Tony Cittadino (Mallorca).- Maurizio Sarri es el nuevo director técnico de la Juventus por las próximas tres temporadas. Una decisión polémica no sólo porque los napolitanos la toman como una traición (otra más en la lista), sino porque la llegada del estratega es el máximo reto que se le presenta en su carrera.
Sarri, de 60 años y nacido en Napoli, llegó tarde a la élite del fútbol. Durante sus inicios en 1996 siempre estuvo ligado a clubes de ligas amateurs del calcio y trabajando en un banco. Hasta que las cosas comenzaron a cambiar y empezó a dejar huella con el Empoli.
Allí estuvo tres temporadas y logró ascender al equipo a la Serie A en la segunda zafra, la 2013-2014. Su llegada al Napoli fue en la zafra 2015-2016 y, desde entonces, nunca pudo darle caza a una Juve dirigida por Max Allegri que era una máquina. En las tres temporadas, el equipo bianconero le sacó 18 puntos de ventaja. Nueve en la 2015-2016, cinco en la 2016-2017 y cuatro en la 2017-2018. Nunca ganó algún título, pero dio la pelea.
El equipo de Allegri no sólo tenía mejores jugadores y profundidad en la plantilla, sino que también contaba con una mejor condición física y concentración. Sin embargo, el Napoli de Sarri se caracterizó por un juego bonito, incluso jugando mejor que la Juve. Rotando bien el balón, con dominio del encuentro, directo y de ataque, que tuvo a Lorenzo Insigne como su referente.
Por lo general, usaba el módulo 4-3-3, buscando explotar la banda izquierda con el apoyo de Marek Hamsik e Insigne, además del trabajo en el último cuarto de cancha de Dries Mertens. El mediocampista Jorginho se convirtió en la piedra angular de su sistema. No en vano se lo llevó al Chelsea, donde campaña que recién acaba de finalizar se titularon campeones de la Europa League. Ahora los medios anuncian que podría llevárselo a la Juve, junto con Gonzalo Higuaín.
El Napoli de Sarri no sólo sabía atacar, sino también replegarse y presionar al rival. Era un equipo que jugaba de forma armoniosa, pero le faltaba profundidad. Si no se hubieran conseguido con una Juve tan fuerte, seguramente dominaban Italia en esos tres años.
La gran deuda pendiente fue en Europa. En la Champions League lo máximo que llegó fue a octavos de final, pero en la Europa League tuvo oportunidades de llegar más lejos y fracasó. Sin embargo, en ocasiones no solía colocar el equipo titular. Fue una de las situaciones que más le criticamos en su momento. La prioridad no debía ser la Serie A.
Así fueron las temporadas
En la campaña 2015-2016, la Juve terminó líder del calcio con 91 puntos, nueve más que el Napoli. La Juve comenzó muy mal la temporada, pero fue remontando en la tabla hasta que en la jornada 25 en el juego directo, Zaza definió la victoria con un golazo desde fuera del área, para desatar la locura en Torino. De allí en adelante la oncena de Allegri no perdió más la punta. En esa campaña, Higuaín anotó 36 goles, siendo un récord en la Serie A.
Jugaron la Europa League y dominaron la fase de grupos, al tener puntaje perfecto. Ganaron los seis juegos, con 22 goles a favor. No obstante, fueron eliminados en los dieciseisavos de final por el Villarreal por marcador global. Perdieron por la mínima diferencia como visitantes y empataron a un gol en casa.
Al año siguiente, la Juve dominó la Serie A de principio a fin, mientras que el Napoli se mantuvo en el tercer lugar, sin poder alcanzar a la Roma en el segundo. Los bianconeros ganaron otro scudetto, ahora con 91 unidades, cinco más que los napolitanos. Fue la campaña en la que Higuaín pasó a la Juve por 90 millones de euros. El argentino terminó en el cuarto lugar de los goleadores con 24 tantos.
En la Champions, fueron líderes del grupo B con 11 unidades. Pero su camino terminó en octavos de final, al perder los dos juegos ante el Real Madrid 3 goles por 1. El global de 6-2 pareció abultado, pero el Napoli jugó una buena eliminatoria. La malicia que le faltaba, la tenía el Madrid. Los merengues terminaron campeones.
A pesar de otra gran temporada, no pudieron contra Allegri en la 2017-2018. La Juve recuperó la punta en la jornada 28, al ganar al Udinese 2-0 y aprovechar el empate sin goles del Napoli ante el Inter. A pesar de ganar el duelo de directo en Torino en la jornada 34, no fue suficiente. El tanto de Koulibaly se celebró como si hubieran ganado el campeonato. Sin embargo, se volvieron a quedar cortos. La Juve finalizó con 95 puntos, cuatro más que en Napoli.
En esa campaña, accedieron a la Champions al jugar la fase previa y ganarle al Niza 2-0 en cada juego. En la fase de grupos quedaron eliminados, al finalizar terceros. Jugaron la Europa League, pero volvieron a caer eliminados en los dieciseisavos de final. Esta vez ante el Leipzig. Cayeron 3-1 en casa y ganaron 2-0 en Alemania, pero no les alcanzó y quedaron fuera por marcador global.
Sarri se marchó a Inglaterra y allí terminó la Premier League con un tercer lugar, pero se tituló en la Europa League goleando al Arsenal. Ahora regresa a Italia, para dirigir a la Juve, el eterno rival. No sólo a nivel deportivo, sino también social y cultural. El eterno dilema del norte y el sur.
El tiempo dirá si la elección fue buena. De momento, tengo mis reservas. Me parece un técnico que puede aportar muchísimo cambiando el sistema de juego, pero me causa ruido su personalidad. Muchas veces lo noto como alguien arrogante y prepotente, que no tiene el estilo para sentarse en el banquillo de la Juve. Más si se toma en cuenta que muchos esperaban a Pep Guardiola.
Veremos cómo logra gestionar un vestuario acostumbrado a ganar y con egos altos, muy diferente al del Napoli. Con jugadores de primer nivel y al que se sumó Cristiano Ronaldo. Sarri llega a la Juve para darles la tan ansiada Champions. La misma a la que Allegri se le resistió en par de finales contra dos de los mejores equipos en sus respectivos momentos: Barcelona y Real Madrid.
Foto: Prensa Juventus.