Luis Alvarado De Sousa (Caracas) | Foto: Archivo.-
Llega febrero y a los dirigidos por Jurgen Klopp se les va la chispa de los primeros meses de competencia. Este equipo llega con una presión importante, levantar un trofeo de Premier League 30 años después del último trofeo de liga. Muchas leyendas pasaron por el mítico Anfield sin poder levantar este trofeo.
Gerrard, Carragher, Torres, entre otros han fracasado en llevar de nuevo la alegría al lado rojo de Merseyside. Ahora bien, razones hay para que este equipo baje de rendimiento en un mismo periodo de tiempo por varias temporadas seguidas. El torneo inglés no es precisamente un catalizador físico para los jugadores, jornadas navideñas y las competiciones europeas pueden mermar el funcionamiento del conjunto “red”.
Podemos ver los resultados de los equipos ingleses en Europa y vemos que solo el equipo rojo ha llegado a la final, desde aquel Chelsea de Drogba en 2012. No obstante, el manejo del talento humano pasa por la dirección técnica sin dudas. Es extraño que Klopp no haya aprendido de sus errores en la campaña pasada. El funcionamiento del conjunto rojo expone al jugador a un gran desgaste físico, ya que el equipo se vale de mucha velocidad a la hora de crear sus jugadas de peligro. También sus figuras han bajado el rendimiento: Salah, Mané y Firmino no son los mismos del mes de noviembre.
También debería existir un plan b en caso de que el equipo rival atraviese el autobús frente a su arco. Dos empates consecutivos no han sido aprovechados por el conjunto de Klopp para despegarse del Manchester City y lograr una ventaja cómoda ante el único equipo que lo ha logrado vencer en esta temporada liguera.
Ese es otro tema, el conjunto “red” suma solo una derrota justamente ante los citizens su más cercano perseguidor, pero lleva cinco empates en la temporada. Ahora bien, analicemos los rivales. Su último empate llegó este lunes frente al West Ham, que tiene la doceava posición de la tabla. El siguiente empate llegó frente al Leicester, ubicado en la posición once. También derrotaron con lo justo al Brighton y al Crystal Palace que ocupan la posición trece y catorce respectivamente.
Desde la llegada del alemán a la conducción del Liverpool, el conjunto del norte de Inglaterra ha tenido problemas con rivales de media tabla hacia abajo. Rivales que saben recogerse en su área y golpear en el momento preciso para sacar el resultado. Recordamos verdugos como el Burnley en campañas anteriores.
Klopp enfrenta un gran reto para conseguir el tan ansiado trofeo de la Premier League para las vitrinas de Anfield. Volver a motivar a un equipo dubitativo, administrar las fuerzas de un equipo visiblemente agotado y conseguir nuevas estrategias para quebrar los muros de los equipos chicos. Veremos si lo consigue o si puede más la presión..
Después de tantas pujas y rumores, la Serie del Caribe vuelve a Panamá luego de cincuenta y nueve años de transitar otros linderos. Sin embargo, esta es la segunda ocasión que se suspende el clásico caribeño en nuestro país. Barquisimeto se vuelve a ver huérfana de beisbol y con una gran decepción. Los larenses vieron a su equipo, los Cardenales, coronarse campeones de la temporada 2018-2019 sobre unos Leones desmantelados y amenazados. La situación país te da y te quita sin dudas.
Muchos no comprenden que una Serie del Caribe no puede llevarse a cabo en un país desnaturalizado en el que los jugadores extranjeros son amenazados con cárcel y tratados como criminales por intentar ser coherentes. Más allá de las pérdidas millonarias que supone la reubicación de la Serie en tierras canaleras y la compleja logística que se avecina, creo que es una decisión acertada por parte de la Confederación del Caribe.
Como venezolanos y ciudadanos que somos, no podemos permitir que nuestro pasatiempo favorito, nuestro deporte rey se vea manchado por la sombra de la corrupción y la decadencia que azota todos los ámbitos de nuestro país. La LVBP siempre se caracterizó por ser una institución seria y coherente en todos los años que lleva de vida en nuestro país. Venezuela misma se caracterizó por ser una plaza exitosa en la organización de esta competición.
Desde las altas esferas del ejecutivo están clamando que “nos robaron” la Serie del Caribe por orden de los EE.UU, que ya todo estaba listo para recibir a los equipos campeones del Caribe, que vendrán muchas demandas a la CBPC por las pérdidas. Nadie nos robó la organización de este evento, la represión del gobierno y las amenazas a los ciudadanos que vinieron a jugar en nuestro país fue lo que nos impidió disfrutar de este bello torneo.
A pesar de todas estas desavenencias, espero que Cardenales le dé una alegría al país. Tienen los jugadores y la motivación que se requiere para devolverle la alegría a una nación que lo necesita mucho en estas horas tan oscuras que se avecinan. Espero que el 10 u 11 de febrero, puedan dedicarle el título del Caribe a nuestro país y a todos los caídos en las protestas. Sin importar el día o los patrocinantes.
Tony Cittadino (Mallorca).- La final entre Leones del Caracas y Cardenales de Lara quedará para nosotros como una de las más insípidas que se haya disputado en la historia de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP). La crisis que se vive en Venezuela ha hecho que el máximo espectáculo del deporte nacional, sea objeto de críticas a favor y en contra de jugarse para definir al campeón.
El sol no se puede tapar con un dedo, a pesar de que todavía existan factores que quieran dar a entender que la situación en el país es una maravilla. No en vano, la Confederación de Beisbol Profesional del Caribe ha planteado la posibilidad de que no se realice la Serie del Caribe en Barquisimeto. Al momento de escribir estas líneas, todo indica que la Serie pudiera suspenderse o ser recibida por México. El año pasado tampoco pudo efectuarse en su sede original: Barquisimeto. Serían, entonces, dos las oportunidades consecutivas en las que el país no albergaría la competición.
La polémica de que el Caracas no quisiera jugar el segundo encuentro de la final en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez, ha sido motivo de discusiones en las redes sociales. Todas con argumentos válidos y respetados. Unas a favor y otras en contra. Jesús Guzmán escribió en Twitter que no estaban dispuestos a saltar al terreno, pero que Cardenales sí lo haría. Unas horas antes, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, asumió como Presidente Interino de Venezuela, en una impresionante marcha en Caracas, basado en los artículos 233 para el establecimiento de un gobierno interino, y en el 333 para restablecer la vigencia de la Constitución. Como era de esperarse, hubo represión y protestas en todo el país. Barquisimeto no fue la excepción.
Al final, los melenudos aceptaron saltar al terreno a las 9:00 de la noche, dos horas después de la hora original pautada. En un primer momento, se manejaba la hipótesis de que perderían por forfeit de acuerdo a las reglas de la LVBP. Pero, luego, se conoció por fuentes de colegas, que hubo amenazas de cárcel para que jugaran los Leones. Sin embargo, colegas informaron que a los melenudos se le había planteado la opción de arrancar la final el lunes 21 y no el martes 22, para tener libre el miércoles 23, pero no aceptaron.
El juego se realizó y Lara ganó ocho carreras por dos. De allí en adelante, decidieron marcharse del equipo capitalino Logan Darnell, Craig Stem y Félix Pérez, alegando que no existían condiciones para que se siguiera jugando la final. Volaron a Estados Unidos, país al que este sábado 26 también regresó Franklin Gutiérrez. El colombiano Harold Ramírez también se fue del país.
Al primer juego de la final asistieron 12.421 personas y al segundo, el polémico, 11.697. La serie de mudó a la capital y el viernes los boletos vendidos fueron 9.321. Este sábado, en el cuarto choque, la cifra bajó a 8.691. Obviamente, son números muy por debajo de los acostumbrados a una final en Venezuela. Los estadios llenos y la fiesta no se ven. Es una situación que contrasta con el ambiente que se vive en una final normal. Esta no la es, por más que quieran maquillar lo que pasa en las calles. Hasta este domingo en la mañana, el Foro Penal Venezolano informaba que 495 personas han sido detenidas desde el pasado lunes 21. La cifra de asesinados asciende a 22.
Cuando en diciembre fueron asesinados los jugadores de Cardenales, Luis Valbuena y José Castillo, en una accidente de tránsito provocado para robarlos, decidimos dejar de informar sobre la LVBP durante una semana. Sentíamos que no había motivos para hablar de beisbol, con semejante desgracia. Incluso, pensamos en la posibilidad de dejar de cubrir la temporada. Al final, retomamos las labores.
Ahora, con la grave situación actual, mantenemos la decisión de no seguir cubriendo lo que queda de final. Tan solo reseñamos el primer juego, antes de que toda la polémica se desatara. Hemos usado nuestra cuenta de Twitter para informar lo que sucede en el país, haciendo un alto en la información deportiva. No somos un medio de comunicación de gran alcance, pero con lo que tenemos preferimos tener respeto y ser coherentes con nuestros valores y principios.
Amamos el beisbol venezolano, pero hay otras prioridades. El país. Quizás la final termine este domingo o regrese a Barquisimeto. Pero para nosotros no será igual. La recordaremos como la final más insípida que hayamos visto. Como un saludo a la bandera. Como la final que, para nosotros, tendrá un asterisco por no desarrollarse en las mejores condiciones.
José Visconti siempre será uno de los periodistas y personas de las que estaré orgulloso de haber conocido.
Estas líneas las escribo mientras espero el tren para ir al trabajo y completo en otros minutos libres. No quería quedarme atrás en la cantidad de muestras de agradecimiento y cariño, desde que se conoció su partida el domingo.
Acá en España, recibí la noticia en la madrugada del lunes. Fue lo primero que vi en los chats del teléfono y en las redes sociales. Igual que sucedió a finales del año pasado con Teodoro Petkoff, José Castillo y Luis Valbuena.
A pesar de la tristeza, recordar a Visconti siempre me sacará una sonrisa. Porque reír con él siempre fue una de las cosas que más disfruté, pues me hacía sentir como un niño. Bien sea por sus sabios consejos o sus fabulosas anécdotas.
Puedo decir que tuve el privilegio de conocerlo y eso me basta. Lo admiré desde pequeño, cuando llegaba a casa corriendo del colegio para verlo en la sección de deportes de El Observador. Costumbre que alternaba con la competencia: ver a Luis Manuel Fernández por Venevision. Quería ser como ellos y fueron mi inspiración para ser periodista deportivo.
Conocí a Visconti en el año 2006. Para entonces, era pasante de prensa de los Leones del Caracas. Fue en el estadio Universtario, en el primer Caracas-Magallanes que se jugaba en la capital.
Llegó al Palco de Prensa y se sentó en el ala izquierda. Yo lo miraba emocionado, mientras él anotaba en una hoja de papel con un bolígrafo. Allí iba haciendo la nota en color del juego de los Eternos Rivales, mientras que Pedro Ricardo Maio y Guillermo Yáber Llanos se encargaban de la reseña y entrevistas para el Diario Meridiano.
Me acerqué y le entregué una botellita de agua en el séptimo inning, cuando me tocaba informar la asistencia al juego. Me saludó con un cariño y respeto, que jamás olvidaré. Porque así era él. Cercano, noble, sencillo y pícaro. Siempre de buen humor. Tal cual como se veía en televisión en su momento. No es casualidad que todos coincidamos en sus cualidades.
Me preguntó qué hacía como pasante, dónde estudiaba y cuál semestre cursaba. Luego, al despedirse, con picardía y picando el ojo, me dijo que comprara el periódico al día siguiente, como lo hacía desde pequeño. Mi sorpresa fue leer mi nombre en su reseña, por darle la asistencia.
Así nació una bonita amistad. En el siguiente juego de los Eternos Rivales, hizo lo mismo, como en el resto de la serie en Caracas. Pero en esa ocasión, pude sentarme con calma a hablar con él y aproveché para entregarle una carta. La recibió con emoción y prometió guardarla.
Cuánto disfruté esos minutos. Me contó de sus anécdotas con Chico Carrasquel y de la buena relación que mantenía con sus hermanas, en especial con Emilia, a quien también pudimos conocer y sentarnos a charlar en casa del «Chico» para un trabajo especial para TalCual.
También de la ocasión en la que entrevistó a Baudilio Díaz al llegar al aeropuerto, tras ganar el Caracas la Serie del Caribe del 82. Una de esas noches cerramos con el orgullo que tenía por su familia y el estar casado con María Teresa. Admirable. En fin, un personaje de los que tanta falta hacen en la golpeada Venezuela de hoy.
En 2008 aprovechamos para realizarle un entrevista, a propósito de la edición aniversaria del periódico y un tema sobre los hijos de inmigrantes aficionados al beisbol, como es mi caso.
La llamada duró casi una hora, pero puedo decir que en más de la mitad hablamos de todo, menos de la entrevista. Con gracia, siempre le mandaba saludos al «brabucón» Teodoro.
En esa entrevista, me contó que venía de una familia muy importante de origen italiano, tanto así que uno de sus antepasados fue fundador de la Scala de Milan, y su abuelo fue uno de los socios fundadores del AC Milan. Hasta tuvieron un Papa en la familia (Gregorio X).
De niño soñó con ser el segundo jesuita Visconti de la historia, pero el periodismo y el beisbol desviaron su intención. A finales del siglo XIX llegaron tres hermanos de la familia, incluido su abuelo, y se residenciaron en la hacienda El Altar, en San Casimiro, estado Aragua.
Allí recibieron la influencia del beisbol de parte de uno de los hijos del general Juan Vicente Gómez. Su familia comenzó siendo fanática del Royal Criollos. Su madre era admiradora de Daniel «Chino» Canónico y todos enemigos jurados del Magallanes, dijo entre risas. Recuerda que en su casa había un radio RCA y escuchaban la «Cabalgata Deportiva Gillete» en la voz de Francisco José «Pancho Pepe» Croquer.
En la década de los años 50 creció jugado pelotica de goma. En los partidos era outfielder y seguidor de Alfonso «Chico» Carrasquel, Luis Aparicio, Roger Maris y Mickey Mantle. «Tenía mucha energía en el brazo. Lanzaba la pelota de los jardines y ¡poing!, la ponía en el home», recordó con su peculiar tono de voz.
Siempre le gustó más el beisbol. Además quería ser como su padre, quien era fanático de los Yanquis de Nueva York, pero a sus equipos de fútbol en el Seminario los denominaba, por razones obvias, AC Milan.
La última vez que coincidimos en una pauta,fue en septiembre de 2014 durante la presentación de la temporada de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. En ese momento, trabajaba en Venevision y cubrí el evento para el Noticiero. Mientras realizaba una pequeña cola para recibir un cuaderno de anotación,se colocó detrás de mí y bromeando me dijo: «Tony Cittadino, Noticiero Venevision. Ya tienes nombre artístico». Al voltear, nos dimos un gran abrazo y reímos. Le agradecí el consejo que una vez me dio en el estadio. «Firma como Tony, porque es más corto y tiene más punch que Antonino». Visconti fue el primero en hacer la sugerencia. Luego Teodoro en TalCual y, finalmente, la adopté en Venevision con la productora general del Noticiero, Belkis Sánchez.
José Visconti marcó una generación que siempre lo recordará con cariño y respeto. Trabajar con honestidad, respetar la carrera y ser nobles, será un homenaje a su legado. Dios te bendiga y ¡toc! sácala de jonrón..
Tony Cittadino (Mallorca, España).- “Epa, qué hubo”, así solía entrar Teodoro Petkoff a la redacción del Diario TalCual para saludar al personal, revisar las minutas del día y estar pendiente durante la hora del cierre del periódico, ahora convertido en página web por la falta de papel que ahoga al periodismo en Venezuela. Teo, como lo conocimos desde nuestra pasantía en deportes en el año 2007, falleció este miércoles 31 octubre en Caracas a los 86 años y es una de las noticias más duras y difíciles de digerir.
Así lo conocimos en septiembre del año 2007, cuando abrió las puertas para trabajar como pasante de deportes del periódico. No podíamos ocultar la emoción, ni los nervios. Justo antes de comenzar la entrevista , escuchamos por primera vez la voz y el grito del “gruñón” Teodoro. “¡Coño, otra vez cadena! Hasta cuándo. Pendiente con lo que dice, aunque seguro será pura paja”, advertía a los periodistas por una de las tantas cadenas del fallecido presidente Hugo Chávez.
Para ese entonces, el periódico era vespertino y se preparaba el cambio para pasar a matutino. El coordinador de deportes, Héctor Becerra, confió en nuestro trabajo y nos enseñó muchísimas cosas, de las que aprendimos y sentimos gran orgullo por ser parte de “la familia talcualera”, como la describimos quienes tuvimos el privilegio de pasar su sala de redacción.
TalCual se convirtió en una familia y una gran escuela. No es un lugar común. De todos los trabajos que tuvimos, fue el mejor. No hay comparación alguna. Es el mejor legado que deja Teodoro, con quien tuvimos una relación de respeto y amistad. No tenemos nada malo que decir de él. Al contrario, estamos convencidos de que fue el jefe más brillante, culto y preparado, que pudimos tener.
Una de las cosas que más disfrutamos, fue conocer al Teodoro conocedor del deporte. Cómo le gustaba hablar, de la disciplina que fuera, pero en especial del beisbol y sus Tiburones de La Guaira. Cómo los defendía, a pesar de saber que para entonces tenían unos 20 años sin ganar. Ya llevan 30. Sin embargo, siempre fue crítico.
Anécdotas, hay muchísimas. Pero lo más importante fue que siempre confió y enseñó a escribir sin miedo. “Claro y raspao”, como el lema del periódico. A los seis meses de estar como pasante, TalCual sacó una edición especial dedicada al beisbol. Tres cuerpos, de unas 30 páginas aproximadamente. Todo un lujo, que nos permitió viajar a Mérida como enviado especial a conocer la tierra del Cy Young venezolano, Johan Santana.
Además cubrimos la Serie del Caribe Margarita 2010 como enviado especial, siendo una de las pautas que evocamos con más nostalgia y aprecio. También seguimos de cerca a la Vinotinto en el Premundial 2010 y cubrimos cinco temporadas de la LVBP, con dos finales en vivo y directo, incluida la última de los “Eternos Rivales” en 2010 y dos jornadas extra de infarto para decir la final. Lo mejor, fue recibir un premio en junio de 2010 con la Mención de Honor Periodista del Año.
TalCual enseñó a patear la calle y Teo siempre estaba pendiente. Reíamos porque por nuestra descendencia italiana, bromeaba diciendo. “Tony, eres como el Marco Scutaro del periodismo, porque ¿cómo te gusta tanto el beisbol siendo de familia italiana. Es algo curioso”. Por eso, disfrutamos buscar la noticia, sin importar los límites que implicara una llamada a Cuba para hablar del golf, el deporte que según “El Supremo” era de la “oligarquía criolla”, pero que Castro y el Che, jugaron en Cuba.
Pero pensamos que el mayor reto y espaldarazo que sentimos, fue hacer la portada para informar que España se había titulado campeón en el Mundial Sudáfrica 2010. Estábamos de guardia y al finalizar el juego, llegó hasta el puesto y dijo: “Tony, vamos a la oficina y hacemos algo diferente. Vamos a colocar la foto del gol y un juego de palabras”. Se sentó en la silla y estiró las piernas sobre el escritorio. Luego de pensar un par de minutos, se sentó, acomodó el teclado de la computadora que tenía sobre una pila de libros y tras varias opciones, nació la portada con la frase “Golé”, un juego entre gol y olé.
Otro de los momentos que más recordamos, fue una llamada para reclamar al vicepresidente de los Tiburones, Antonio José Herrera, por no permitir la entrada del “Chivita” Lezama a los juegos como home club de los salados. Esa orden se mantiene hasta la actualidad y Lezama tiene 99 años.
Fue un lunes. El día anterior, estuvimos en el estadio Universitario y vimos cómo el personal de seguridad sacaba al fanático número 1 del Caracas por bromear con la tribuna, en un juego que perdía La Guaira. Teodoro se enteró, nos llevó a su oficina, pidió el número del directivo y desde ahí realizó la llamada, pidiendo explicaciones con su voz ronca. “¿No les da pena sacar a una persona más anciana que yo del estadio?”, preguntó a Herrera. Luego de escuchar los argumentos, mantuvo su postura de denunciar el atropello a Lezama y cerró diciendo: “Bueno, hagan lo que quieran, pero por eso ese equipo no gana más. Es una vergüenza”. Luego de un par de horas, Tiburones sacó un comunicado explicando lo sucedido.
También tenemos gratos de recuerdos por la ocasión en la que pidió que le imitara la voz. En las mañanas, Teo entraba a la redacción y saludaba a todos: “Epa, qué hubo”. Le agarramos “la caída” y lo comenzamos a imitar. Una mañana, él entró a redacción, saludó y nadie respondió. Todos pensaban que había sido yo y le explicaron. Teodoro no entendía y fue hasta nuestro puesto a preguntar con seriedad: “¿Cómo es eso de que imitas mi voz? Hazlo para ver”. Nunca habíamos visto reír tan sabroso a Teodoro, porque además pidió que también imitara al coordinador de economía, “El Gordo Landaeta” y al caricaturista del periódico, Kees. Es uno de los momentos que siempre llevaremos en nuestra memoria con mucho afecto, porque pensábamos que se molestaría y sucedió todo lo contrario. Esa mañana se reía a carcajadas. En esas bromas, hasta cayó su secretaria, la querida Azucena, al buscar a Teo por redacción y no conseguirlo.
A pesar de ir a otros medios, TalCual siempre será nuestro preferido. No en vano, también le debo el haber conocido a mi esposa. Tampoco olvidaremos el apoyo cuando falleció nuestra abuela y se acercó a la funeraria, en un gesto que no podemos devolver por estar fuera del país.
Sin embargo, una de las cosas que más lamentamos, es que Teodoro se marchó sin ver el desenlace de la pesadilla en la que está convertida Venezuela y sin ver ganar a sus Tiburones. El país democrático, le echará de menos.
Tony Cittadino (Caracas).- Los dolores de cabeza con Italia se han vuelto costumbre. El debut de la Nazionale en la UEFA Nations League dejó más dudas que certezas. Lo mostrado ante Polonia y, en especial, contra Portugal, nos dejó muy preocupados de cara al futuro que le espera a la selección dirigida por Roberto Mancini.
La Azzurra parece no tocar fondo. Es una pesadilla. Todavía no ha pasado el terremoto de no haber clasificado al Mundial Rusia 2018 y sigue la incertidumbre. Un juego sin ideas, falto de actitud y con muchísimos errores, no presagia nada bueno. Italia sumó un punto posible de seis y está obligada a ganar los próximos encuentros del nuevo torneo de la UEFA, para no descender a la Liga B.
El panorama no es alentador, por más que queramos ser optimistas. Ante los polacos se sacó un empate in extremis, por un penal a menos de un cuarto de hora para el final. Sí, se mejoró mucho en la etapa complementaria, pero no fue suficiente. Mario Balotelli caminó en la cancha. Ni se vio. Pareciera tener los días contados en su regreso a la selección, pero seguramente Mancini le seguirá dando oportunidades. Bueno, traerlo de vuelta con este director técnico era la única forma de regresar a la selección y, en realidad, no estamos en contra.
Sin embargo, lo que más alarma fue la imagen mostrada este lunes contra Portugal en Lisboa. Derrota de un gol por cero, que pudo haber sido una goleada si no fuera por la mala puntería de los lusitanos y las milagrosas intervenciones del portero Gianluigi Donnarumma, quien es de los pocos en aprobar el examen de estos dos importantes compromisos. Ah, contando además con la “fortuna” de que Cristiano Ronaldo no fue parte del grupo por mantenerse entrenando con la Juventus.
Mancini revolucionó el 11 inicial, con nueve cambios con respecto al juego del viernes. Sólo repitió a Donnarumma y a Jorginho, quien deberá mostrar algo más si quiere seguir vistiendo la camiseta Azzurra. El mediocampista, que anotó el gol de penal frente a los polacos, estuvo tímido y, en ocasiones, fuera de ritmo ante los portugueses. Nada que ver con el Jorginho que tanto amaron en Napoli. Ni la sombra. De hecho, a nuestro parecer no ha rendido desde que debutó en el juego de playoff contra Suecia.
En la previa del duelo, el estratega anunció que haría cambios porque 72 horas no eran suficientes para recuperar a los jugadores. Nos preguntamos, entonces, cómo hacen las otras selecciones y cómo se ha hecho toda la vida cuando toca disputar partidos en fecha FIFA en menos de una semana. Apoyamos el hecho de ir probando piezas nuevas, para que arranque la nueva Italia, pero sentar a Bonucci y Chiellini en un duelo tan importante prende las alarmas. Pareciera un golpe en la mesa de carácter.
Hay quienes dicen que estos juegos son para eso, para probar. Pero esto es una copa, un torneo nuevo. No son amistosos. Pensamos que pudo haber probado con un equipo mixto. Salir con los titulares lógicos y darle entrada a los recambios en la segunda parte. Pero no. Italia inició el juego con Romagnoli y Caldara en defensa y el desempeño en la última línea fue un desastre.
Además no hubo conexión del mediocampo en adelante. Nadie que tomara la iniciativa para arriesgar. Jorginho no tuvo apoyo y cómo costaba llegar al área tocando. Adelante estaban Immobile y Zaza. Poco o nada. Aunque el delantero del Torino se vio mejor que el de la Lazio. Punto para Mancini, fue darle cabida a Federico Chiesa, quien se vio bien en el ataque en ambos juegos. Debe tener continuidad tanto en la selección, como en la Fiorentina.
Sin embargo, nos seguimos preguntando por qué el técnico no salió con Bernardeschi, Insigne y Belotti de titulares. El Juventino fue de los mejores contra Polonia. El del Napoli tuvo un bajón en el juego pasado, pero es lo mejor que tiene Italia en creación. El delantero del Torino pide a gritos la titularidad de la selección, tanto por edad, como por juego y forma física.
Ahora, Italia está obligada a ganar en su visita a Polonia (14 de octubre) y en casa contra Portugal (17 de noviembre), además de comenzar a ligar resultados favorables entre sus rivales. Descender de categoría en la Nations League sería un duro golpe, pero más lo sería quedarse fuera de la Eurocopa 2020. El sorteo es en diciembre y el tiempo está en contra.
Esperamos que puedan planificar mejor las cosas y salir a jugar con el mejor talento posible. Tampoco es que Italia tiene una selección tan mala, como para estar en esta tortura. Basta recordar que con jugadores muy similares, Conte arrancó aplausos en la Eurocopa 2016, ganando a Bélgica, España y perdiendo en penales en cuartos de final contra Alemania. Ya fue suficiente con la humillación de no ver a Italia en un Mundial.
Luis Alvarado De Sousa (Caracas).- La primera vez que tu equipo favorito gana una copa, es especial. ¿Pero la primera vez que tu selección gana una copa? Eso es un sueño. Vivimos y sufrimos con la selección portuguesa, desde esaprimera final de la Eurocopa en 2004. Esa final que perdimos en Lisboa, en el Estádio da Luz contra Grecia. La generación de oro del fútbol portugués, con ídolos como Figo, Pauleta, Maniche, y Rui Costa que nunca pudieron ganar una copa. Si, la historia de la “Seleção” de Portugal siempre quedaba en el “casi”. Pero en esta final no fue así.
La Eurocopa 2016, en Francia no empezaba bien. Tres empates en la primera ronda, “casi” nos elimina Islandia. Nadie creía en esta selección, ni los propios portugueses. Pero tú nunca dejas de confiar en ellos, sigues creyendo que pueden lograr el milagro, porque eso es lo que se iba a necesitar. Con el paso de las fases, te das cuenta que superaron a Croacia, Polonia, Gales y están en la final de Saint Denis, como 12 años antes en Lisboa. Ya sin la generación de oro, cuyo único sobreviviente es Cristiano.
Crees que al fin va a terminar la maldición del “casi”. Pero el rival es Francia, dueño de casa. Inmediatamente te viene al recuerdo esa semifinal de 2006 con el penal de Zidane, que nos costó la eliminación. Pero confías en la defensa de Pepe, las manos milagrosas de Patricio y algún chispazo del “Capitão” en el ataque.
Ya va a comenzar el juego, buscas tu cábala, ver el juego en Meridiano, porque en DIRECTV son argentinos y empavan. Te pones tu gorra “verde e vermelha” que te ha acompañado desde Alemania 2006. Los franceses meten mucho miedo, tu mamá no quiere ver el juego, le da demasiados nervios. Suena primero “La Marsellesa” y el estadio se cae. Pero “A Portuguesa” también retumba, hay una colonia rojiverde en las gradas del Stade de France. No estamos tan solos en esta pelea.
Comienza la batalla en Saint-Denis
Los franceses salen envalentonados a llevarse por el medio a Portugal y a Cristiano. Apenas nueve minutos y Payet le hace una falta que el árbitro ni pita como falta. “Deberían botarlo, esa falta es criminal” gritas, pero no pasa nada.Ronaldo se levanta y no puede apoyar la pierna, mira al banco y Fernando Santos le pregunta que si tiene que salir. Él quiere quedarse en cancha, pero no puedo caminar. Mientras tanto, Sissoko es un dolor de cabeza para Pepe y Fonte. Le deja un centro a Griezmann que remata y Rui Patricio saca del ángulo. Respiras con mucho alivio. Nani tuvo una oportunidad al contragolpe y la manda al estadio del PSG.
Sigue el partido, pero tú sigues viendo a Cristiano. No camina, hasta que llega el momento que más temes. Ronaldo se para, se lanza a la grama y comienza a llorar. No puedes creer lo que está pasando, 12 años y tanto esfuerzo para llegar a la final y los franceses le rompen la rodilla al “Capitão”. También se te salen dos lágrimas.
Sale en camilla CR7 y entra Quaresma. Tú sigues creyendo en la selección, pero si ganan va a ser totalmente épico. Portugal se va asentando en la cancha y se defiende bien de la marea francesa. Termina el primer tiempo y crees que pueden aguantar hasta los penales. Comienza la segunda parte y siguen bombardeando el área de Portugal. Al minuto 78, Giroud tuvo una y “San Patricio” la sacó milagrosamente. Dos minutos después, Nani exige a Lloris, Quaresma intenta una chilena luego del rebote pero el arquero francés vuelve a tapar. Eso te da esperanzas.
Un cambio al minuto 79 no parecía nada de otro mundo. Entraba Éder, el mueble de la selección y último recurso, salía la joven promesa de Portugal: Renato Sanches. Esto sería decisivo más adelante.
Francia sigue dominando, sufres como nunca en la vida. En el minuto 91, Gignac recibe un balón desde la banda y se libra de Pepe con un regate. Sale Rui Patricio a achicar porque Fonte nunca llega. Se para el tiempo, Gignac remata y el balón va poco a poco hacia el arco. Sabes que fue gol, se acabó el sueño. Ya imaginas los memes en Facebook contra la “Seleção”. Pero por alguna razón, el balón se estrelló en el poste. Esto sí que no lo puedes creer, es un milagro. No fue gol, la Virgen de Fátima está con ellos. Logran despejar el balón y terminan los primeros noventa minutos. Recuerdas la final de Argentina 78’, el holandés Nanninga le dio al poste de igual manera que Gignac, pero Argentina ganó esa final a pesar de eso, ¿Sería una señal?
Media hora más de angustia
En el tiempo extra, Portugal fue mejorando a medida que pasaba el tiempo. Francia estaba extenuada por el esfuerzo. Primero Pepe de cabeza, pasó cerca del poste. Luego Éder, casi logra anotar de cabeza pero los franceses sacaron en la línea. Después Guerreiro, de tiro libre lo mandó al poste, ¿Cómo se puede tener tan mala suerte pana? gritamos.
Pero al minuto 109 llegaría la más grande sorpresa de mi vida. Moutinho robó un balón en el medio campo y se lo dio a Éder, que se quitó a Umtiti con las manos y a Koscielny con el cuerpo. Estaba solo frente a la media luna, ¿Quién piensa que este mueble, como le decían los medios portugueses, podía rematar desde ahí?
Pero eso fue lo que hizo, remató espectacularmente desde la frontal de la media luna a la base de la meta francesa. Lloris se estiró pero nada podía hacer. Golazo de Éder. No creía el gol hasta que vi a la grada portuguesa brincar detrás del arco francés. Salí corriendo a abrazar a mi mamá que seguía sin ver el partido, era increíble, impensado, pero real.
Éder, un bisau-guineano nacionalizado portugués, marcó un golazo para ser recordado por siempre. Un gol para convertirse en héroe, uno de esos héroes del mar que dice nuestro himno. “Uma chuva de luva branca” cayó sobre París mientras Cristiano gritaba desaforado en el banco de suplentes.
Francia estaba rabiosa, buscaba la igualdad, pero nadie nos podía quitar esta victoria. Un último despeje de Rui Patricio al medio campo y pitó el árbitro. Ganamos la final, a Francia, en París. Ni en nuestros mejores sueños lo habíamos imaginado. Gritamos al aire hasta quedarnos sin aliento, se acabó el “casi”, por fin ganamos la Eurocopa, se despejaron los fantasmas de 2004. El último sobreviviente de la generación de oro levantó la copa, Cristiano con la rodilla vendada, el “Capitão”. Eramos por fin, campeones de Europa, nadie nos iba a quitar el mérito.
El fútbol es sufrimiento, así como alegrías. Este partido se resume en una frase: C’est la vie
Tony Cittadino (Caracas).- Domingo 9 de julio de 2006. El día más feliz e inolvidable que hemos vivido en el deporte como fanático. Un sueño que se hizo realidad. Italia, Campeón del Mundo. Un privilegio que tienen pocos y que no se compara con nada.
La noche anterior fue larga. Muy larga. Imposible dormir. Expectativa, ansiedad y nervios. Mil cosas te pasan por la cabeza. Te imaginas todo. El himno, la alineación, los goles y la celebración. El sublime momento de la premiación.
Al propio Gennaro Gattuso le costó dormir. En la entrevista post partido reveló que los nervios lo tuvieron toda la noche en el baño. No era para menos. Del otro lado de la acera estaba Francia. Un equipazo, con Zinedine Zidane a la cabeza. En su último Mundial. Con el fantasma de la final de la Euro 2000, que David Trezeguet resolvió con un golazo volea. Con el recuerdo de la eliminación en cuartos de final en el Mundial Francia 1998.
Finalmente amanece y lees la prensa, ves las previas por televisión y se te sale el corazón. No hayas cómo hacer para que el tiempo pase rápido y escuchar el pitazo inicial. Mientras tanto, Notti Magiche sigue siendo nuestro himno nacional. Lo escuchas una y otra vez. No te cansas. Haces las mil y un promesas si ganas. Mensajes de texto van y vienen. No existía el Whatsapp y menos el Twitter. Haces todos los análisis posibles y te apegas a la cábala. La camisa que te pones, cómo te sientas, en qué canal ver el juego. «No puedes transmitirle mala suerte a tu selección»
Llega el mediodía y no tienes hambre, pero no puedes despreciar un plato de pasta de la nonna. El día pintaba perfecto. Pasta y fútbol. Ya con la cara pintada y la camisa puesta, vamos a casa de mi primo Salvador. La «cábala» decía que tenía que irnos bien, porque así había sido en la semifinal ante Alemania. Saludamos a nuestros primos Junior y Juan Diego y mandamos mil mensajes más a Diego Dovo.
Arranca la angustia
Comienza la presentación oficial del juego en el Estadio Olímpico de Berlín. En tanto, Shakira canta en la ceremonia de clausura, que es interminable. Los nervios aumentan. Los jugadores salen al campo. Suena el Himno Nacional Fratelli D’ Italia y se te eriza la piel. Se salen algunas las lágrimas y aplaudes como loco. Luego suena La Marsellesa y da terror ver la formación de Francia, con Zidane al frente. Entre las dos selecciones, medio equipo de la Juventus está en el campo. Seis titulares: cuatro por Italia y dos por Francia.
El árbitro argentino Horacio Elizondo da el pitazo inicial y arranca el juego. Baja la presión y comienzas a sentirte director técnico. Das instrucciones. Pasa el balón. Corta aquí. Párate allá ¡Cuidado con Thierry Henry! Falta de Fabio Cannavaro y se queda tendido en el piso apenas a los 5 minutos. Se recupera y en la fracción 7, Florent Malouda cae en el área ¡Penal! ¡Nooo! ¿Cómo si no van ni 10 minutos? Zidane lo cobra con estilo. Pega en el travesaño, rebota dentro del arco y sale. Un escalofrío recorre la espalda. Gritas que no entró, pero es inútil. Gol de Francia. Abajo 0-1.
La reacción de Italia no tardó en llegar. Fue a balón parado. Mauro Camoranesi va al banderín para cobrar un corner, pero Andrea Pirlo le pide el balón. Menos mal. Centro al área y Materazzi le gana el salto a Patrick Vieira ¡Goooool! Se empata el juego y drenas. 1-1, apenas al minuto 19.
Piensas que ahora con el empate, tendrán que matarlos para ganarles la final. Ya en la segunda parte, cada vez que Henry toca el balón genera peligro. El delantero entra al área y se come el gol. Qué fortuna. Pasa el terremoto en el área y Buffon saca desde la línea de fondo.
En la fracción 62, Luca Toni se adelanta a la marca en un tiro libre y anota de cabeza. La celebración es en vano. El linier levantó el banderín. Offside. No lo puedes creer. Pasan los minutos y el tiempo extra es inminente. Arranca la prórroga y le sigues pidiendo a Marcello Lippi que meta a Alessandro Del Piero. El juego lo pide a gritos y uno también. No puede ser que tu ídolo no juegue la final. Ya con Pinturicchio en el campo, respiras y estás más confiado. Sabes que hay más probabilidades de marcar.
Zidane, el protagonista
Siguen pasando los minutos. Vamos por el 103. Zidane está en el último cuarto de cancha y le pasa el balón a Willy Sagnol, quien está al costado derecho. Te das cuenta que Zizou comienza a correr al área y pides que lo paren. Obviamente no te escuchan y ves al francés rematar de cabeza y… ¡oh sorpresa! Gigi realiza la mejor parada que hayas visto en tu vida. Con un manotazo hacia arriba, manda el balón al saque de esquina. Le quemó la mano y le dobló los dedos. Zidane no lo puede creer, Buffon tampoco y yo menos. Lo peor pasó.
No pasó mucho tiempo, hasta que otra vez Zidane es protagonista. Minuto 108, el juego se detiene y no sabes por qué. Ves a Materazzi en el piso y a Buffon encarando a Zidane. Nadie sabe qué pasa, hasta que ves la repetición. Zidane le dio un cabezazo a Materazzi en el pecho: «Bueno, pero éste se volvió loco. Tienen que botarlo», exclamas. Al final, Elizondo saca la roja a Zidane y respiras, pero sabes que no merecía un final así. Sin embargo, también sabías que era un cobrador de penal y un gol fijo.
No hay nada qué hacer. No alcanzaron los 120 minutos. Vamos a los penales ¡No puede ser! No otra vez. No queríamos que el juego terminara en penales. Teníamos el trágico recuerdo de la final perdida en Estados Unidos 1994 ante Brasil, que finalizó con el fallo de Roberto Baggio, nuestro primer gran ídolo. No podíamos tener la mala suerte de volver a caer desde los 12 pasos, pero ahora con Buffon y Del Piero. Eso no.
No lo podíamos soportar. Otra vez el chalequeo y el subcampeonato, que se traduce en el mejor de los perdedores. No querías eso. No sabías con qué te iban a actualizar la canción «Romario, Bebeto, Italia está muerto», que tanto te cantaron en el colegio y en la calle y que tantas peleas te causó. Daba escalofrío solo imaginarlo y más, porque Italia tiene mala suerte en los penales. Fuera en tres Mundiales seguidos: 1990, 1994 y 1998. Todos los vimos. Todos los sufrimos. En todos lloramos. En 2002 fue diferente, pero también hubo drama al quedar fuera con un Gol de Oro. Esta vez la historia tenía que ser diferente. Gracias a Dios, así fue.
La lotería de los penales
Italia comienza la tanda de penales. La cara de Pirlo es inexpresiva, como siempre. No te explicas cómo puede estar así en semejante momento. Te encomiendas a Dios. Duplicas las promesas ¡Gol! 1-0. Un alivio.
Es el turno de Francia. Le mandas las mil y un energías negativas a Sylvain Wiltord. No sirve de nada ¡Gol! 1-1.
Ahora le toca a Materazzi y marca. Luego es el turno de Trezeguet y recuerdas, otra vez, del gol de la Euro. Su remate va al larguero y rebota fuera de la línea. Celebras y respiras. Crees que es justicia divina y un buen indicio. Italia en ventaja 2-1.
Daniele De Rossi fue el próximo en cobrar tampoco falló. Remate alto y potente. Vuelves a respirar y Juan Diego, tu primo de 5 años te da ánimo. Como si supiera y entendiera mucho del momento. Sueltas una risa burlona y nerviosa, que alivia el momento por unos segundos.
Volvemos a la tortura. Francia marca, gracias a Éric Abidal. Ahora ves a Del Piero caminando para tomar su turno. Prometes todo lo que se te ocurra y le pides no fallar. Dispara y ¡Gooool! Lo celebras más que el resto de los penales. 4-3 arriba. Es un alivio inmenso. La Copa está más cerca.
Sigue el drama, pues Sagnol cobra y marca. 4-3. Es el turno de Grosso. El último penal. Se te sale el corazón. Recuerdas que provocó el penal ante Australia, pero no entiendes por qué es el quinto pateador. Es lateral izquierdo, aunque tiene vocación ofensiva. Ya no vale de nada. Que anote y ya.
Su cara de nervio, te da más nervio. Terror. Ya no quedan uñas. Cuestionas que los zurdos siempre rematan al lado izquierdo. Que no lo haga. Pero él sabe a lo que va. Grosso remata al arco de zurda, al lado izquierdo y… ¡Gooool! ¡Campeones del Mundo! No lo puedes creer y te lanzas encima de tu primo, rompiéndole la boca otra vez. Como sucedió en el gol de Del Piero en la semifinal contra Alemania.
No sabes qué hacer. Sólo gritar y llorar de la emoción, mientras ves a Pirlo corriendo y abriendo los brazos junto a todos los jugadores. Suena el teléfono y no lo consigues. Ni te preocupas por atender. Corres por la casa y quieres salir a caravanear, a completar la rumba que cinco días antes dejaste en la calle 2 de Vista Alegre.
Llegó el momento y Cannavaro alza la Copa. Te emocionas más y no lo puedes creer ¡Al fin! Campeones del Mundo. Lo pudiste vivir. La referencia de 1982 la ves en vivo. Es otra cosa. Se te hincha el pecho y ya quieres la camisa con la cuarta estrella.
Sales a recorrer Caracas y es una fiesta. De punta a punta en la autopista. Cohetones, banderas, tarantella y cornetas por todos lados. No se puede entrar a Las Mercedes y terminas consiguiendo a amigos y mi querido Vito De Lucia en las afueras del Centro Comercial San Ignacio. No hay palabras. Sólo gritos y abrazos. Cae la noche en un día inolvidable en Caracas. Uno que jamás volverás a vivir, por diversas razones. De tiempo, económicas y políticas. Eran otros tiempos. Muy, muy lejanos al actual.
Lo vivimos al máximo y fue historia. El día más feliz, que en algún momento le contaré a mi hijo.
Tony Cittadino (Caracas).- El 4 de julio es una de las fechas deportivas que siempre recordaremos con emoción. Ese día pudimos disfrutar de unos de los juegos más memorables en la historia de los Mundiales de Fútbol: la semifinal Italia ante Alemania del 2006.
Pasará el tiempo y la emoción será igual o mayor. La Nazionale de Marcello Lippi disputó uno de los partidos más ofensivos que recordemos desde que vemos a Italia y vaya que la primera vez fue en 1990. Insistimos que esa noche la Squadra Azzurraganó la mitad de la Copa del Mundo, que cinco días más tarde pudo tener entre sus manos al vencer a Francia en la dramática tanda de penales para ser tetracampeones del mundo.
Los juegos Italia ante Alemania son clásicos obligados. Basta recordar el “Partido del Siglo” del Mundial México 1970. Este encuentro de Dortmund no tuvo nada que envidiarle. Italia desafió a Alemania en su casa, en el Westfalenstadion que daba miedo. Lleno a reventar y antes del juego ya metía presión para apoyar a los anfitriones en “su” Mundial. Todo cuadraba para que la copa se quedara en casa.
Sin embargo, Fabio Grosso y Alessandro Del Piero se encargaron de escribir una gesta histórica. Una noche con letras doradas, que jamás se borrarán. Sentenciaron a los alemanes a falta de dos minutos para el final del tiempo extra. Cuando se pensaba que el finalista se definiría en penales, Italia dio un golpe en la mesa y acabó con el juego. Y menos mal. Los penales no traen buenos recuerdos. Grosso marcó un golazo de zurda, inesperado, emocionante, ante una gran asistencia de Andrea Pirlo. Su celebración todavía nos eriza la piel. Corriendo y moviendo la cabeza como Marco Tardelli en la final de 1982, también ante los alemanes ¿Cómo no soñar con el título?
Los alemanes se lanzaron desesperados al ataque, buscando el empate. Pero la Azzurra resolvió de contragolpe. Pinturicchio dejó congelado a Jens Lehmann con un derechazo exquisito, en plena carrera, luego de una gran asistencia de Alberto Gilardino. Un remate colocado, con frialdad, como sólo Del Piero podía marcar. De derecha, con efecto, al segundo palo, para sentenciar el juego y enterrar a los teutones. El juego se acabó. El árbitro ni pitó.
Ese gol de Del Piero es el que más hemos gritado en su magistral carrera con la selección. Ya en 2002 lo habíamos hecho en el Mundial Corea y Japón 2002, para empatar un juego dificilísimo ante México. Motivos no faltaban. Estaba en juego el orgullo y el pase a la gran final, algo que sentíamos que podía pasar desde que comenzó el año. Teníamos a favor la cábala de una final cada 12 años, un título cada 24 y, de paso, los Leones del Caracas se habían titulado campeones de la Serie del Caribe, como en 1982. Todo cuadraba y pocos nos tomaron en serio.
Lippi planteó un juego excelente. Fue un maestro, como a lo largo de toda su carrera. Bueno, tampoco es que Italia tenía jugadores de segunda. Fue la última y mejor generación azzurra. No había forma de perder. Los jugadores estaban en el momento exacto de madurez y con la motivación de callar bocas por el escándalo de Calciopoli.
La clave estuvo en los cambios de Lippi. Todos fueron ofensivos. Todavía no entendemos a los que aseguran que Italia jugó un Mundial y un encuentro defensivo. Sacó a Toni por Gilardino (74’), Mauro Camoranesi por Vincenzo Iaquinta (90’) y Simone Perrotta por Del Piero (104’) ¡La prórroga se jugó con Totti, Del Piero, Gilardino y Iaquinta en ataque!
Recordamos a Buffon en el arco y a Fabio Cannavaro liderando la defensa. Por cierto, “Il Muro di Berlino”, como fue bautizado en el Mundial, disputó una Copa magistral. Era la continuación de la gran temporada que había tenido con la Juventus, equipo del cual se marchó semanas después por el descenso a la Serie B. El defensa jugó un partido épico. Cortando balones, ordenando la zaga y hasta repartiendo juego. Con autoridad y liderazgo. Respondiendo como todo un capitán. Basta con recordar cómo inició el gol de Del Piero, con Cannavaro cortando un balón en dos ocasiones y cediendo el pase a Francesco Totti.
Pirlo fue el maestro de ese mediocampo. Hizo de todo en ese Mundial. Estuvo acompañado por Gennaro Gattuso, quien fue un fenómeno cortando el juego. Pasaba el balón o el jugador, pero rara vez los dos. Totti un poco más adelante, concretando jugadas y jugando de enganche, para un ataque conformado por Luca Toni o Alberto Gilardino.
A medida que el juego avanzaba, más parejo se hacía. Fue muy atractivo, porque los alemanes también tenían un equipazo. Lehmann en el arco, acompañado por Philipp Lahm, Michael Ballack, Miroslav Klose (en 2014 el máximo goleador en Mundiales con 16), Lukas Podolski y compañía. En realidad, el director técnico Jürgen Klinsmann también tuvo jugadores para quedarse con la Copa.
Era un juego de ida y vuelta, dónde no hubo descanso. Trepidante, de mucha exigencia física. Con el público metido en cada jugada. Parecía la final del Mundial. Recordamos un par de jugadas de Podolski en las que Buffon fue exigido al máximo. Le quemó las manos. Otro remate de Bernd Schneider que se fue por encima del arco de milagro. Otro tiro libre de Ballack. David Odonkor desbordaba por las bandas y Marco Materazzi se encargaba de meter pierna al que se acercara por el medio del área.
Del otro lado, Gilardino y Gianluca Zambrotta hacían temblar el arco alemán con sendos remates al vertical y el horizontal. El corazón latía más rápido y la ansiedad se hacía mayor, hasta que aparecieron Grosso y Del Piero.
Cuando finalizó el juego, celebramos a lo grande en la calle 2 de Vista Alegre, en Caracas, junto a mi gran amigo Vito De Lucia. Algo impensable en la Venezuela de ahora, por la inseguridad, la economía y porque muchos amigos se han ido del país. Se abrieron cerca de 100 botellas de champaña. No es juego. Fue una locura. No había preocupación. Al día siguiente no había clases en la universidad. Era feriado. Podíamos pasar el “ratón” y despertarnos un poco más tarde. Fue el presagio de la celebración de la Copa del Mundo. Ya escribiremos de ese día.
Tony Cittadino (Caracas).- La Copa del Mundo continúa su curso hacia la gran final. Seis equipos europeos y dos suramericanos componen los cuartos de final. Cuatro campeones del mundo todavía sueñan con reeditar la gloria y cuatro más aspiran a ganarla por primera vez.
Europa ya aseguró un finalista y continúa con su dominio, pues la última vez que no tuvieron un representante fue en la edición de 1950. En aquella ocasión, en el recordado Maracanazo, se enfrentaron Brasil y Uruguay, con victoria charrúa. De hecho, existe posibilidad de que se repita el duelo en la semifinal y tener un finalista de Conmebol por segunda Copa consecutiva.
A continuación realizamos un análisis de cada encuentro y nuestro candidato a avanzar.
Francia vs Uruguay
Luce como el duelo más parejo de los cuartos de final. Los galos se dieron un banquete el sábado ante Argentina, al ganarles cuatro goles por tres con par de tantos de Kylian Mbappé. Se vieron superiores, sobre todo en la segunda parte del juego y cuando en realidad debieron apretar por verse abajo en el marcador ante la albiceleste.
Paul Pogba también tuvo un partido notable, al encargarse de repartir juego y ordenar las salidas en las jugadas. El fútbol vertical, de toque y de velocidad, le dio el triunfo ante los suramericanos y volverán a apostar por ello.
Del lado de Uruguay, también luce como una selección sólida y con serias opciones de meterse entre las cuatro mejores del Mundial. Edinson Cavani se lució con par de goles ante Portugal, para vencerlos dos por uno, pero es duda al salir lesionado frente a los lusos. El duelo fue emocionante y cerrado, en especial porque los portugueses mejoraron muchísimo con respecto a la imagen mostrada en la fase de grupos.
La oncena del profe Tabárez, ante quien nos quitamos el sombrero por la histórica conducción de la Celeste, es un rival que siempre complica y que tiene gran calidad. Dirigidos por el capitán Diego Godín, prometen una lucha sin cuartel contra Francia.
En este cruce, nos decantamos por los galos (nuestro candidato al título), pero también nos gustaría que avancen los uruguayos. Tienen un equipazo. Creemos que de aquí saldrá el campeón del Mundial.
Brasil vs Bélgica
La canarinha es, sin dudas, el máximo aspirante al título. Como hemos dicho en otras ocasiones, el director técnico Tite les cambió la cara. Lograron su boleto a cuartos, cumpliendo con los pronósticos al derrotar a México dos por cero y eliminarlos por séptimo Mundial seguido en octavos de final.
Neymar se confirma como el referente de la selección, más allá de las críticas que le acechan por las faltas recibidas y sus muestras de dolor. Si bien pensamos que tienen todo para avanzar, creemos que hasta aquí llegó su participación y no porque se conjugue la “maldición” del que elimina a México queda eliminado del Mundial. Bélgica se perfila como la oncena para meterse a la semifinal, no sólo por su juego colectivo, sino por la calidad de sus jugadores.
Parece el momento indicado para que den el esperado golpe sobre la mesa, aunque tuvieron que sufrir más de la cuenta para derrotar a Japón tres goles por dos. Fue una remontada espectacular. Tras verse abajo dos por cero en la segunda parte, lograron remontar y llevarse una victoria épica con un contragolpe estupendo y perfecto, en la última jugada del partido.
Chadil les dio algo más que un pase a cuartos de final. Estamos convencidos que es una victoria emocional, que puede darles la seguridad que faltaba para cohesionarse como selección. Su mejor actuación en la Copa del Mundo fue un cuarto lugar en México 1986.
Suecia vs Inglaterra
Suecos e ingleses abren los cuartos de final el día sábado, en un duelo inédito. Los escandinavos siguen avanzando a la calladita y buscarán superar el histórico tercer lugar del Mundial Estados Unidos 1994. Su última víctima fue Suiza, tras derrotarla un gol por cero con tanto de Emil Forsberg.
No fue un juego vistoso, pero hicieron lo necesario para avanzar. Buena defensa y continúan apostando al contragolpe. El portero Robin Olsen se sigue confirmado como uno de los mejores de la Copa, al recibir dos goles en cuatro partidos (ambos fueron de Alemania).
Por su parte, Inglaterra necesitó de la tanda de penales para eliminar a Colombia (4-3), luego de empatar a un gol. Los dirigidos por Gareth Southgate sueñan con levantar la Copa por primera vez desde 1966, cuando fueron anfitriones. Para ello, siguen contando con una escuadra balanceada y, quizás, no tan mediática. Harry Kane sigue en estado de gracia, es el líder goleador del Mundial con seis tanto y la esperanza para que sigan trascendiendo. Están entre los ocho mejores por primera vez desde 2006.
En este juego le ponemos la ficha a Suecia, pese a que consideramos que Inglaterra estará en la semifinal, una instancia en la que no juega desde Italia 1990.
Rusia vs Croacia
Rusia se metió entre los cuatro mejores, al vencer en los penales a España (4-3) en un encuentro aburrido en el que la Roja pagó su precario estilo de juego. Luego de empatar a un tanto en 120 minutos, todo se definió en penales. España dominó durante todo el encuentro, pero no pudo quebrar la resistencia rusa. Rotaron el balón de un lado a otro, tratando de ingresar por los costados, pero los anfitriones del Mundial aguantaron de forma estoica.
El portero Igor Akinfeev fue la gran estrella de una selección que quiere seguir soñando. Es la primera vez que Rusia alcanza los cuartos de final por primera vez desde 1970, cuando era parte de la Unión Soviética.
Su rival será Croacia, que también logró su boleto desde los 12 pasos. Venció a Dinamarca (3-2), en otro duelo en el que igualaron a uno en 120 minutos. Luka Modric falló un penal en el minuto 116, pero Ivan Rakitic se encargó de sellar la victoria en muerte súbita, tras una emocionante tanda de penales.
Las dos selecciones llegan con el mismo desgaste y Croacia debería avanzar a la semifinal, para igualar buscar superar el histórico tercer lugar del Mundial Francia 1998.