la jugada clave quedó un partido luminoso y desenfadado. El Al Aain no fue el equipo restrictivo y obediente a su inferioridad. Peor pero valiente, presionante, agradecido a su público, dejó que el partido se jugara en las áreas, más en la propia que en la ajena. Eso sí, bajo el creciente gobierno del Madrid, que siempre tuvo la pelota y que demostró que le sobra conocimiento para jugar encuentros así.

La convalecencia del equipo de Solari es lenta, pero hay cosas que comienzan a mejorar. La más notable, Llorente al margen, el rendimiento de Carvajal, lateral de banda ancha que ya es jugador medular del Madrid. Medular y contagioso, porque va y va por su banda y riega de energía al grupo.

Por ahí empezó el partido el Madrid y por ahí encontró el gol, aunque la superioridad de sus centrocampistas, Modric y Llorente, especialmente; la velocidad de Bale, el fútbol bordado de Benzema y el empeño de Lucas Vázquez le fueron llevando cada vez con mayor frecuencia ante Eisa. El Al Ain fue un equipo muy desabrigado atrás, probablemente porque en su Liga le exigen menos por ahí y fue sosteniéndose mal que bien gracias a que el Madrid resultó una cosa creando y otra rematando. Con todo, antes del descanso, Lucas Vázquez mandó un remate al palo y otro cruzado fuera, Eisa le quitó dos goles a Bale y otro a Modric, que lo probó esta vez de volea con la derecha, y a Benzema se le fue arriba una media vuelta sencilla.

La segunda parte fue zona ajardinada para el Madrid, que se empachó de balón y de ocasiones. Bale, que intentó una chilena de exposición, y Benzema se dejaron ir muchos goles en el camino hasta que llegó el de Marcos Llorente. Fue un bote pronto extraordinario desde fuera del área, un misil tierra-tierra inapreciable para Eisa, una compensación a los perjuicios causados por Zidane, Lopetegui y el propio Solari en sus primeros días. Un gol que le premiaba a él y a toda la cantera. Una indemnización a la paciencia. El resto fue clásico: un Madrid relajado al que le llegaron más de lo conveniente (le costó un gol), un incesante chorro de oportunidades para los de Solari, los cambios para compensar a los suplentes (Vinicius volvió a sumar una diana de rebote) y el tanto de cabeza de Ramos, adornado con un abrazo a Isco, que calentaba en la banda, por disipar sospechas. Un gesto de paz en un equipo, de nuevo, en la cima del mundo.

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