Así fueron todas las finales de la Copa del Mundo de la FIFA

Tony Cittadino (Madrid).- Argentina y Francia disputarán este domingo la vigésima segunda final de la Copa del Mundo de la FIFA. Un evento que comenzó en 1930 con el triunfo de Uruguay y nos deja a las puertas de un nuevo tricampeón que será coronado en Qatar: sólo uno podrá bordar la tercera estrella en su camisa para toda la vida.

Aprovechamos para repasar lo más importante de las finales, en una historia que tiene a Brasil como el máximo ganador con cinco títulos y que nos ha hecho vivir momentos históricos que van desde El Maracanazo, pasando por las tres copas ganadas por Pelé, el título logrado por Diego Armando Maradona, la primera final definida en penales entre Brasil e Italia o el tetracampeonato azzurro en 2006, en un juego que quedó marcado por la expulsión de Zinedine Zidane, héroe de los galos en 1998.

Uruguay 1930, Uruguay 4-2 Argentina

La primera final de la Copa del Mundo se disputó el 30 de junio de 1930 en el Estadio Centenario, Montevideo. Uruguay venció a Argentina cuatro goles por dos, gracias a tantos de Pablo Dorado (12′), José Pedro Cea (57′), Victoriano Santos Iriarte (68′) y Héctor Castro (89′).

Así los charrúas fueron la primera selección en ganar el Mundial y también la primera en ganar todos sus partidos.

Por la Albiceleste, descontaron Carlos Desiderio Peucelle (20′) y Guillermo Stábile (37′), quien finalizó como máximo anotador del torneo con ocho dianas.

El árbitro principal fue el belga Jean Langenus y la asistencia fue de 68 mil 346 espectadores.

Italia 1934, Italia 2-1 Checoslovaquia (tiempo extra)

La segunda Copa del Mundo se disputó en Europa. Italia acogió la cita en pleno auge del dictador Benito Mussolini y se llevó, el 10 de junio de 1934, la victoria dos goles por uno en tiempo extra.

Los tantos de la Azzurra fueron anotados por Raiumndo Orsi (81′) Angelo Schiavio (95′), mientras que por los checoslovacos anotó Antonin Puc (71′).

Italia se convirtió en la primera selección europea en ganar el Mundial y fue la primera final definida en tiempo extra.

El duelo fue pitado por el sueco Ivan Eklind y 55 mil personas asistieron al Stadio Nazionale del Partito Nazionale Fascista.

Francia 1938, Italia 4-2 Hungría

Italia repitió el éxito cuatro años más tarde, para convertir a Vittorio Pozzo en el primer y, hasta ahora, único director técnico en ganar dos Mundiales. La Nazionale venció a Hungría cuatro goles por dos en el estadio Olympique de Colombes de París. Fue el 19 de junio de 1938.

Un total de 45 mil personas asistieron al encuentro, que fue pitado por el francés Georges Capdeville.

Los goles italianos fueron anotador por Luigi Colaussi (6′, 35′) y Silvio Piola (16′, 82′). Por los húngaros, marcaron Pal Titkos (8′) y Gyorgi Sárosi (70′).

Brasil 1950, Brasil 1-2 Uruguay

La Segunda Guerra Mundial llenó de sangre a Europa y la Copa del Mundo tuvo que aplazarse durante 12 años, hasta que Brasil la acogió en 1950. Era el cuarto Mundial de la historia, el primero en suelo carioca y, así, la copa regresaba a Suramérica y no fue de manera metafórica sino real, pues Uruguay ganó su segundo torneo de la historia.

Fue una de las finales más icónicas de la historia. El popular Mundial del Maracanazo, en el que la Celeste venció a Brasil dos tantos por uno en el mítico Estadio Maracaná, ante una entrada récord de más de 200 mil personas.

Además, la copa fue renombrada Copa Jules Rimet, en homenaje a los 25 años de presidencia de la FIFA del francés. Juan Alberto Schiaffino (65′) y Alcides Ghiggia (79′) fueron los autores de los tantos que pusieron rodillas a Brasil.

Ghiggia fue el primer jugador en marcar en todos los partidos y terminó con cuatro dianas, cuatro menos que el goleador brasileño Ademir.

La derrota del Maracanazo fue tan fuerte para Brasil, que hasta esa edición utilizaron la camisa blanca y azul como local. El único tanto carioca fue anotado por Friaca (47′).

El árbitro principal fue el inglés George Reader.

Suiza 1954, Alemania Federal 3-2 Hungría

La Copa del Mundo regresó a Europa y fue el primer Mundial en el que Alemania acudió con el nombre de “Alemania Federal” o “Alemania Occidental” y lo hizo con éxito, al superar en la final a Hungría tres goles por dos y ganar su primer campeonato.

Se disputó el 4 de julio de 1954 y fue la final conocida como El Milagro de Berna, en la que hubo la sombra del dopaje por parte de los teutones.

El Wankdorfstadion de Berna acogió este encuentro al que asistieron 60 mil espectadores y fue dirigido por el inglés William Ling.

Los tantos alemanes fueron obra de Maximilian Morlock (10′) y Helmut Rahn (18′, 84′), mientras que por los húngaros marcó el legendario Ferenc Puskás (6′) y Zoltán Czibor (8′).

Suecia 1958, Suecia 2-5 Brasil

Fue el torneo que marcó el nacimiento de unas leyendas de la historia del fútbol mundial: Pelé. El jugador brasileño de apenas 17 años es el más joven en ganar la competición y encaminó a la canariña a ganar la primera de sus tres Copas del Mundo con Brasil. Los suramericanos humillaron a Suecia cinco por dos, siendo la primera goleada en las finales del torneo.

El 29 de junio de 1958 se celebró el encuentro en el Estadio Rasunda de Solna. Los tantos cariocas fueron obra de Vavá (9′, 32′), Pelé (55′, 90′) y Mario Zagallo (68′). Por los anfitriones, anotaron Nils Liedholm (4′) y Agne Simonsson (80′).

La asistencia fue de 49 mil 737 personas y el árbitro principal fue le francés Maurice Guigue.

El triunfo de Brasil le permitió ser la primera y, hasta ahora, única selección no europea en imponerse en el viejo continente. Además es el primer campeón del mundo fuera de su continente, logro que repitió en 2002 en Corea y Japón, pero en Asia.

Chile 1962, Brasil 3-1 Checoslovaquia

Chile acogió su primer y único Mundial, que vio a la Brasil de Pelé ser el tercer bicampeón del mundo, luego de Italia (1934 y 1938) y Uruguay (1930 y 1950).

El 17 de junio de 1962 la canariña logró el doblete, gracias a tantos de Amarildo (17′), Zito (69′) y Vavá (78′), quien se convirtió en el primer jugador en marcar en dos finales. Josef Masopust (15′) mandó el balón a la red por los europeos.

El árbitro Nickolaj Latychev, nacido en la Unión Soviética, fue el encargado de impartir justicia. La asistencia fue de 68 mil 679 personas.

Inglaterra 1966, Inglaterra 4-2 Alemania Federal (tiempo extra)

El máximo torneo de selecciones del mundo regresó a Europa. Inglaterra fue la sede en la que, además, se instauró el partido inaugural oficial y contó por primera vez con una mascota. Fue Willie, un león que lucía con orgullo la bandera del Reino Unido.

El 30 de julio de 1966, Inglaterra superó a Alemania Federal tres por dos en tiempo extra. Geoff Hurst es el único jugador en anotar tres tantos en una final (18′, 101′, 120′), uno de ellos, el más polémico, al rebotar sobre la línea y ser convalidado para subir el marcador y, a la postre, dar la victoria a los ingleses ante su público en Wembley.

Martin Peters (78′) marcó el otro tanto inglés, mientras que Helmut Haller (12′) y Wolfgang Weber (89′) lo hicieron por los alemanes.

Un total de 96 mil 924 personas presenciaron el duelo, que fue pitado por el suizo Gottfried Dienst y que vio a la Reina Isabel II entregar el trofeo de campeón al capitán Bobby Moore.

México 1970, Brasil 4-1 Italia

La consagración de Brasil llegó en una de las finales más icónicas de todos los tiempos. El 21 de junio de 1970 el Estadio Azteca recibió la final entre Brasil e Italia, ganada por la canariña cuatro goles por uno, en una gran exhibición ofensiva y de fútbol champagne.

Los tantos de los cariocas fueron anotados por Pelé (18′), Gerson (66′), Jairzinho 71′) y el capitán Carlos Alberto (86′). Por Italia, acortó distancias Roberto Boninsegna (37′).

La asistencia fue de 107 mil 412 personas y el árbitro principal fue el alemán Rudi Glockner.

De esta forma, Brasil se convirtió en el tercer país en ganar todos los partidos que disputó y en ser el primer tetracampeón.

Por su parte, Pelé se retiró por la puerta grande, al ganar su tercer Mundial siendo hasta ahora el único en lograrlo.

Alemania 1974, Países Bajos 1-2 Alemania Federal

El Mundial de 1974 estrenó trofeo. El escultor italiano Silvio Gazzaniga se encargó de fabricar la nueva joya, que tuvo el honor de ganar por primera vez Alemania Federal. Los teutones, vencieron en la final a Países Bajos dos goles por uno en el Estadio Olímpico de Múnich, para lograr su segunda Copa del Mundo tras el éxito de 1954.

Además fue el cuarto país organizador en quedarse con el título, luego de Uruguay en 1930, Italia en 1934 e Inglaterra en 1966.

La final se celebró el 7 de julio de 1974 ante 78 mil 200 espectadores. Johan Neeskens abrió el marcador apenas a los 2 minutos, con el primer tanto de penal en los Mundiales y siendo, además, el gol más rápido en una Copa del Mundo. Sin embargo, los alemanes empataron también desde los 11 metros, gracias a tanto de Paul Breitner en el minuto 25 y luego «El Torpedo» Gerd Muller anotó el tanto que les dio la victoria en la fracción 43.

El duelo fue pitado por el inglés John Taylor y fue testigo de dos de las selecciones más poderosas de la historia y del enfrentamiento de dos de los mejores jugadores del mundo y capitanes de sus selecciones: Johan Cruyff y Franz Beckenbauer.

La Naranja Mecánica y el fútbol total del director técnico Rinus Michels no pudo ante la fortaleza de los dirigidos por Helmut Schoen.

Argentina 1978, Países Bajos 1-3 Argentina (tiempo extra)

Argentina logró su primera Copa del Mundo de la mano del «Matador» Mario Alberto Kempes. La Albiceleste se impuso a Países Bajos tres goles por uno en tiempo extra, en partido celebrado a reventar en el Estadio Monumental de Buenos Aires.

Kempes, que terminó como máximo anotador de la Copa con seis tantos, abrió el marcador a los 38 minutos. La respuesta holandesa llegó al 82, con tanto de Dirk Nanninga para forzar el tiempo extra.

Ya en el tiempo adicional, Argentina se encargó de sentenciar el duelo con tantos de Kempes al 105 y Ricardo Bertoni al 115.

Así fue el quinto país organizador en quedarse con el título, luego de Uruguay en 1930, Italia en 1934, Inglaterra en 1966 y Alemania en 1974.

Por su parte, Países Bajos se convirtió en la primera selección en perder dos Mundiales consecutivos.

El juego fue pitado por el italiano Sergio Gonella y se disputó el 25 de junio de 1978.

El «Flaco» César Luis Menotti le ganó el duelo táctico a Ernst Happel.

España 1982, Italia 3-1 Alemania Federal

La magia de Paolo Rossi llevó a Italia al tricampeonato en el Mundial España 1982, que estrenó formato con 24 selecciones participantes.

El Bambino de Oro, que en la segunda fase le había marcado un hat-trick a Brasil, lideró a la Azzurra al título el 11 de julio de 1982 en el estadio Santiago Bernabéu. El delantero de la Juventus abrió el marcador a los 57 minutos.

Luego anotaron Marco Tardelli (69′) y Alessandro Altobelli (81′) para encaminar el triunfo italiano, que le permitió al portero y capitán Dino Zoff ser el jugador de mayor edad en ser campeón del mundo.

Paul Breitner descontó por los alemanes en la fracción 83, pero no pudo evitar la derrota alemana en la primera de las tres finales consecutivas que disputó.

El árbitro fue el brasileño Arnaldo Coelho y la asistencia fue de 90 mil personas.

México 1986, Argentina 3-2 Alemania Federal

El Mundial de Diego Armando Maradona no podía terminar sin el título. El astro argentino llevó a la Albiceleste al bicampeonato, al derrotar a Alemania Federal tres golees por dos en el Estadio Azteca ante 144 mil 600 personas.

El 29 de junio de 1986 quedó escrito en letras doradas para lus suramericanos, que se impusieron con tantos de José Luis Brown (23′), Jorge Valdano (55′) y Jorge Burruchaga (83′). Por Alemania, habían anotado Karl Rummenigge (73′) y Rudi Voller Anotado en el minuto (80′), pero no fue suficiente para detener a la Albiceleste.

El encuentro fue pitado por el principal brasileño Romualdo Arppi Filho.

Italia 1990, Argentina 0-1 Alemania Federal

La venganza teutona llegó cuatro años más tarde. Alemania Federal le ganó por la mínima diferencia a Argentina, con tanto de penal de Andreas Brehme en el minuto 85.

El árbitro mexicano Edgardo Codesal fue el encargado de pitar el polémico penal en el estadio Olímpico de Roma ante 73 mil 603 espectadores, que minutos más tarde vio a Alemania convertirse en tricampeón del mundo.

Estados Unidos 1994, Brasil 0-0 Italia (penales 3-2)

El estadio Rose Bowl de Los Ángeles fue testigo de la primera final en la historia en decidirse en penales y primera sin goles en 120 minutos. Brasil e Italia se volvieron a enfrentar 24 años después de la cita en México 70 y la alegría volvió a ser brasileña.

Roberto Baggio falló el último penal, que se convirtió en una imagen icónica en las Copas del Mundo. Así Brasil se convirtió en el primer tetracampeón, en una selección repleta de estrellas con Romario, Bebeto, Dunga y Taffarel.

El duelo fue pitado por el húngaro Sándor Puhl y asistieron 94 mil 194 personas al estadio, en un duelo que se jugó a mediodía, con un sol inclemente y mucha humedad.

Francia 1998, Brasil 0-3 Francia

El primer Mundial con 32 selecciones finalizó con celebración en casa. Francia recibió su primer torneo desde 1938 y se unió a Uruguay (1930), Italia (1934), Inglaterra (1966), Alemania (1974) y Argentina (1978) en ganar la Copa del Mundo como anfitriones.

Los galos disputaron una final de ensueño en el Stade de France en Saint-Dennis ante 80 mil personas, al golear a Brasil tres por cero, con un doblete de Zinedine Zidane (27′,45+1′) y otro tanto de Emmanuel Petit (90+2′), ante la mirada incrédula de Ronaldo y compañía.

La final se disputó el 12 de julio de 1998 y fue arbitrada por el marroquí Said Belqola, quien fue el primer africano en dirigir la final de un Mundial.

Corea y Japón 2002, Alemania 0-2 Brasil

La primera final celebrada en el continente asiático y el primer Mundial organizado entre dos países se tiño de amarillo. Ronaldo tuvo su recompensa y con un doblete en los minutos 63 y 79, derrotó a Alemania para ser el primer país en ganar cinco Mundiales y la segunda selección, luego de Alemania (1982, 1986, 1990), en jugar tres finales consecutivas.

El 30 de junio de 2002 se disputó este duelo en el Estadio Internacional de Yokohama y fue pitado por el italiano Pierluigi Collina ante 69 mil 29 espectadores.

El capitán Cafú ha sido el único en jugar tres finales consecutivas (1994, 1998 y 2002) y fue la primera final celebrada por Alemania como nación unificada.

Fue el segundo Mundial ganado por Brasil fuera de su continente, tras el éxito alcanzado en Suecia 1958.

Alemania 2006, Italia 1-1 Francia (penales 5-4)

La segunda final de la Copa del Mundo que se decidió por penales, también tuvo a Italia como protagonista, pero esta vez dejando un buen sabor de boca.

Los dirigidos por Marcello Lippi empataron con Francia a un gol en 120 minutos y luego los vencieron en penales 5-3. Fabio Grosso se encargó de transformar el último penal, con un disparo seco y potente al vertical izquierdo, para desatar la celebración y darle el cuarto título a Italia.

De esta forma, la Azzurra se convirtió en la primera selección europea en ser tetracampeón y lo logró el 9 de junio de 2006 en el estadio Olímpico de Berlín, ante 69 mil personas.

El árbitro argentino Horacio Elizondo pasó a la historia por expulsar del juego al capitán francés Zinedine Zidane, por el cabezazo en el pecho dado al defensa italiano Marco Materazzi.

El colegiado fue el primero en pitar el juego inaugural y la final del Mundial.

Sudáfrica 2010, Países Bajos 0-1 España

El 11 de julio de 2010 quedó marcado para siempre en España. Esa noche la Roja superó a Países Bajos por la mínima diferencia, gracias a un tanto de Andrés Iniesta en la fracción 116 de la prórroga. Así España logró su primera y única Copa del Mundo y ser la primera selección europea en titularse fuera de su continente.

El Estadio Soccer City de Johannesburgo vivió la celebración de la selección dirigida por Vicente del Bosque. Al encuentro asistieron 84 mil 490 personas y fue dirigido por el inglés Howard Webb.

Brasil 2014, Alemania 1-0 Argentina (tiempo extra)

Alemania y Argentina se enfrentaron por tercera vez en la historia, luego de las ediciones de 1986 y 1990. Esta vez, el escenario fue el 13 de julio de 2014 en el mítico Estadio Maracaná en Río de Janeiro y Mario Gotze definió el encuentro con un gol en el minuto 113 de la prórroga, para darle a Alemania su cuarto título mundial.

Así los teutones igualaron a Italia como tetracampeones y fueron los primeros europeos en ganar en el continente americano. Además, frustraron el sueño de Lionel Messi de ganar con Argentina.

El juego fue pitado por el italiano Nicola Rizzoli y tuvo una asistencia de 74.738 personas.

Rusia 2018, Francia 4-2 Croacia

Francia volvió a festejar a lo grande el 15 de julio de 2018. Veinte años después de la hazaña de ganar su primer Mundial, se consagraron en Rusia 2018 para convertirse en bicampeón del mundo, tras doblegar a Croacia en la final cuatro goles por dos.

La final se disputó en el estadio Luzhnikí de Moscú, ante 78 mil 11 espectadores y fue dirigida por el argentino Néstor Pitana.

Los tantos franceses llegaron gracias a un autogol de Mario Mandzukic (18′), quien anotó el primer tanto en propia puerta en una final de la Copa del Mundo. Antoine Griezmann marcó de penal (38′), en una jugada en la que por primera vez se utilizó el VAR en una final, mientras que los otros tantos fueron de Paul Pogba (59′) y Kylian Mbappé (65′).

Por los croatas, descontaron Ivan Perisic (28′) y Mandzukic (69′).

El equipo galo dominó el torneo de principio a fin, sin perder ningún juego. El director técnico Didier Deschamps se convirtió en el tercer estratega que alza el trofeo primero como jugador y luego como seleccionador, tras ser el capitán en la final del 98. Los otros fueron hombre después de Mario Zagallo y Franz Beckenbauer.

Europa además continuó con la hegemonía. Por cuarto Mundial consecutivo el campeón fue de la UEFA, luego de Italia (2006), España (2010) y Alemania (2014).

Qatar 2002, Argentina 3-3 Francia (penales 4-2)

El sueño se cumplió. Argentina venció a Francia en penales, tras empatar a tres goles en 120 minutos en el Luisail Stadium, para consagrarse tricampeón del mundo tras los éxitos logrados en 1978 y 1986. Los goles de la Albiceleste fueron de Lionel Messi, que finalmente levantó la Copa, gracias a un doblete y a otro tanto de Ángel Di María.

Gonzalo Montiel definió la tanda de penales, que quedó 4-2, al marcar el último penal y desatar la locura en el estadio. Emiliano “Dibu” Martínez detuvo un penal a Kingsley Coman, mientras que Aurélien Tchouaméni remató fuera del arco por el vertical derecho.

No bastaron los tres goles anotados por Kylian Mbappé para revalidar el título de Francia, que estuvo cerca de lograrlo.

Fue un partido de emociones, sobre todo al final. Argentina parecía dominar con tranquilidad hasta la fracción 80, cuando apareció Mbappé y empató en dos minutos. El juego se fue a la prórroga, en la que volvieron a marcar Messi y Mbappé.

Los suramericanos le dieron el primer título a Conmebol en 20 años, rompiendo con la hegemonía europea que había ganado cuatro Mundiales en fila: Italia (2006), España (2010), Alemania (2014) y Francia (2018).

Así el director técnico Lionel Scaloni se unió a sus 44 años a las leyendas César Luis Menotti y Carlos Bilardo, como los estrategas campeones del mundo con la selección.

El resultado le permitió también a Italia mantenerse como la única selección europea en ganar dos títulos consecutivos (1934-1938) y a Vittorio Pozzo como el único en ganar dos Mundiales desde el banquillo.

En este encuentro, Lionel Messi sumó dos récords más. El argentino superó al alemán Lothar Matthaus y se convirtió en el jugador con más partidos en los Mundiales con 26. También desplazó al mítico defensor Paolo Maldini en minutos jugados en una Copa del Mundo con 2 mil 314, superando los 2 mil 217 del italiano.

Además, junto al portero francés Hugo Lloris, se convirtió en el quinto capitán en jugar dos finales del Mundial, junto al alemán Karl Rummenigge (1982-1986), el argentino Diego Armando Maradona (1986-1990) y el brasileño Dunga (1994-1998).

Messi abrió el encuentro con tanto de penal al minuto 23 y Di María aumentó la cuenta al 36. Argentina parecía tener el juego controlado, pero Mbappé apareció con un doblete en dos minutos. Primero anotó de penal al 80 y luego con un golazo al 81.

Con el empate se fueron a la prórroga. Messi aprovechó un balón rifado en el área para marcar al 108 y Mbappé volvió a anotar de penal al 118.

El tanto de Mbappé fue el 172 de esta edición de la Copa del Mundo, para implantar un récord y superar los 171 goles de tantos de Francia 1998 y de Brasil 2014.

El duelo se sentenció en la tanda de penales, gracias al último disparo de Montiel para desatar la celebración de Argentina y cumplir el sueño de Messi.

Qatar 2022: Francia acabó con el sueño de Marruecos y el domingo defenderá el título ante Argentina

EFE.- Francia jugará la final del Mundial de Qatar, la cuarta de su historia, la primera contra Argentina, tras haber logrado derribar el fortín marroquí con un gol de Theo Hernández a los 5 minutos y aguantar mal que bien el acoso africano hasta que llegó la puntilla de Randal Kolo-Mouani en el 79.

La alegría de la victoria lo puede todo. Qatar presenciará el duelo entre Leo Messi y Kylian Mbappé, las dos estrella del PSG, enemigos el próximo domingo con la tercera estrella para cada selección como recompensa.

No habrá finalista africano, como soñaba todo un continente, ni árabe, en el primer Mundial organizado en un país árabe. Tras caer ante la campeona del mundo, los «leones del Atlas», que han roto muchas barreras, tendrán que conformarse con buscar el podio el próximo sábado contra la subcampeona, Croacia.

La victoria, que permitirá a Francia optar a revalidar el título conseguido hace cuatro años, algo que nadie ha hecho desde el Brasil de los 60, no puede ocultar las carencias defensivas de la campeona, puesta en jaque por un equipo que no destaca por su potencia ofensiva. Ni que su estrella, Kylian Mbappé, parece menos estrella desde hace dos partidos.

El tempranero gol de Theo cambió los papeles repartidos a priori, los franceses defendiendo y Marruecos a la ofensiva, donde no se le había visto hasta ahora.

La mejor manera de derribar un fortín es obligarle a salir de sus casillas. En 5 minutos, Theo Hernández logró lo que no habían conseguido hasta ahora reputados equipos como Bélgica, Croacia, España o Portugal.

Ni muchos más, porque el tanto fue el primero que un rival lograba en las mallas marroquíes desde que en agosto pasado Walid Regragui se hiciera con las riendas de la selección y el segundo que encaja Bono, tras el que le metió, en propia puerta, Aguerd contra Canadá.

Como hace cuatro años en Rusia, la solución francesa llegó de la mano de un defensa. Entonces, ante Bélgica, fue Samuel Umtiti quien se vistió de goleador para dar a Francia el pase a la final y ahora fue Theo Hernández, un jugador que llegó con la vitola de suplente y que fue propulsado a titular por la lesión de su hermano Lucas. Otra muestra de que el destino se escribe con renglones torcidos.

Como el gol, nacido de un desajuste defensivo de la zaga más sólida, un resbalón de En Yamiq, un mal despeje de Hakimi, un remate acrobático de Theo y Bono sin recursos. Todo lo que hasta ahora había rodado a la perfección para Marruecos se derribó en un instante frente al empuje francés. La confianza, que mueve montañas, dirán unos.

Lo más difícil ya estaba hecho para la campeona. El asediado obligado a salir de su fortín, el plan perfecto para Didier Deschamps que se había rebanado los sesos para fisurar la muralla y que se encontraba con una grieta al poco de empezar.

Ofensiva africana

Obligado a reaccionar, los «leones del Atlas» se lanzaron a la aventura para sacar los colores a la zaga francesa, puesta en evidencia por Ounahi en el 11, salvada por Lloris, y en cinco más tarde por Konaté.

Mal augurio para lo que restaba al partido y para la final que se avecina contra las huestes de Lionel Messi. Francia está incómoda defendiendo, incluso con el ataque alocado de Marruecos y eso lo olió el equipo, que trató de recobrar las riendas del juego, la mejor forma de no sufrir agobios.

En la estirada, Giroud demostró que no era su mejor noche y falló dos ocasiones buenas, en el 37 a pase de Tchouaméni, algo desviada, y tres más tarde a pase de Mbappé, que superó a su amigo Hakimi pero el disparo lo saca bajo palos El-Yamiq.

El defensa marroquí del Valladolid tuvo el empate en sus pies en el 44 en una chilena tras un córner que entre Lloris y el palo evitaron que acabara en gol.

Espoleados por esa esperanza, los «leones del Atlas» creyeron en la gesta, en remontar ante la campeona, obligada ahora a achicar agua, los papeles cambiados, el asediador asediado.

Marruecos acarició el gol, lo intentó En-Nesyri, su mejor argumento anotador en Mundiales, lo procuró Ounahi, a pase de Ziyech, e incluso Hakimi se sumó a la fiesta. Pero no hubo nada que festejar.

Trató de darle brío Regregui a su equipo desde el banquillo, pero fue la salida de Marcus Thuram la que permitió respirar a Francia, que llevó el juego al otro área, la mejor receta para no sufrir.

Griezmann, que durante muchos minutos se afanaba en taponar las vías de agua de su zaga, agarró el timón para enderezar el rumbo de la campeona, que seguía padeciendo cada vez que un marroquí se lanzaba al ataque. El sudor corría por la frente de Deschamps cuando Hamdallah casi se planta solo ante Lloris.

Pero el sosiego no llegó hasta que en el 79 Kolo Mouani se aprovechó de una jugada de Mbappé, medio disparo, medio asistencia, para derrocar la fortaleza de Bono.

Ni un minuto hacía que, en lugar de un desdibujado Dembelé, había entrado el delantero del Eintracht Frankfurt, el último en incorporarse a la aventura mundialista por la lesión de Christian Nkunku. De nuevo los renglones torcidos.

El gol acalló a la ruidosa grada. Marruecos había soñado con estar en lo más alto y tendrá que conformarse con haber sido la africana que más lejos ha llegado, la árabe que mantuvo el orgullo más tiempo en el Mundial árabe.

Pero no fue suficiente para evitar que el título se lo jueguen dos naciones que figuraban entre las favoritas antes incluso de empezar el torneo. Marruecos ya ha escrito su historia. Francia y Argentina, buscarán la suya.

Foto: EFE

Messi: “Sabíamos que no éramos los máximos candidatos, pero no le íbamos a regalar nada a nadie”

Tony Cittadino (Madrid).- Lionel Messi anotó un gol y dio una asistencia en la victoria de Argentina ante Croacia de tres por cero en el Lusail Stadium, que le permitió a la Albiceleste avanzar a su segunda final en tres Mundiales.

En este encuentro, el astro argentino se llevó dos récords más. Llegó a 11 goles con la selección, quedando como el máximo anotador de todos los tiempos al superar a Gabriel Omar Batistuta.

Además el 10 igualó al alemán Lothar Matthäus con más juegos disputados en la Copa del Mundo con 25. El domingo, de mantenerse sano y jugar, también tendrá la marca de más duelos jugados en un Mundial con 26.

“Me siento bien, con lo mejor para afrontar cada partido. No fue nada fácil, llegamos cansados pero el grupo volvió a sacar fuerza e hicimos un partido muy serio”, dijo en la rueda de prensa luego del partido ante los croatas en declaraciones reseñadas por el departamento de prensa de la AFA.

Messi también destacó la fortaleza del grupo para alcanzar la final, tras dejar en el camino a Australia en octavos, a Países Bajos en cuartos y a Croacia en la semifinal.

“Sabíamos que no éramos los máximos candidatos, pero no le íbamos a regalar nada a nadie. Fuimos demostrándolo partido a partido. Este grupo es muy inteligente, sabe leer los momentos de cada partido. Lo dijo Scaloni: sabe sufrir cuando tiene que sufrir y tener la pelota cuando hay que tenerla”.

Además aplaudió la labor del cuerpo técnico. “Tenemos un cuerpo técnico muy bueno, que no deja nada al azar. La lectura que hacen de cada partido después sucede. No nos desesperábamos cuando teníamos que correr de un lado para el otro, sabíamos que la posesión era su fuerte”.

El delantero de 35 años no ocultó la emoción que quedar a un paso de ganar su primer Mundial, el mismo que se le escapó en Brasil 2014 ante Alemania.

“Hemos pasado situaciones duras, otras muy buenas. Hoy vivimos algo espectacular. Estoy disfrutando con toda esta gente y con todos los argentinos que están en nuestro país. Me imagino que debe ser todo una locura. Siento muchas cosas, es muy emocionante ver todo esto. Ver a la gente, a la familia durante todo el Mundial fue algo increíble. Vamos por el último partido, que era lo que queríamos”, dijo el atacante que finalizó nuevamente por cuarta vez en el Mundial como el Mejor Jugador del Partido.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Argentina goleó a Croacia y buscará su tercera estrella en la final

EFE.-  En el primer tiempo, en siete minutos, de contragolpe, con dos golpes, Julián Álvarez provocó un penal, marcó un gol y desató a Argentina, que devoró a Croacia en un instante, desfigurada por todo lo que había planeado en la pizarra Lionel Scaloni y ejecutaron en el momento justo Lionel Messi y compañía para irrumpir en la final de Qatar 2022. La Albiceleste se impuso 3-0 y confirmó que la ambición del Nº10, de un futbolista único, va más allá, a la copa, a la eternidad, también en el Mundial.

El delantero del Manchester City aún marcó también el 3-0 superada la hora del duelo, porque Argentina, este martes, no fue simplemente Messi, el autor del 1-0 de penal o cuya acción en el tercer gol fue tremenda, con la forma con la que desbordó al defensor que había centrado toda la atracción en este Mundial, Gvardiol. Tampoco fue sólo Julián Álvarez.

Fue más allá. La ‘Albiceleste’ funcionó como un equipo, tan preciado como es eso en el fútbol, contra uno de los bloques más consistentes del planeta, al que desactivó de una forma incontestable, inimaginable en las alturas de una competición tan igualada, para sostener después su ventaja, consciente de que todo lo que había planificado ya estaba hecho. En la final del Mundial, a la que regresa ocho años después, Francia o Marruecos.

Un partido práctico, solvente, concreto y rotundo, que surgió en la mente de Scaloni planteó una emboscada a Croacia. Tan medida, en unos parámetros tan exhaustivos, que no lo intuyó su adversario. Ni siquiera Modric. Fue perceptible. Atento en su medio campo, reforzado con la entrada de Paredes, Argentina sabía que tendría su ocasión, que en el fútbol que propone por el centro el conjunto croata surgiría el momento que le daría el recorrido y el espacio suficiente adelante con el que noquear a su oponente. Con celeridad.

Mientras Croacia jugó, precisó con la pelota, no cometió ningún error, jamás sintió lo que se le venía encima. Parecía que estaba jugando incluso a lo que quería. Que su proposición le permitía tener el encuentro controlado. Ni mucho menos. Una expresión ficticia sobre el terreno. La realidad la comprobó en cuanto se sumergió en el primer fallo. En un mal pase. En cuanto activó todo el plan de Scaloni; en cuanto Messi y compañía lo devoraron.

Cierto es que no tiró a portería hasta el minuto 25, cuando lo propuso Enzo Fernández desde lejos, o que el penal sancionado por Daniele Orsato admite matices, incluso dudas, según la perspectiva desde la que se divise cómo chocó Julián Álvarez con Livakovic, en el duelo individual que había concedido de forma temeraria la defensa croata, con un espacio inconcebible para un semifinalista. También increíble para Argentina. Una invitación al gol.

La pena máxima, discutida y discutible, la transformó Messi, como siempre. Ni siquiera el desafío de tener enfrente a un guardameta espléndido en la destreza de los once metros achicó la determinación del ’10’. Su potente zurdazo fue imparable. Para él. Y para cualquiera. Era el minuto 34. Emiliano ‘Dibu’ Martínez ni miró, girado hacia su portería, en la que tampoco había tenido -ni tuvo después- apenas inquietudes, salvo algún tramo puntual.

Argentina no dudó

El principio del fin para Croacia, que, cuando se enteró de la vorágine en la que él mismo se había metido, ya tenía el encuentro medio perdido. O del todo. En un instante, cuatro minutos, Julián Álvarez surgió de nuevo al contrataque (de una falta lateral a favor de Croacia), para conducir, conducir y conducir desde su propio territorio. Su fe pudo más que el fútbol, afortunado en dos rebotes que lo pusieron delante de Livakovic. Gol. El 2-0.

Ya sobre el terreno, pero aún en los próximos días, Croacia dará vueltas en la búsqueda de una explicación muy simple a tanta desdicha: la efectiva visión de Scaloni para indagar, descubrir e incidir en el detalle justo, en el momento justo, en el lugar justo. No necesitó ni siquiera la versión entonces más desbordante de Messi, aunque sí la disfrutó después, sobrepasada la hora de partido, en el 3-0 que le transmitió a Gvardiol que es un jugador imparable, hasta para él. Que aún necesita mucho más para contener a un astro como él.

Lo encaró, lo giró y lo desbordó. Su posterior pase atrás (la asistencia que lo convierte también en el mejor de la historia de los Mundiales en esa estadística de Argentina) para el remate de Julián Álvarez dictó la sentencia definitiva: la Albiceleste jugará la final del domingo, con la convicción de que tiene las mismas opciones que su oponente, sea quien sea, para ser campeón. O incluso más, porque tiene a Messi. Y eso son palabras mayores.

El ’10’ desea la Copa del Mundo. Ni récords individuales, como ser el jugador con más partidos ya de la historia de la competición junto a Matthäus, con 25. Ni elogios mundiales. Ni haber rebasado a Diego Armando Maradona en encuentros en el torneo. Ni haber alcanzado a Gabriel Batistuta como goleador. Ni nada más que ser el campeón el próximo domingo en el mismo estadio en el que este martes agrandó de nuevo a su Argentina.

Porque la ‘Albiceleste’ actual no habría llegado hasta aquí, ni se lo habría planteado de verdad, de no tener en sus filas a un futbolista único, extraordinario, al servicio de un país que ha descubierto también el carácter y la pasión del Nº10 en Qatar 2022, donde se ha multiplicado hasta el infinito y más allá con la camiseta argentina en la conquista del planeta de una vez por todas, para gritar a todos, bien alto, que puede y debe ganarlo todo.

Ya lo tiene a la vista. Es el domingo. No hay más. Contra Francia o Marruecos. En la final. ‘Su’ final. Porque ya no habrá mañana para él en el Mundial. Es el todo o nada. Porque, a sus 35 años, el torneo en 2026 aparece tan borroso que es imperceptible para él. Una presión, un aliciente, la oportunidad que ha rebuscado durante una década y media, desde que en 2006, en Alemania, debutó un chico de 18 años, a punto de cumplir 19, para hacer historia.

No tendrá tal ocasión Luka Modric. Jamás ganará un Mundial. Pero ha dirigido hasta lugares impensables a la selección de croata, la subcampeona de 2018, la semifinalista de 2022, porque en su misma ruta no sólo estaba Messi, sino también Argentina y Julián Álvarez.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Adidas y la FIFA presentaron el balón de la final, el Al Hilm

Prensa FIFA.- Este domingo, adidas ha presentado Al Hilm, el balón oficial de las semifinales y la final de la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022.

Al Hilm, que en árabe significa «el sueño», toma el relevo del que ha sido hasta el momento el balón oficial de la competición, Al Rihla (en árabe, «el viaje»).

La pelota presenta los últimos avances en diseño de balones y la misma tecnología vinculada de adidas que contenía Al Rihla y que durante este Mundial ha ayudado enormemente a los árbitros a adoptar decisiones con más rapidez y acierto.

Junto con los datos de posición de los jugadores, esta innovación ofrece al equipo arbitral de vídeo información al instante para optimizar la toma de decisiones y contribuir a que los aficionados disfruten del juego con menos interrupciones. La nueva tecnología combina la inteligencia artificial con los datos que proporciona la unidad de medición inercial (IMU, por sus siglas en inglés) situada en el centro del balón.

Como está vinculada al sistema semi automatizado para la detección del fuera de juego, permite comprobar el momento exacto en el que se juega la pelota en situaciones muy ajustadas de posición antirreglamentaria.

Johannes Holzmüller, director de la Subdivisión de Innovación Tecnológica del Fútbol de la FIFA, ha declarado: «Con el desarrollo de la tecnología vinculada del balón, adidas ha hecho posible que el equipo arbitral de vídeo disponga de un nuevo nivel de información muy importante. Los datos que proporciona la pelota abren la puerta a una nueva forma de comprender y narrar las jugadas excepcionales de este Mundial».

Además, el diseño está pensado al milímetro para respetar el medio ambiente. Todos sus componentes se han analizado concienzudamente, hasta el punto de que Al Hilm es el primer balón de las semifinales y la final del Mundial fabricado exclusivamente con tintas y pegamentos de base acuosa.

El fondo dorado y los sutiles motivos triangulares se inspiran en los desiertos que rodean la ciudad de Doha, el color del trofeo de la Copa Mundial de la FIFA y el estampado de la bandera de Qatar.

«El brillo de Al Hilm iluminará el poder que tiene el deporte en general y el fútbol en particular para unir al mundo. Millones de personas sintonizarán con la competición desde casi todo los países del planeta, unidas en su pasión por el fútbol. Deseamos la mejor de las suertes a todas las selecciones que participarán en las últimas rondas de la competición, pues estarán compitiendo en el mayor escenario del fútbol», comentó Nick Craggs, director general de la División de Fútbol de adidas.

Foto: Prensa FIFA

Qatar 2022: Francia despachó a Inglaterra y está entre los cuatro mejores del Mundial

René Tovar (ESPN).- Hacer pronósticos y afirmaciones en el Mundial de Qatar 2022 ha sido temerario. Las crónicas de los partidos han tenido que cambiar en los últimos momentos. Esta noche, en el frío escenario del Al Bayt, podría asegurarse que Francia está lista para jugar la final de la Copa del Mundo. La lógica así lo indica, las sorpresas dictan otra historia.

Pregúntenle a Harry Kane; echó a las nubes a Inglaterra del Mundial.

Argumentos convincentes ofrecen los galos. Un ataque letal de cuatro toques congeló a los ingleses. Theo Hernández, Mbappe, Dembele, Griezmann y finalmente Tchouameni dejó descansar el balón en la red, para no andarlo paseando más en el área inglesa. Un botón de poder.

Según la estadística, la posesión del balón fue inglesa, pero la única llegada de Francia la convirtió en la primera mitad. Aquí se gana con goles. Francia los hizo, Inglaterra los desperdició y los primeros avanzan a la semifinal, donde enfrentará a la sorpresiva selección de Marruecos. Si la lógica no le saca la lengua a los pronósticos, debe encaminarse a la Final de la justa de Medio Oriente.

Inglaterra propuso las bases del juego de principio a fin. Los de Kylian Mbappé se diferencian porque son veneno puro en ataque, atingentes, apenas mueven el balón desde el mediocampo, hay peligro, por eso Inglaterra se adueñó del mismo. Le quitó lo que más aprecia Francia: el balón.

Curioso, pero Hugo Lloris, el jugador que menospreció la prensa internacional al devaluarlo como la debilidad gala, respondió en la portería. Si acaso algún perdido periodista piensa que el meta del Tottenham iba a cederles la razón se equivocó, al menos hasta antes del gol inglés que frente a su insistencia fin cedió la defensiva gala y cometió un penalti a Saka, el mejor de los ingleses, para que Harry Kane por fin hiciera gritar gol a sus miles de aficionados desde los once pasos.

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El movimiento de Inglaterra en el tablero fue acertado. Sin duda. El problema es que Francia se había mantenido con un perfil bajo que tras el empate, apenas iniciado el segundo tiempo, inyectó una fuerte dosis al astro Kylian Mbappe. El hambre de ir por más y sepultar de una vez por todas las aspiraciones inglesas, aunque él no lo logró, de eso se encargó Harry Kane.

Por momentos, el juego aparentó que la calidad individual de Francia es petulante. El desgaste sin duda lo hace Inglaterra. Bukayo Saka tomó el liderazgo. Inglaterra peleó, luchó, corrió, metió pierna, pero no acertó. La diferencia es Francia que toca, toca y toca y cuidado si Mbappé la agarra, porque entonces a rezar toda la isla porque con su velocidad a todos dejó a pie.

Sin embargo, no fue Kylian el encargado de enviar a Inglaterra a casa. Dos factores: la combinación de Griezmann y Olivier Giroud dio resultado. Los galos mataron justo con la dosis que Inglaterra gusta: El balón aéreo. Antoine lo puso por izquierda a la cabeza de Giroud que sólo giró y sacudió la red.

La segunda: Lo que sucedió minutos después que sintetizó el réquiem para Inglaterra. Harry Keane ejecutó un penal y el balón lo envió a las nubes, como las esperanzas de una Inglaterra que luchó, luchó y luchó, pero nunca aterrizó su dominio en el marcador.

Francia es semifinalista. Nadie apuesta por la victoria sobre Marruecos ¿o si?

Qatar 2022: Marruecos liquidó a Portugal y es el primer africano en la semifinal de un Mundial

Rafa Ramos (ESPN).- Marruecos sigue desmitificando a los gigantes europeos. Con la zalea humeante aún de España, este sábado colgó en el zoco de Marrakesch la de Portugal. Pisa Semifinales en Qatar 2022, y aguarda a su víctima… ¿o su verdugo?, de entre Francia e Inglaterra.

Marruecos se impone 1-0, en un Estadio Al-Thumama ataviado con ese sedoso, espectacular, estruendoso, vibrante seductor terciopelo rojo de miles de cabezas y gargantas, tan llenas de rabia y de esperanza, como sus emisarios de la cancha.

Una versión distinta de la que humilló a los juglares de Luis Enrique. Sólo en lo táctico, no en ese corazón generoso, espumoso de rabia, de testosterona, de sangre, de genes, dispuesto a la lucha extrema. Y así, sentenció a Portugal, con la versión satelital marroquí de Youssef En Nesyri, gravitando y cabeceando donde se pensaba que sólo podía levitar Cristiano Ronaldo, para el 1-0.

Marruecos le perdió el respeto a Portugal, paenas cuando había terminado su hazaña ante España. Y sorprendió a Fernando Santos y su tropa. Graznido arbitral de por medio, y los africanos salieron con la túnica de la supuesta víctima, para someter al supuesto victimario. Pero todo ocurrió al revés.

Por eso los identifican como los Leones del Atlas, porque son más grandes, más feroces, con más testosterona y más furia, que sus habituales versiones.

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Sin perder el orden natural, de un equipo que hace de la resistencia y la respuesta inmediata su mejor armamento, de inmediato pudo contra la pared a los portugueses. No necesitó de agobios personales, ni de asfixias personales. Mantuvo eficientemente el trabajo de zonas, y de repente, Portugal jugó bajo neblina: ni espacios ni senderos.

Marruecos liquidó

Mientras de la tribuna bajaban los estruendos, los aullidos, los tambores, como si aquello fuera un escenario ritual de una nación, los jugadores marroquís se asentaban, tomaban el control, a veces de manera aseada y a veces de manera atropellada.

Incluso, en esa libertad que encuentra Joao Félix en su selección, en un acto libertador a como le montan grilletes en su equipo, el Atlético de Madrid, Marruecos lo dejó operar, pero los esfuerzos por acercarse con Bruno Fernandes, no eran abortados por una idea específica, sino por la rabiosa persecución zonal de los marroquíes.

Apenas un par de acercamientos de Portugal, mientras su adversario pasaba del control a la confianza absoluta, consiguiendo alianzas en espacios cortos, para después profundizar. Es así como llega el 1-0, con la capacidad de poblar costados y despoblar de marcas el área.

Es así que al ’42, en embestida por izquierda, se genera la ventaja, contaminada, además por una pésima salida del arquero Diogo Costa. Servicio al área, Youssef En Nesyri se eleva, irónicamente, a las estratósferas donde sólo Cristiano Ronaldo se atreve, y clava el frentazo.

Si el infierno es rojo, el cielo marroquí debe serlo también, o al menos su sucursal en el Estadio Al-Thumama. La marabunta escarlata desata un bufido ensordecedor, multidecibélico, reverberando, convulsionando brutalmente cada milímetro de l aseada y colorada epidermis del escenario. Nadie puede objetarle a la población itinerante de la sorpresa y la festividad, que es el carnaval magnífico de todos los que han pisado tierras qataríes durante este mundial. Y sí, Marruecos sí juega con 12.

Portugal termina con todos los síntomas de un embarazo no deseado: cólicos, vómitos, y urgencia por refugiarse en el vestidor, buscando la solución para detener a ese Tsunami verdirrojo, que no cede, que no reposa, que no se cansa, que no claudica. Y llega, el remanso del medio tiempo.

Ya en el regreso, Fernando Santos esconde la obviedad de sus cartas, bajo un bluff casi obsceno, Demora el ingreso de Cristiano Ronaldo, cuando era ya urgente destrabar la alarma contra incendios y sacar del reclusorio maldito de la banca al maldito bicho de as hazañas.

Y ocurre. El ingreso de CR7 desestabiliza momentáneamente a Marruecos. Mientras emerge el plan para la contingencia, por un acto de supervivencia, por instinto de conservación, empiezan a colgarse de Cristiano los dos jugadores más cercanos.

Y la ecuación se completa. Marruecos elige defender la ventaja, la plaza frágil del 1-0, mientras Portugal, con semejantes libertades, retoma el futbol que por momentos había insinuado en esta Copa del Mundo.

Pero, mientras Bono hace recorridos exactos de su área, fildea con eficiencia cada balón que sobrevuela con facha de misil, parece inexplicable tanta burocracia por parte de los portugueses para tratar de encontrar al único jugador que podía cambiarles el desnlace negro de su novela rosa.

Sólo había posibilidad de dos interpretaciones: o de repente se volvieron pésimos futbolistas y pésimos abastecedores, o de plano hay un boicot, consciente o inconsciente para meter la pelota a la zona de alto voltaje de Cristiano. Si tienes un tipo que gravita a los tres metros de altura y no eres capaz de buscarlo, caben todas las sospechas y las deducciones.

Al minuto 82. Marruecos ya no apuesta por el segundo gol. Monta su propia fortaleza, colosal, gigantes, de adobe, como la de Ait Ben-Haddou, allá por Quarzazate, al sur de Marrakesch. Agota los cambios: piernas frescas, pulmones enteros, corazones impetuosos.

¿Y El Bicho? Vacunado por la múltiple marca y la ineficiencia de sus compañeros o el boicot de sus asociados.

Y así Marruecos sigue derrumbando a los Goliats europeos. Con su Jugador Número 12. España y el glamour de Luis Enrique, y Portugal, con la sofisticación neutralizada de CR7.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Argentina avanzó a semifinales tras vencer a Países Bajos en un partido de infarto

EFE.- Tuvo que ser el acierto del meta Dibu Martínez en la tanda de penales, rubricados por un último tanto de Lautaro Martínez, el que completara el trabajo iniciado por Lionel Messi, frustrado después por un doblete de Wout Weghorst cuando el partido agonizaba, el que terminara por sellar la clasificación para las semifinales de Qatar 2022 de Argentina, que solo desde los once metros pudo dejar de nuevo en el camino a Países Bajos.

La historia se repitió ocho años después. De la misma forma, con similar desenlace, al que se llegó tras una meritoria reacción oranje que resucitó en el momento menos pensado. Murió en la orilla el equipo de Louis Van Gaal que mantiene su condición de invicto con el balón en juego pero que no pudo sellar su ansiada revancha.

Se salvó por los pelos la Albiceleste, que tuvo el partido ganado, la clasificación en el bolsillo pero que se vio condenado a un tiempo extra abierto, sin dueño, y a unos penales que recuperaron el ánimo de los sudamericanos gracias a la inspiración de su portero que detuvo los dos primeros tiros oranje, y prolongaron su sueño de alcanzar la copa.

Hasta la reacción europea, en el tramo final, a la desesperada, había sido otra exhibición de Leo Messi, una más, plasmada con una asistencia y un gol de penales, el cuarto en Qatar y el décimo en los Mundiales, la que llevaba a Argentina hacia las semifinales de la competición. Pero Países Bajos renació en los últimos minutos, cuando igualó Wout Weghorst, un cambio a la desesperada de Van Gaal con el partido en plena ebullición.

No falló Messi, que igualó a Gabriel Batistuta como el máximo anotador en Mundiales, y tampoco Argentina. Falló Brasil que frustró el esperado clásico sudamericano. La Albiceleste hizo lo suyo, lo que se esperaba. Y jugará frente a Croacia en el penúltimo escalón, en el preámbulo de una final soñada y ante la frustración de Van Gaal que encajó su primera derrota.

No entiende de revanchas Leo Messi, que obligó a dejar para otra ocasión las cuentas pendientes que tiene guardadas Países Bajos. Puede dar la sensación de no estar, de transitar por zonas sin influencia en el juego y, de pronto, tirar de su inagotable repertorio y encontrar cualquier genialidad que condicione un partido.

Va a lo suyo el rosarino que con su capitanía ante el conjunto europeo superó a Diego Armando Maradona. En su decimoséptimo encuentro con el brazalete en el brazo en los Mundiales -uno más que el Pelusa- dio un paso más hacia su gran objetivo, hacia un anhelo que tiene entre ceja y ceja en plena cuenta atrás de su carrera.

A dos partidos de la deseada copa situó Messi a Argentina que se acomodó por sexta vez en la semifinal de un Campeonato del Mundo. Un buen síntoma para la Albiceleste. que siempre que atravesó los cuartos llegó a la final.

Apenas sucedían cosas en el césped de Lusail que tenía cara contra cara a dos adversarios demasiado conscientes de lo que tenían en juego. De que era un todo o nada. Un hola y adiós entre dos potencias reputadas en la competición que han convertido sus duelos en momentos históricos.

El más reciente, el que no olvida Van Gaal, el de Brasil 2014 que terminó decidido por los lanzamientos de penales para Argentina, que alcanzó la final que perdió frente Alemania. Fue la penúltima gran frustración de Messi con su selección, aferrado ahora a Qatar como un momento único.

El favoritismo concedido a Argentina fue pasado por alto por Louis Van Gaal. Al menos, en la puesta en escena. Fue una declaración de intenciones del técnico que llegó a Lusail con diecinueve encuentros seguidos sin perder, once en los Mundiales. El preparador de más edad de Qatar 2022 situó de inicio a Steven Bergwijn, más ofensivo que su compañero del Ajax Davy Klaasen, titular frente Estados Unidos que se quedó en el banco.

Sin embargo, llamó la atención el cambio de sistema de Lionel Scaloni, aliviado con la presencia de Rodrigo de Paul, que había encendido las alarmas horas antes por una molestia muscular que llenó de incertidumbre su participación en el partido. Por cinco atrás apostó el seleccionador albiceleste con la inclusión entre Nicolás Otamendi y Cristian Romero de Lisandro Martínez. Más recorrido para las alas, para Nahuel Molina por la derecha y Marcos Acuña por la izquierda.

Una puesta en escena de pizarrón. Del preparador más joven de la competición, Lionel Scaloni, con el más veterano, Louis van Gaal, que se dejó su excelente racha ante Argentina. Diecinueve encuentros sin perder llevaba el neerlandés. Once en Copa del Mundo. Hasta aquí.

De la intrascendencia apareció un disparo de Messi desde fuera del área, muy alto y un disparo posterior de Rodrigo De Paul, inocente, a la media hora, que alteraron la monotonía y precedieron al gol inventado por el capitán albiceleste. En línea de tres cuartos, manejo de balón y pase imposible hacia Nahuel Molina. No falló el lateral del Atlético Madrid, que batió a Andries Noppert.

Aumentó la tensión

No había noticias del ataque oranje. Ni del prometedor Cody Gakpo ni de Memphis Depay. Tampoco pasó buenos ratos Frankie De Jong, sin relevancia en el centro. Por eso agitó el equipo Van Gaal con movimientos desde el banco. Tiró de Teun Koopmeiners y de Steven Berghuis en busca de más profundidad y más velocidad con la pelota.

La salida al campo de Luuk De Jong fue un síntoma de desesperación neerlandesa. Cambió de fórmula. Un juego más directo, balones al área. Pero Argentina sacaba petróleo de cada acción. En un regate de Marcos Acuña en un lateral del área, Denzel Dumfries arrastró un pie de su rival. El penalti lo ejecutó Messi. Esta vez no falló.

Cuarto gol para el rosarino, el décimo en los Mundiales que le iguala con Gabriel Batistuta como los máximos anotadores argentinos en la historia de la competición.

Se aferró van Gaal a Wout Weghorst, su última opción. Más madera dentro del área. Revivió la Oranje con el ariete del Besiktas, que ya había visto una amarilla mientras estaba en el banco, cuando llevó a la red un centro desde la derecha de Steven Berghuis. Y llevo al límite a Argentina con el empate en una falta ensayada al borde del área sacada por Teun Koopmeiners.

Pero apareció Dibu Martínez, en la tanda final, para sostener a Argentina, prolongar su sueño y frustrar la venganza de van Gaal.

Foto: Prensa AFA

Qatar 2022: Tite confirmó su salida de Brasil: “Es una derrota dolorosa”

EFE.- Adenor Leonardo Bacchi, ‘Tite’, seleccionador de Brasil, que cayó por segunda vez consecutiva en un Mundial antes de semifinales, ratificó en conferencia de prensa que acaba su ciclo al frente de la Canarinha, este viernes 9 de diciembre de 2022.

“Es una derrota dolorosa, pero estoy en paz conmigo mismo y es el fin del ciclo”, comentó Tite, quien recordó que ya lo había dicho hace más de año y medio: “No soy un tipo de dos palabras. No estaba jugando para ganar y luego haciendo drama para quedarme, quien me conoce lo sabe”, declaró el seleccionador brasileño, quien apuntó que “todo fue un proceso, la Copa (del Mundo) anterior fue un proceso de recuperación de la formación del equipo y ahora ha tenido toda una etapa”.

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Justificó su salida rápida del césped tras la tanda porque no se acostumbra a quedar en el campo: “Soy un tipo más reservado. Ni en la victoria, ni en la derrota. ¿Me has visto celebrar otras veces cuando ganamos? Es un poco de estilo. Pero seguro que saben lo orgulloso que estoy del trabajo realizado, del compromiso, eso seguro”.

Sobre cómo ha sido su etapa al frente de la Canarinha, Tite dijo que “el tiempo responderá. No estoy en condiciones de evaluar todo el trabajo realizado. Con el tiempo se hará. No tengo esa habilidad ahora después de una eliminación”, indicó.

Explicó que Neymar iba a tirar el quinto y último penalti (no llegó a hacerlo) porque es “el jugador que tiene más calidad y mentalidad y sabe manejar mejor la presión” y consideró que el empate de Croacia, poco antes del final de la prórroga no se debió a una desorganización de su equipo.

“No estoy de acuerdo con la desorganización. Estábamos en una acción ofensiva, poniendo hombres delante, y se rompió la jugada. En ese ir y venir un balón fue al otro lado, se logró reaccionar y cerrar el centro, pero el balón, volvió, remató el jugador, rozó en el defensa y entró”, indicó.

También argumentó los motivos y los cambios realizados: “Tienes un jugador de calidad técnica e individual, que es Rodrygo. Hay un campo lateral e individual, que es Antony. Pedro para el ataque. Alex Sandro entró por Militao que tenía un calambre. Desgaste del Paquetá. Todos dieron lo debido, pero entiendo todas las críticas”, comentó.

Tite, por otro lado, recordó que ante Corea del Sur tuvieron una gran efectividad en la primera parte y consiguieron cuatro goles, pero que en este encuentro crearon “un volumen muy grande de ocasiones” pero no las aprovecharon porque además “su mejor jugador fue el portero”.

Envió además un mensaje a la afición brasileña: “Compartimos la alegría, compartimos la tristeza. Nadie más que nosotros quería dar esa alegría. Lo sentimos, con nuestras familias, con nosotros mismos”.

Foto: EFE

Qatar 2022: Marruecos sorprende a España en los penales

Roberto Morales, Doha (EFE).- La fortuna que en Rusia 2018 dio la espalda en la misma situación, una tanda de penaltis de octavos de final, reapareció para castigar a una España que mascó la impotencia de un dominio improductivo, la frustración de su falta de pegada ante una Marruecos combativa, que a base de coraje llevó el duelo al factor fortuna que, nuevamente, dio la espalda a Luis Enrique.

Los males de la selección española reaparecieron para volver a caer en los octavos de final de un Mundial. Más de doce años sin estar entre las ocho mejores del mundo. Con un sello inconfundible que será legado de Luis Enrique si decide no seguir en el cargo pero también debilidades para no salir airosa en la superioridad.

La posesión improductiva, apenas tres remates en 120 minutos, la falta de pegada, la ausencia de un líder que se eche el equipo a sus espaldas. La incapacidad de vencer un duelo directo en 90 minutos de una eliminatoria desde su última Eurocopa conquistada en 2012. Luis Enrique no encontró la fórmula para volver a reinar.

Datos del partido: Marruecos vs España

En el Mundial pasó del asombro al colapso. De deslumbrar ante Costa Rica a sembrar la duda por unos minutos de desconexión ante Japón que debía despejar en unos octavos de final que no supera desde Sudáfrica. Una barrera insalvable que, para dejarla atrás, estaba obligada a igualar la intensidad del rival. Marruecos, la ilusión de un país, la liberación del que compite sin presión tras haber ya cumplido como revelación del torneo. Presentó un choque durísimo, parapetada en su terreno. Siempre al límite.

En ese sello inconfundible de España, protagonista siempre desde el balón, encontró en el camino numerosos partidos similares. Rival encerrado que defiende con máxima intensidad, respaldado en su potencia física para castigar cualquier imprecisión. Instalada en campo contrario gana importancia la presencia de Rodri como central, convertido en un centrocampista más. Para aumentar la calidad de la posesión, sorprendió Luis Enrique con el estreno de Marcos Llorente. De no contar a hacerlo de titular. Por delante de un Azpilicueta tocado y un Carvajal en un momento bajo.

No es habitual la renuncia a la inspiración goleadora de un jugador en racha. Lo hizo de inicio con Álvaro Morata, suplente tras marcar en cada partido del torneo. La idea era buscar movilidad ofensiva para encontrar espacios que tardaron en aparecer. España necesitaba máxima precisión en el pase, transiciones con rupturas de Pedri y desmarques en las bandas. Comprobó la dureza desde el inicio, con la patada de Ziyech a Jordi Alba, y le costó generar peligro ante un 4-1-4-1 sin fisuras.

Los riesgos que suele tomar Unai Simón para poner el corazón en un puño a todo un país, los asumió en esta ocasión Bono. Marruecos era el ejemplo de orgullo de todo un pueblo por su entrega. España se armaba de paciencia esperando el desgaste del rival. En plena tensión aparecía la pelea contra todos de Gavi, una acción de calidad aislada de Pedri. Una falta de Hakimi como primer acercamiento y el desequilibrio generado por Boufal.

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Marruecos no atendió a la debilidad mostrada por España cuando Alemania le buscó arriba o Japón le hizo daño desde la necesidad. Se sintió fuerte entregando el balón, sin rifarlo en salida cuando lo tuvo, sin sufrimientos ni concesiones. Solamente un desmarque de ruptura de Marco Asensio al pase en profundidad de Jordi Alba y el disparo de zurda al lateral de la red a los 26 minutos. Apenas Ferran la pedía al espacio para lanzar centros sin rematador. Ni un disparo a puerta.

El plan le salía a los ‘leones del Atlas’ que enfocaban la recta final del primer acto como el momento para golpear. Castigando una pérdida en fase de salida de Ferran con el disparo de zurda de Mazraoui que detuvo en dos tiempos Unai y con dos centros laterales que se convertían en aviso con el testazaro de Aguerd. Aprender a mascar la ansiedad era un ejercicio a cumplir por España.

No tardó Luis Enrique en mover el equipo buscando un nuevo escenario cuando en la reanudación se mantenía el guion. La oportunidad a Marco Asensio se acababa con la pisada en una falta lateral que chutaba Dani Olmo y Bono sacaba de puños. Parecía mentira pero era el primer disparo a puerta en 54 minutos de dominio. Intentó ser el referente Marco que necesitaba España, pero jugar de 9 le pasó factura cuando se recurrió al único puro en Qatar, Morata.

Nada alteraría el plan de Walid Regragui. Parecía imposible pero la opción de ser más defensivo podía acrecentarse retrasando aún más metros, con En Nesyri hasta defendiendo en banda. La valentía solo existió en la pugna por cada balón. Era el momento de buscar el desborde y Luis Enrique arengó a Nico Williams para ejercer su papel de revulsivo. El plan b ya estaba en escena.

El duelo entraba en el momento decisivo con el dominio apabullante español ante el cansancio marroquí. Las piernas pesaban. Olmo chutaba a la luna, Nico iniciaba desbordes, Llorente llegaba a línea de fondo, Morata disparaba cruzado y no encontraba puerta de cabeza. España hacía merecimientos pero no demostraba con gol su superioridad y Bono evitaba el triunfo sobre la bocina con una estirada a la falta lateral de Olmo que nadie tocaba y se envenenaba.

Sin capacidad para trasladar al marcador la superioridad del campo, la prórroga era un capítulo más de las eliminatorias de la España de Luis Enrique. No venció ninguna en 90 minutos. Airosa ante Croacia en la prórroga, Suiza en los penaltis que dieron la espalda ante Italia en semifinales de la Eurocopa. De nuevo el corazón en un puño en el primer duelo al todo o nada en el Mundial.

Salvada España por Unai Simón con una parada con los pies decisiva a los 104 minutos cuando Cheddira superó a Rodri y chutó raso. Luis Enrique buscó la frescura de la juventud con Balde y Ansu, un riesgo si llegaban los penaltis. Marruecos los firmaba y España era incapaz de generar peligro. Jugando con un 9 y sin centros que rematar. Sin responder con autoridad al favoritismo. Acabando el partido con las manos en la cabeza por el derechazo al poste de Sarabia tras aparecer en el segundo palo al centro de Rodri.

La moneda al aire y salió cruz. El disparo al poste de Sarabia que había entrado para tener un experto. El golpeo blando del más fiable, Carlos Soler. El error del capitán Busquets, el día que igualaba el récord de partidos de leyendas como Casillas y Ramos. En el cierre más doloroso con el golpeo blando a lo Panenka de Hakimi. El más que posible adiós de Luis Enrique mascando la impotencia de una eliminación difícil de digerir.

Ficha técnica:

0 – España: Unai Simón; Marcos Llorente, Laporte, Rodri, Jordi Alba (Balde, m.98); Busquets, Pedri, Gavi (Carlos Soler, m.63); Ferran Torres (Nico Williams, m.75 (Sarabia, m.118)), Marco Asensio (Morata, m.63) y Dani Olmo (Ansu Fati, m.98).

0 – Marruecos: Bono; Achraf Hakimi, Aguerd (El Yamiq, m.84), Romain Saiss, Nasser Mazraoui (Attiat-Allai, m.82); Amrabat, Ounahi (Benoun, m.120), Amallah (Cheddira, m.82); Ziyech, Sofiane Boufal (Ez Abde, m.66) y En Nesyri (Sabiri, m.82)

Penaltis: 1-0, Sabiri. 1-0, Sarabia al palo. 2-0, Ziyech. 2-0, Soler falla. 2-0, Benoun falla. 2-0, Busquets falla. 3-0, Hakimi.

Árbitro: Fernando Rapallini (Argentina). Amonestó a Saiss por Marruecos (89); y a Laporte (76) por España.

Incidencias: encuentro de octavos de final del Mundial de Qatar, disputado en el estadio Ciudad de la Educación ante 40.667 espectadores.