Museo Maradona, el tesoro personal de Massimo Vignati en el corazón de Quartieri Spagnoli

Tony Cittadino (Madrid).-  Su padre, Saverio, fue por casi 40 años el conserje y encargado del otrora llamado Stadio San Paolo di Napoli. Su madre, Lucia, la cocinera predilecta de Diego Armando Maradona por su pasantía por la ciudad del sur de Italia. Con este bagaje, Massimo Vignati seguramente fue el adolescente más envidiado de Napoli en los 80‘. Tiene los mejores recuerdos familiares del Pelusa y eso le permitió guardar las reliquias que hoy presenta en el Museo Maradona.

El local está ubicado en el corazón de Quartieri Spagnoli, un barrio del sur de Italia que se ha convertido en el centro de peregrinaje predilecto para recordar al astro argentino, fallecido el 25 de noviembre de 2020.

“Tuve la suerte de conocer a Diego como persona y te puedo asegurar que era más fuerte y mejor que el jugador. Nunca olvidó dónde nació, siempre fue humilde y ayudó a mucha gente. Junto a mi papá, es un ejemplo para mí. Diego se hizo daño, pero no dañó a nadie. Es mi hermano mayor e imagina que somos una familia de 11 hijos y digo que él es el 12, pero mi mamá dice que es el primero”, contó al lado de una estatua de Diego en el medio del Museo.

Vignati, tiene verdaderas joyas en la instalación. No hay valor monetario que pueda cuantificar lo que guarda con recelo y orgullo, porque son objetos que el propio Maradona le regaló a la familia o a él. Desde el contrato firmado con el Napoli en 1984, hasta diversas camisas, el banquillo donde se sentaba Maradona en el camerino o la mítica chaqueta con la que hizo el calentamiento con la canción Live is Life.

“Anécdotas tengo muchas, pero todos los lunes jugaba futbolito con Diego. Imagínate lo que es eso. Dormía en su casa y los martes me iba con él a los entrenamientos. Viví una fábula. Diego iba a los cumpleaños en mi casa. Cuando tenía que ir jugar fuera de Napoli, Claudia (su esposa) iba a comer a la casa con las hijas”.

El Museo tiene diversas camisas con las que hizo historia no sólo con Argentina, sino con el Napoli. Cada metro cuadrado es una reliquia. También hay zapatos, balones, banderines y, por ejemplo, la mascota Ciao del Mundial Italia 1990, que Pelé le regaló a Maradona antes de la Copa del Mundo.

“Napoli es un país aparte. El napolitano tiene una marcha más. Maradona para nosotros es inmortal y por eso creé el Museo. Ciudades como Madrid tienen el museo del equipo y pensé que no era posible que él no tuviera el suyo. Pero es poco para lo que se merece”.

Con semejante colección, es normal que existan personas que quieran comprar o entrar en subastas. Sin embargo, Vignati ha rechazo innumerables ofertas.

“El dinero no lo es todo, porque sino hubiéramos salvado a personas queridas. Hay personas que a diario me ofrecen miles o millones de dólares, incluyendo jeques, pero siempre los he rechazado, porque Diego se ama, no se vende. Estas cosas son como mis hijos y mi mamá. No tienen precio. Son los recuerdos de mi familia”.

UN NAPOLITANO, ARGENTINO

Para Vignati, Maradona fue un napolitano nacido en Argentina, pero asegura que como es amado es la ciudad, no lo es en ninguna otra parte del mundo.

“Si Maradona hubiera ido a otro lugar, no hubiera sido Maradona. Es una ciudad bellísima y vino a engrandecerla. Fue un rescate social y ayudó a resurgir a Napoli. Tuvo un carisma que pocas personas transmiten. Se fue el cuerpo, pero no su alma. A diario vienen miles de personas para ver el mural”.

El fenómeno de idolatría y peregrinaje que hay en Napoli, no sucede en otra ciudad del mundo y tampoco con ninguna otra leyenda, como Pelé o Franz Beckenbauer. La ciudad siempre tuvo fervor y respeto por el 10, pero desde su partida se ha multiplicado.

“Para nosotros, es como un Dios. Tenemos dos santos en ciudad. San Gennaro y él. La gente toca la estatua que tengo en el Museo y algunos lloran. Se emocionan. Fue un jugador que fue más allá de lo común”.

De acuerdo a un estudio del diario financiero Il Sole 24 ore, el Largo Maradona fue el lugar más visitado de Italia en 2023, sólo por detrás el Coliseo en Roma. Eso puede dar una dimensión de la cantidad de personas que asisten.

Se estima que recibe seis millones de personas al año, si bien no hay registro de entradas, porque no se venden para ir a un lugar preciso.

“Un estudio de las asociaciones Unioncamere e Infocamere revela que las actividades económicas en un radio de un kilómetro cuadrado desde el santuario de Maradona crecieron el 5,5 % respecto a 2019, cuando el jugador aún estaba vivo y no había pandemia, y un 6,5 % respecto a 2021”, agregó el diario Il Corriere dello Sport”.

“¿Sabes lo que eso significa? Los fines de semana vienen mareas de personas. Maradona defendió al pueblo. Napoli podrá ganar más títulos, pero él siempre va a estar presente como si fuera el primero. Ahora ganamos el cuarto scudetto y veía un video en el que estaban mi papá y él celebrando y tuve sentimientos encontrados de alegría y tristeza”.

Vignati aseguró que el legado como jugador de Maradona no será igualado por otros futbolistas y lo demuestra que la gente lo sigue idolatrando después de muerto.

“Las generaciones como Messi o Cristiano, jamás van a ser como él, porque también importa que te recuerden muchos años después. No hay comparación posible. Maradona jugaba con compañeros que no eran estrellas y los hacía campeones, no al contrario. Cuando hizo la historia con nosotros, jugaba con jugadores discretos. Además, él solo ganó un Mundial”.

El legado de Massimo con el Museo, va más allá de dar a conocer las pertenencias que tiene. Desde hace 30 años tiene una fundación con la que ayudan a los niños. Hace un mes, compraron un caballo terapéutico para los niños autistas.

“Ayudamos a los niños de un hospital cercano, que tiene leucemia y tumores. Viajo por Italia para hablar de Diego como persona y esto era él. Hizo mucho bien, te lo puedo asegurar, comenzando por mi familia”.

UNO MÁS DE LA FAMILIA

La relación de la familia Vignati con Diego, fue estrechamente familiar. Su hermana, fue la niñera de Dalma y Giannina, sus dos primeras hijas. Massimo tiene dos hijos y, como era previsible, llevan dos nombres especiales: uno se llama Saverio, como su padre y, el otro, Diego, como el campeón del mundo en 1986.

Vignati contó emocionado, que Maradona tuvo oportunidad de reencontrarse con su madre después de 30 años y la abrazó emocionado, como el primer día. Para él, esas son las cosas que no tienen valor y que recuerda con tanto cariño. La última vez que lo vio fue antes de la pandemia, en un encuentro de fútbol benéfico en Roma.

“Fue bellísimo, porque Maradona lloró al ver a mi mamá y también pasó con Claudia. Dalma y Giannina llaman nonna a mi madre”.

En octubre de 2024 estuvo de visita en Argentina y tuvo la oportunidad de ir a Fiorito, la tierra natal de Maradona y recordó que lo recibieron con muchísimo cariño. Sin embargo, no tuvo esa posibilidad cuando Diego falleció en 2020. Fue imposible viajar por la pandemia.

“La noticia fue muy dura. Lo primero que pensé, fue en ir, pero no pude. Aquí en Napoli, todos lloraban. Desde los más pequeños, hasta los más grandes. La gente sintió que perdió un hijo o un hermano. Yo sentí el mismo dolor que cuando murió mi padre, porque no perdí al Maradona jugador, perdí al hermano, al amigo, al consejero. A una persona que tengo en el corazón y hoy todavía me duele”.

Fotos: Cortesía Massimo Vignati.

Cristian Jorgensen, el hombre que relata al Maradona de Gimnasia y Esgrima La Plata en su último año de vida

Tony Cittadino (Madrid).- Muchas veces, la vida y la profesión otorgan privilegios que te marcan de por vida. Cristian Jorgensen puede dar fe de ello, al estar cerca de Diego Armando Maradona en su último año de vida, cuando el 10 fue director técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata.

Jorgensen, que era el encargado de la logística, se convirtió, prácticamente, en su mano derecha dentro del club. Lo conoció más allá de la cancha. Lo vio comer, dormir, reírse, pasar ratos buenos y otros no tanto. Fue el hombre de confianza que le acompañó y que, ahora, cuenta todas esas vivencias y anécdotas en el libro “Mis últimas aventuras con el 10 en la tierra”.

“El libro es todo lo que significa Diego para mí. Un sincero homenaje y un acto de amor. Todas las palabras que te pueda decir, no bastan para los maradonianos. Mi experiencia exclusiva no dejo de comentarla y de contarla, porque en las charlas que hago, siempre pregunto quién lo vio y quién lo conoció, porque todo el mundo vio a Maradona, pero a Diego lo conoció muy poca gente”.

Jorgensen, quien es profesor de educación física, coincide en el relato del que tanto hablan quienes conocieron al “Pelusa”: existe Diego, que es la persona cercana y normal y, también, está Maradona, que es el astro del fútbol y que, tras su muerte en 2020, ha generado un movimiento de mayor fervor, que se mezcla con la admiración deportiva y el culto religioso.

“Maradona me generó mucho estrés en el trabajo, pero Diego es la persona más generosa que conocí. Ver a Maradona, era ver a una persona con un aura especial y lo que generaba en la gente, realmente me shockeo (sic). Cuando recibo la noticia de que iba a estar con él, tuve que ir al psicólogo para que me diera herramientas para trabajar y para tratarlo personalmente”.

Sin embargo, la relación con el otrora DT de Gimnasia, fue mejor de lo que esperaba. Contó que, por ser contemporáneos, les unió el hablar de las familias, pero en especial de sus madres. Jorgensen explicó que Maradona extrañaba mucho a su madre y que tuvo un gesto muy bonito con él, al grabar un video de cumpleaños para su mamá.

Recordó con nostalgia y risas, que el día que lo conoció fue vestido de verde y con zapatos blancos, pero de inmediato Maradona le dijo que ese color no le gustaba, porque era “mufa”, es decir, traía mala suerte. Fue su manera de generar cercanía y mostrarse como uno más.

“Imagínate que tu máximo ídolo te diga estas cosas, pero fue sencillo. Diego estaba recién levantado de la siesta y cuando me dijo eso, no sabía qué hacer. Me sorprendió. Picaronamente me llamó aparte y firmamos un pacto de honor. Siempre hablaba de la palabra traición, me dijo que nos íbamos a ir conociendo en el proceso, pero que con él los traidores no estaban. Se pusieron pautas para estar con él, tanto en la cancha, como en los entrenamientos. Tenía que estar a unos 10 metros y fueron cosas que fuimos hablando”.

ORO EN POLVO

El libro contó con la redacción del periodista uruguayo Ernesto Cherquis Bialo, quien, tras la muerte de Maradona, fue al club a pedirle que plasmaran las vivencias que tuvo con él. No quería a un jugador o cualquier integrante del cuerpo técnico. Quería a Jorgensen.

“Cuando Diego fallece, me doy cuenta de que tengo la necesidad de escribir y aparece Ernesto, quien me dijo que tenía oro en polvo en mis manos, porque había que escribir del último Diego, del Diego de Gimnasia, porque la gente habla del Diego de Napoli, del Diego la selección argentina, porque lo recuerda como deportista, pero yo no hablo de él como deportista”.

El libro está dividido en tres partes: “En una, cuento todas las vivencias, que tiene que ver con lo que me pasó con Diego, pero no con el humor como las contaba Guillermo Coppola. La otra parte, son anécdotas, como hablar si era verdad el cuento de la Ferrari negra y, la tercera, que la denomino, conversaciones nocturnas, es donde aparecen temas más íntimos. Esas complicidades que había o como la posibilidad de que él quería ver a mi mamá en el cumpleaños 70”.

Jorgensen estuvo presente en diversos homenajes a Maradona en su último año de vida. Sin saberlo, el 10 se fue despidiendo. Su regreso a Argentina estuvo marcado por distinciones en cada estadio al que iba y, allí, estaba él ayudándolo a caminar, a manejar el protocolo o a echar alcohol en las manos y arreglarle la mascarilla, con un cariño que no hacía falta explicar. Todo esto en medio de la pandemia del COVID-19.

El 30 de octubre de 2020, día del cumpleaños 60, el video y las fotos recorrieron el mundo al ver a un Maradona bastante frágil y con limitaciones para desenvolverse, pero allí estuvo Jorgensen para tomarlo de la mano y cuidarlo.

“Fue una foto que recorrió el mundo y una experiencia que no se la deseo a nadie, porque lo que yo viví en ese momento, fue para la gente un punto de inflexión en lo mal que estaba Diego”, recordó Jorgensen, quien también se sorprendió, porque dos días antes le había visto en buenas condiciones y hasta le había dicho que iría al homenaje en un traje negro. El “Pelusa” estaba entusiasmado.

“Decía que su objetivo era que tenía que unir a la familia y que estuvieran con él. Dos días antes fui a su casa para que firmara documentos y le dieran la credencial de técnico, pero Diego estaba fantástico. Te lo puedo asegurar. Me mostró ese traje que era bellísimo. Diego se desmoronó en dos días. Eso también lo cuento en el libro. Hasta a mí me sorprendió. Era un Diego que estaba perdido y me decía que se quería ir de la cancha”.

Sin saberlo, fue la última vez que se vieron. “Yo no estaba preparado para no ver más a Diego. Yo estaba disfrutando un proceso y sé que él dentro del campo de juego, era de las personas más felices del mundo. Estábamos hablando de un Diego de 60 años, acorde a sus limitaciones y sus quejas permanente porque le dolía la pierna”.

Añadió: “No estábamos preparados para perder a Diego. Era una recaída lo que iba a ocurrir. Siempre pensábamos lo mismo, que al otro día lo íbamos a ver. Tenías la necesidad de abrazarlo. Este hombre era diferente. Lo que generaba en la gente. Nunca estuve con una persona con tanta presencia universal. No sabes lo que era entrar a una cancha con Diego o ir a un aeropuerto. Yo soy un simple profesor de educación física que tuve la suerte de estar al lado de él. Los homenajes me enfrentaron a la realidad, a lo que sentía la gente y en todas las provincias, era diferente”.

La noticia de la muerte, aquél 25 de noviembre de 2020, la supo trabajando con el equipo, pero le avisaron de un pronóstico reservado desde la mañana.

“Ese día estábamos entrenando y me llamaron a las 9:30 de la mañana, diciendo que estaba grave y que eran las últimas noticias que tendríamos de él. Cuando me lo confirmaron en la tarde, dejé todo lo que tenía que hacer, me quebré, me vine a mi casa, abracé a mis dos hijos y lloré mucho tiempo. Como si hubiera sido un familiar”.

El hecho, obviamente, le impactó y la tristeza aumentó al ver la noticia reflejada en los medios de comunicación.

“Prendí la televisión y veía las noticias que corroboraban lo que había pasado. Eso, engrandeció mucho más a Diego, porque la noticia fue una bomba nuclear. Hizo un arco en todo el planeta. Todo el mundo se acordó de él. Pocas personas brindaron porque se fue de la tierra. No teníamos lágrimas preparadas para despedir a Diego. Si no hubiera sido por la pandemia, el velorio hubiera sido por todo lo alto como Rockefeller, o algo así. Fue extremadamente multitudinario”.

UN EQUIPO FAMILIAR

Maradona, fue un líder. Era un tipo sin filtro. Polémico. Para bien, o para mal. Sus dos goles más importantes, son su reflejo: picardía y talento. Antisistema, rebelde y capitán en todo sentido. Su vida, trascendió lo deportivo y su nombre se asoció a temas políticos, económicos, culturales y de salud. Había para todo. Cualquier cosa que dijera Maradona, se convertía en noticia.

Jorgensen logró crear “un tercer canal de comunicación”, que le permitió tener conversaciones con un Diego sincero, que él atesora como los mejores recuerdos de su vida. Todas estas vivencias, las recoge en el libro. “Había cosas que me decía, que no le decía a su entorno”.

“Por su extensa y complicada vida, Diego decía que había vivido 120 años, porque bromeaba diciendo que cada pastilla que tomaba era por cada 10 años de vida. Diego me atraviesa generacionalmente, sale campeón del mundo en el 86 y yo estaba saliendo del colegio secundario. La idolatría que yo tengo por Diego, es la que hoy tienen los chicos por Messi”.

La portada del libro, en la que aparecen los dos caminando con una silueta, tiene varias explicaciones: una es que no se pueden usar fotos por derechos de imagen y temas legales, razón por la que dentro del libro todo se ilustra con códigos QR; la otra, es que a Maradona en sus últimos años, no le gustaba que lo tocaran. Sin embargo, sí se lo permitía a él.

“En esa foto, me está tomando el brazo izquierdo. Diego, en su última etapa, tenía como una fobia social por el acoso del periodismo, la gente y todo lo que generaba. Mi psicóloga decía que lo querían tocar, para saber si era de verdad. Hubo un momento que le fastidiaba. Tengo la mano de Diego marcada en mi mano, porque se apoyaba en mí”.

Jorgensen explicó que la pandemia pudo haber sido un punto de inflexión en la vida de capitán de Argentina en el Mundial del 86’, pero, al mismo tiempo, dijo que el exjugador ya estaba acostumbrado a vivir “encerrado” por lo que generaba socialmente.

“En la pandemia, me decía: ‘Pelado, yo toda la vida viví en pandemia, de qué me van a hablar’. La pandemia nos dejó esa sensación de que podías perder la vida, la de algún amigo o familiar, de sentirnos vulnerables. De estar encerrados y tomar precauciones. Me decía que ya no podía salir a votar o al cine”.

Maradona, consiguió en Gimnasia y La Plata un equipo en el que tuvo calor de hogar y compañía y eso lo disfrutaba.

“Diego extrañaba mucho a la Tota e impuso la sopa como comida en la concentración. Se tenía que comer sopa. Todo eso hizo un grupo especial. Una persona del club nos regaló una estatua con la cara de Diego y él, todas las noches, antes de irse a dormir, le decía ‘Hasta mañana, Maradona’. Esa estatua, dos días después de su último cumpleaños, apareció rota”, dijo Jorgensen, quien recordó que Maradona era muy católico y que le regaló un rosario a cada jugador de Gimnasia.

NAPOLI EN EL CORAZÓN

Jorgensen tuvo la oportunidad de visitar Napoli en el mes de junio, semanas después de que el equipo ganara su cuarto título de la liga italiana. Allí, pudo constatar lo que siempre Diego le decía: el amor de los napolitanos por él y lo parecido que tiene a su natal Fiorito, en Argentina.

“Ese barrio de Quartieri Spagnoli, es geográficamente diferente, pero es una réplica de Fiorito. Hay una conexión cultural y emocional, que es más fuerte que en Argentina. Napoli ganó su cuarto título y veía era camisetas de Diego en los balcones. Me decía que la hinchada de Gimnasia le recordaba Napoli. Yo vi algo muy parecido”.

El profesor de educación física estuvo en el Museo Maradona, que posee una valiosa colección de objetos que son propiedad de Massimo Vignati. Su padre, fue trabajó en el estadio San Paolo de Napoli, en los tiempos en los que el 10 estuvo en Italia. Su familia tuvo una relación muy estrecha con el argentino.

Allí tuvo la oportunidad de hablar del libro y, se espera, que pueda regresar a final de año.

“Estamos hablando de que Maradona ganó con el club 35 años atrás, pero eso no caduca, no muere. Eso está impregnado en la gente. Pedí quedarme cuatro noches en Quartieri Spagnoli, para recorrerlo cuando estaba vacío. Denota la admiración, el prestigio y la adoración por Diego. Estoy consternado por lo que me encontré. Nunca pensé que era así. Es Dios. Me llamó la atención gente rezándole”.

Jorgensen tiene el alma en paz y la conciencia tranquila. Pudo cumplir uno de sus sueños, con una experiencia que lo marcó de por vida y que quiere compartir con todos.

“Mi intención con el libro no es lucrarme. Es un homenaje, para un tipo que me cambió la vida. Es un antes y un después. En las canchas la gente me sigue hablando de él y los jugadores se lamentan por las fotos que no se tomaron. Todos quieren saber cómo era Maradona”.

Fotos: Cortesía Cristian Jorgensen

Laureus 2025: Hugo Porta, el ídolo del rugby argentino que ayudó a estrechar lazos con la Sudáfrica de Nelson Mandela  

Tony Cittadino (Madrid).- Hugo Porta recuerda con agradecimiento sus años como jugador de rugby y, que años más tarde, le permitieron vivir en primera persona los cambios en la relación bilateral entre la Argentina de Carlos Saúl Menem y la Sudáfrica de Nelson Mandela.

El ex jugador de rugby nació 11 de septiembre de 1951 en Buenos Aires y ahora es uno de los 70 embajadores de los Premios Laureus, que este lunes celebrarán la vigésimo quinta edición del certamen, que por segundo año consecutivo se celebra en Madrid.

“Tengo la suerte de haber estado en esta organización desde hace 25 años y haber compartido con Mandela muchos momentos y llevar adelante su legado a través de Laureus, para ayudar a la juventud a crecer y darles oportunidades”, sostuvo desde el Palacio de Cibeles.

Porta, que en 1976 se graduó como arquitecto en la Universidad de Buenos Aires, fue el capitán del equipo argentino de rugby. Con “Los Pumas” vivió momentos inolvidables al estar como jugador desde 1978 hasta 1990.

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Un año más tarde, los despachos se convirtieron en su nueva forma de vida, pues fue nombrado por el Menem como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Argentina. Su misión, era reanudar las relaciones diplomáticas Sudáfrica, que había sido interrumpidas en 1986.

“Uno amó siempre el deporte y estuve 20 años en el club de los Bancarios y los representé en deportes de equipos. Eso me hacía moverme en un mundo que conocía, pero complicado, porque la política internacional no es lo mismo que la política local. Lo que optimicé fue estar cerca de los deportistas y darles a ellos todas las facilidades para que practicaran y fueran buenos en el deporte que hacían”.

Mandela llegó al poder en 1994, siendo el primer presidente de raza negra en la historia de Sudáfrica. Un año más tarde, el mandatario reconoció los buenos oficios de porta, al entregarle la condecoración Order of the Good Hope.

“Tengo años que no voy a Sudáfrica, pero viví allí cuatro años cuando fui embajador argentino después de que Mandela había sido liberado. Tuve la oportunidad de conocerle, pero evidentemente el país es otro y los tiempos han cambiado. Mandela fue un precursor y no sólo tuvo influencia en Sudáfrica, sino en los demás países del África. Tuvo la inteligencia para poner un país con 11 idiomas oficiales y grupos étnicos diferentes, detrás de un mismo proyecto”.

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Porta, que fue ascendido en 1995 como Secretario de Deportes de la Presidencia de la Nación, recordó que su relación con Mandela fue cordial y recordó una anécdota especial.

“Con Mandela tuve mucho contacto. Tengo un recuerdo muy especial, porque invitamos a la selección de fútbol argentina a Sudáfrica, cuando Mandela cumplía el primer aniversario de su gobierno. Jugamos la Copa Mandela en el Ellis Park y tuve la oportunidad de presentarle a los jugadores pisando el verde y pasó algo mágico después de los himnos, porque Mandela levantó los brazos y parecía que el estadio lo abrazaba”.

Si bien Argentina se ha caracterizado por su ferviente afición al fútbol, el rugby mantiene una posición importante dentro de la sociedad.

“Después del primer Mundial, el rugby quiere ser un deporte ecuménico y que lo practiquen la mayor cantidad de países posibles. Es un negocio y es el tercer evento más importante financieramente en el mundo. En Argentina hace más de 100 años que se juega el rugby y, aunque somos un país futbolero, hay lugares en el interior donde tienen que pensar bien cuándo deben jugar fútbol y cuándo rugby, porque la gente va más a ver el rugby”.

Cuando Porta ve al pasado por el retrovisor, lo hace con agradecimiento y con la tranquilidad de haber entregado todo lo que estaba en sus manos.

“He practicado un deporte de equipo y donde no hay privilegios, pero reconozco haber sido un privilegiado, porque cuando dejé de jugar al rugby, tuve que asumir otros roles y otros desafíos, siempre usando lo que uno aprendió dentro de la cancha. Lo he pasado muy bien”.

Foto: Cortesía Alejandro Matías (Conexión Deportiva)

El “Juego de La Chinita”: un clásico con sabor zuliano

Tony Cittadino (Madrid).- El “Juego de La Chinita” es uno de los más esperados de la temporada de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP). Conjuga el fervor hacia la patrona de los zulianos, unido a la fiesta del beisbol y el inicio de la época navideña, que como pocos viven esos ciudadanos en todo el país. El balance durante 54 juegos es parejo: 28 victorias y 26 derrotas.

El departamento de prensa del club, informó que este clásico tuvo sus inicios el 18 de noviembre de 1933, cuando en el estadio del Lago jugaron Concordia contra Pastora, correspondiente a los juegos interligas celebrados entre Maracaibo y Caracas. La victoria fue para Concordia, gracias a un juego perfecto de Silvino Ruiz.

El segundo careo fue el 18 de Noviembre de 1939 y se midieron Gavilanes y Pastora, rivales de la Liga Occidental. Pastora ganó seis por cero y repitió en la tercera edición, celebrada en 1953 cuando triunfaron siete rayitas por cuatro.

Dos años más tarde se reanudó la acción hasta 1963 y participaban los conjuntos de la Liga Occidental, teniendo como sede el estadio Olímpico de Maracaibo. Para entonces, Rapiños se llevó la victoria en cuatro de cinco juegos, mientras que Gavilanes dividió en dos choques. En tanto, Pastora perdió cinco de siete enfrentamientos.

Luego desapareció la Liga Occidental, el estado Zulia se quedó sin equipo profesional y Tiburones de La Guaira se encargó del tradicional evento durante cinco presentaciones: dos contra Navegantes del Magallanes, otro par ante  Cardenales de Lara y un duelo ante Tigres de Aragua. En total, terminaron con balance de 3-2.

Pero no fue sino hasta la campaña 1969-1970, cuando Águilas del Zulia pasó a formar parte de la LVBP y se adueñó del “Juego de la Chinita”, dejando hasta al momento balance de 24 victorias y 26 derrotas en 50 desafíos desde entonces. El pitcher con más triunfos es Mike Scott (3), seguido por Géremi González (2). El venezolano es también el que ha perdido más juegos (3).

La  primera victoria en este tipo de encuentros para los rapaces fue ante La Guaira, cuando los vencieron siete por dos. Fue el primer de ocho lauros consecutivos del conjunto naranja, que perdió su primer duelo el 18 de noviembre de 1977, cuando Leones del Caracas los aplastó 19 rayitas por 2, al desplegar una ofensiva de 21 hits.

Algunos momentos históricos

1970

El lanzador Bart Johnson lanza completo y sin permitir carreras en triunfo 1-0 contra Caracas.

1971

Mike Scott gana el primero de sus tres juegos de La Chinita consecutivos.

1977

Leones del Caracas anotar 19 carreras y liga 21 hits para ganar 19-2.

1979

Leonel Carrión guió el triunfo de Zulia ante Magallanes de 4-2, al ligar de 4-2, con dos empujadas.

1982

Baudilio Díaz empujó cuatro carreras y dio un cuadrangular en triunfo del Leones del Caracas 7-4.

1989

Oswaldo Olivares sale como emergente en el octavo capítulo y sonó triple que empujó tres de las cuatro carreras del Magallanes, equipo que  ganó 4-0.

1990

Zulia se impuso a La Guaira 9-1, para romper una seguidilla de cinco derrotas en el Día de La Chinita. Cristóbal Colón empujó cinco de las nueve rayitas.

1992

Urbano Lugo lanzó ocho entradas y un tercio sin permitir carreras y tolerar tres inatrapables. Caracas ganó 4-1.

1994

Cristóbal Colón la sacó dos veces, empujó tres carreras y Eminson Soto remolcó otras dos con jonrón, en triunfo de Zulia ante Magallanes de 6-2. Géremi González ganó su primer juego de La Chinita.

1999

Siete errores cometió la defensa zuliana y Pastora ganó 6-3.

2000

Géremi González ganó su segundo juego de La Chinita.

2004

Jean Carlos Bóscan conectó grand slam y remolcó cinco carreras, para guiar la victoria de Lara con pizarra de 16-3.

2009

Carlos González brilló con su guante en el jardín central y con el bate se fue de 4-3, con dos anotadas. Zulia fabricó seis carreras en el primer inning y le ganaron a Caribes 8-5.

2011

Ernesto Mejía dio doble en la baja del décimo inning, para dejar en el terreno a los Bravos de Margarita con pizarra de 1-0. Fue el primero en culminar en extrainning.

2012

Gerardo Parra dio jonrón con José Pirela en circulación en la parte baja del noveno inning contra Enrique González, para dejar a La Guaira en el terreno 9-7.

2013

Alex Cabrera dio tres jonrones, remolcó cuatro, anotó tres en triunfo de Tiburones 6-3.

2014

Aaron Alther recibió boleto con las bases llenas en la parte baja del undécimo episodio y Alí Castillo anotó la carrera del triunfo, para dejar al Magallanes en el terreno 5-4.

2017

La lluvia sobre Maracaibo durante la mañana obligó al jugar por primera vez “el clásico” en horas de la noche. Caribes anotó tres carreras en el noveno episodio y ganó 6-5.

2020

No se disputó porque la temporada comenzó el 27 de noviembre.

 

 

 

Franklin Gutiérrez, el padre que guió al “Guti” a las Grandes Ligas

Tony Cittadino (Madrid).-  Cuenta de tres y dos, lanza el pitcher y el “Guti” batea una línea de hit al centro”. Cuántas veces Franklin Gutiérrez escuchó esa narración, sentado en el sofá, frente al televisor y con ganas de gritarle al mundo que ese muchacho que acababa de embasarse en las Grandes Ligas era su hijo.

Se trata del típico padre de pelotero venezolano, al que le corre el beisbol por las venas y que no se arrepiente de haberse sacrificado para que su hijo lograra ser un profesional. Porque nunca es fácil. Franklin Gutiérrez no tuvo límites cuando soñó con ver a su hijo de igual nombre y apellido en el terreno de juego.

El “Guti”, es el mayor de sus tres hijos. Sus hermanas son Mariam y María Fernández y su madre es la señora Leida. Su velocidad y clase en el outfield, le convirtieron en uno de los mejores jardineros centrales del país, al vestir la camisa de los Leones del Caracas en la LVBP. En Grandes Ligas, estuvo con los Indios de Cleveland (2005-2008), Marineros de Seattle (2009-2016) y Dodgers de Los Ángeles (2017).

La historia de cómo el señor Franklin fue el portaviones para que su hijo alcanzara el éxito, es fascinante. Desde que el niño tenía 7 años, supo guiarlo por el camino correcto, aunque con ciertas restricciones que, a pesar de lo duro, fueron en todo caso necesarias para que llegara a la élite del beisbol profesional.

Desde que se entra al hogar de los Gutiérrez en Caricuao, se respira beisbol. A un costado del mueble, hay una mesa donde reposa cualquier tipo de objeto de la estrella de la casa. Desde pelotas y fotos, que recogen diversos momentos en su carrera, hasta trofeos que engalanan una especie de altar, muy especial para la familia.

Lo primero que comentó el padre del pelotero en un trabajo publicado en la edición del Día del Padre 2008 del diario TalCual, es que los frutos fueron el producto de los mejores 10 años de su vida.

“Desde que era niño, supe que Franklin sería un gran pelotero y creo que no me equivoqué”, dice tajante Gutiérrez, cuya dedicación y cuidado llevaron al “Guti” a debutar con el Caracas en 2002 y con Cleveland en 2005.

Desde luego, ello hizo que Franklin renunciara a una vida como la de otros niños, al tomar en cuenta los dotes que le veía y evitando en lo posible exponerlo a una lesión. A pesar de que fueron momentos difíciles, no se arrepiente. Su hijo empezó a jugar a los 7 años, en equipos como los Piratas de Caricuao, los Astros de Caricuao y La Rinconada.

PRIMERO, BACHILLER

Una vez que el “Guti” logra jugar y estudiar al mismo tiempo, es cuando las cosas se tornan más difíciles. Las ansías por firmar al profesional, distrajeron en ocasiones la atención del muchacho. Pero, su padre tuvo visión de futuro. La mejor demostración fue que no permitió que ninguna organización de Grandes Ligas lo firmara, sin antes verlo graduado de bachiller.

“Aquí vinieron los Atléticos de Oakland. Tenía 16 años y ofrecieron 100 mil  dólares. Les dije ¡no! y se quedaron impresionados. Les comenté con todo respeto que primero se graduaba y después firmaba”, explicó sentado en el mueble de su hogar, junto a su esposa, la siempre amable señora Leida, lista siempre para hacerle una buena sopa de pescado para darle fuerzas.

“Sabía que a los 15 días de recibir el título podía firmarlo cualquier equipo. Recuerdo que Franklin lloró y pataleo. Y a los pocos días de graduarse, Camilo Pascual logró un contrato con los Dodgers de Los Ángeles”, recordó el padre del 21 del Caracas, que de acuerdo a las estadísticas del portal Pelota Binaria, tiene un promedio colectivo de .279 (1.104-308) en 10 temporadas con los capitalinos.

Así pues, el “Guti” firmó con los melenudos, aunque quería hacerlo con los Navegantes del Magallanes, divisa de la que eran fanáticos él y su padre. Su debut se produjo el 17 de octubre de 2002, ante Pastora de Los Llanos en el Estadio Universitario. Para entonces portaba el número 63. No el 21 con el que tantas emociones ha vivido. En su primera campaña, contaba con 19 años y disputó 10 juegos.

“Cuando ese día jugó fue una emoción tremenda para la familia. Por primera vez estaba con los Leones. Para él fue un sueño jugar en el profesional. Hace años visualicé todo esto y le dije que sería un gran pelotero”, indicó el señor Gutiérrez.

Su primer cuadrangular lo dio al año siguiente. La víctima fue el lanzador Jorge Córdova en la jornada inaugural (16 octubre de 2003 ante Caribes de Oriente en Puerto La Cruz). “Cuando pegó su primer jonrón fue algo indescriptible. Sacó la bola con una facilidad impresionante. El hecho de que esté jugando y con tantas personas que desean hacerlo, es algo que no tiene palabras”.

MANAGER Y FANÁTICO

El gran sueño de todo pelotero llegó, tras lograr destacadas actuaciones con los melenudos y en las ligas menores. Su ascenso a las Grandes Ligas llegó el 31 de agosto de 2005, contra los Reales de Kansas City. Uno de los momentos más emocionantes de la tertulia, fue precisamente el evocar ese día.

Al padre del “Guti”, se le aguaron los ojos y se le entrecortó la voz. Hizo una pausa y prendió un cigarrillo. Luego, cerró el puño de la mano derecha y tocándose el corazón dijo: “Chamo, esa vaina la llevo aquí dentro”, exclamó con orgullo a quien siempre se le ve por el estadio Universitario con su esposa en los juegos de los Leones.

“Como padre, estoy orgulloso de que esté en las mayores. En cualquier momento iba a explotar. Siempre le dije que tuviera paciencia, constancia, que no decayera, que todo tiene su momento y que los peloteros buenos se hacen sentir”.

En ese instante, se giró hacia su mano derecha y cogió una bola. Muy orgulloso mostraba la pelota del primer vuelacercas del “Guti” en las Grandes Ligas, conectado al pitcher Andy Sisco en la apabullante victoria de su equipo (13-0).

Nuevamente, con voz emocionada traducía al español. “Mira lo que dice aquí chamo: Primer jonrón ante los Reales de Kansas City. Jacobs Field. 13 de agosto de 2006”. A pesar de que su hijo fue un pelotero regular en la tribu, no perdió la costumbre de ofrecerle consejos para que mejorara a diario. Cuando considera que está haciendo algo malo, le dice qué debe hacer para mejorar.

“Con frecuencia, le corregí los errores y me decía: ‘gracias papá, es verdad, estoy haciendo algo malo’. Eso me gusta porque me hace caso. Siempre me dice que lo que le digo, le funciona”.

Y es que su padre no dejaba de ver ningún partido. Cuando el “Guti” estaba en el plato se podía caer el mundo, porque toda su atención estaba en su hijo. “Cuando lo veo, alguien me puede estar hablando, pero no le paro a nadie. Analizo sus turnos y le digo: ¡mosca que te van a lanzar una curva, siempre te lo he dicho! Parece que le transmito eso y batea bien. Sabe lo que está haciendo”, dice Franklin, el viejo, quien considera que los padres deben apoyar a sus hijos por lograr sus sueños.

Si alguien tiene dudas, el señor Franklin y el “Guti” son un ejemplo de perseverancia y constancia.

Foto: Instagram Franklin Gutiérrez (padre).

Carlos González, el zuliano que no traicionó al beisbol

Tony Cittadino (Madrid).- Carlos González siempre supo que lo suyo era el beisbol. Desde muy pequeño su convicción fue tan sólida, que ni las incursiones en la natación y el judo en su Maracaibo natal pudieron alejarlo del sueño y de la promesa de actuar en las Grandes Ligas hecha a su madre, quien al principio lo que deseaba era verlo graduado en la universidad.

Según contó la señora Lucila de González en un trabajo publicado en el diario TalCual en 2010, el pelotero zurdo siempre amó la pelota. Tanto así, que el campeón bate de la Liga Nacional con los Rockies de Colorado en 2010, comenzó a los 5 años a jugar en el equipo El Taco de la Pequeña Liga Coquivacoa. Entrenaba hasta dos veces al día y llegó a conformar la selección regional.

“Casi que vivía en el estadio, pero nunca descuidó los estudios en el liceo Udon Pérez. Hubo un momento en el que el beisbol le quitó todo el tiempo, porque cada vez le gustaba más. Recuerdo cuando me decía que soñaba con jugar en las mayores y aquí estar en un Juego de La Chinita con un estadio lleno y mucha gaita”, explicó.

González es el menor de tres hermanos: dos varones y una hembra. Su madre dice que siempre ha sido una persona alegre y extrovertida, pero muy centrado en lo que quiere. “Cuando lo metí en natación fue casi que obligado, porque iba a la piscina y se lanzaba en trampolín sin saber nadar. Me daba miedo que se ahogara. También estuvo en judo, pero terminó abandonando todo por el beisbol”, añadió su orgullosa progenitora.

Reguetonero pero amante de la gaita por razones obvias, de un buen sancocho y del arroz, siempre fue fanático de las Águilas del Zulia, a pesar de que por admirar a Bob Abreu estuvo a punto de convertirse en caraquista. “Lo de Abreu fue tal que me pidió que le comprara una camisa del Caracas con el número 53. Aquí nos molestamos echándole broma, pero no le hacía caso. Salía con su camisa puesta y hasta recibió un premio así”, contó entre risas la señora Lucila.

SOLO EN LA DISTANCIA

Como todo pelotero, el camino hacia las mayores está lleno de obstáculos. No es al primero ni al último que le sucede. Es dormir y comer mal y, en ocasiones, sentirse solo. En el caso de González, su mayor problema fue la distancia. En 2003 fue firmado por los Cascabeles de Arizona y, tras culminar el bachillerato, se marchó a Estados Unidos con 17 años para jugar en las ligas menores.

En su primer año estuvo en el ranking de los 30 mejores prospectos de la organización, según la destacada publicación de Baseball America. “A veces se desesperaba, pero siempre contó con nuestro apoyo. Hablábamos todos los días y me decía que quería regresarse. Tenía un manager que no valoraba su trabajo y se deprimía, porque aunque lo hiciera bien no le reconocía las cosas”, dijo su mamá.

En 2005 fue el Jugador Más Valioso y Prospecto del Año en Clase A. Terminó segundo en hits (158) y bases alcanzadas (252), lo que le valió un año más tarde el ascenso a Doble A y en 2007 a Triple A, temporada en la que se convirtió en el prospecto número uno de Arizona.

La señora Lucila recuerda emocionada como su hijo tuvo que sufrir para alcanzar la meta. “Cuando lo subieron a las Grandes Ligas fue el día de mi cumpleaños. Esa noche luego de la llamada que nos hizo no dormimos y al día siguiente todos seguimos el juego por la laptop, porque no lo pasaron por televisión”. La madre del flamante campeón bate, que desde el miércoles en la noche disfruta de la presencia de su “Carlitos” en casa, tiene para él un consejo permanente: que siempre mantenga la humildad y que no se desvíe, porque así puede seguir llegando lejos.

SUEÑO CUMPLIDO

El año de la graduación en las Grandes Ligas para Carlos González llegó en 2008, cuando fue cambiado por los Cascabeles de Arizona a los Atléticos de Oakland por el lanzador Dan Haren. Su debut fue el 30 de mayo ante los Rangers de Texas.

En su primera zafra implantó un récord de dobles para un novato (22). En 2009 pasó en un cambio a los Rockies de Colorado por Matt Holliday. El resto de la historia se encargó de escribirla a punta de batazos. Ese año jugó la postemporada y fue el mejor bateador de los playoffs con .588 de promedio. En la temporada 2010, hizo los ajustes con el coach de bateo Don Baylor, el mismo que llevó a Andrés Galarraga a ganar la corona de los toleteros en 1993.

Con el equipo de Colorado disputó 10 temporadas y dejó un promedio de .290 (4.586-1.330), con 749 carreras impulsadas y 769 anotadas. Conectó 227 jonrones en 1.247 juegos. En total, ganó un título de bateo (2010), participó en tres Juego de Estrellas (2012, 2013 y 2016) y fue tres veces ganador del Guante de Oro en la Liga Nacional (2010, 2012 y 2013). También coleccionó dos Bate de Plata (2010 y 2015).

Las lesiones fueron mermando su condición física y en 2018 fue agente libre. Fue tomado por los Indios de Cleveland, equipo de la Liga Americana con el que disputó apenas 30 juegos y bateó para .210. La tribu lo dejó libre a finales de mayo de 2019 y fue tomado en junio por los Cachorros de Chicago, club con el que apenas jugó 15 partidos y bateó para .175.

Foto: Prensa Rookies.

Omar Vizquel: los primeros pasos de una leyenda (+Galería)

Tony Cittadino (Mallorca).- La historia de Omar Enrique Vizquel González es el relato perfecto que todo pelotero sueña tener desde que comienza a jugar beisbol. Se inició en las populares caimaneras infantiles, tuvo el apoyo de su padre, jugó en los Criollitos de Venezuela, firmó al profesional, llegó a las Grandes Ligas y es todo un ejemplo a seguir.

El padre del estelar paracorto, también de nombre Omar, relató en una entrevista especial publicada en el año 2007 en el diario TalCual, que los primeros pasos del muchacho en los campos de pelota los dio de su mano, pues acostumbraba a llevarlo a jugar al Parque del Este y a que lo acompañara a sus caimaneras de softbol.

“Omar era un muchacho fogoso y tremendo. Le gustaba jugar pelotica e’ goma. Lo suyo era el beisbol. Lo único que yo pensaba era en que jugara su beisbol, porque le encantaba. Luego cuando tuviera la edad reglamentaria decidiera, pero no le iba a imponer que jugara beisbol o que estudiara medicina, economía o ingeniería”, recordó su padre desde su casa en Caracas.

Vizquel, magallanero de nacimiento, dio sus primeros pasos en la pelota con el equipo Gran Mariscal, en la Liga Leoncio Martínez de los Criollitos de Venezuela, novena que representó al estado Miranda en el campeonato nacional pre-infantil a mediados de 1977. El club se tituló y fue el representante nacional en el Mundial celebrado en el estadio Universitario semanas después.

Allí el short stop de apenas 10 años se lució a la ofensiva. Era el preámbulo a lo que realizaría en su brillante carrera dentro y fuera del país. Su elegancia con el guante, su agilidad y su excelente coordinación de movimientos, comenzó a mostrarse en ese torneo realizado en el “Coso de Los Chaguaramos”, donde algunos peloteros profesionales retirados como el ex campocorto del Valencia Industriales y de los Leones del Caracas, Teodoro Obregón, iban al estadio para ver su desempeño.

Vizquel siguió desarrollando sus cualidades en el beisbol menor distinguiéndose sobre sus compañeros de escuadra. Siempre contó con el apoyo de su padre, un elemento valioso en cualquier niño que se inicia en el difícil y cada vez más exigente deporte del bate, el guante y la pelota.

TODO UN LEÓN

“Kike”, como también era conocido entre sus amigos, esos con los que compartió infinidad de veces en las calles de Santa Eduvigis, en el este de Caracas, continuó su preparación para llegar al profesional. El pelotero participó en un Campeonato Nacional en el estado Táchira con un sobrino de Pablo Morales, quien para entonces era copropietario del Caracas junto a Oscar Prieto.

Cuando culminó el torneo lo invitaron al Universitario para que los scouts pudieran apreciar su talento con mayor atención. La exhibición dio sus frutos y a los 16 años de edad fue firmado por el buscador de talentos Manny Martínez, quien trabajaba para los Marineros de Seattle. Luego de las negociaciones Vizquel acudió junto con su padre a las oficinas del conjunto melenudo, ubicadas en la avenida Victoria, para estampar la firma de su primer contrato en el beisbol profesional ¡Todo un sueño hecho realidad!

El padre de Vizquel recordó que la felicidad de su hijo no podía ocultarse. Era el primer gran paso para algún día emular a su ídolo, David Concepción, quien por cierto influyó de manera especial en su crecimiento como beisbolista y con quien pudo compartir y tomarse fotos en torneos nacionales.

“Con esa edad se le dio la oportunidad y no lo pensó. Yo no lo iba a parar. Estaba muy contento. Firmar al profesional era su meta”, dijo el señor Vizquel, quien para entonces trabajaba en Lagoven, frente al Universitario. Recordó con risas que por la cercanía se iba a pie al estadio para ver a su vástago desde las tribunas. “No me pelaba ningún juego. Era una satisfacción inmensa”.

Su debut en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) fue el 31 de octubre de 1984. Fue nada más y nada menos ante el equipo de su infancia, Navegantes del Magallanes, en un repleto estadio José Bernardo Pérez de Valencia. Mejor, imposible. Es el juego predilecto por la afición venezolana, el que todos ven y el que más vende. Una tribuna especial.

Con el número 4 en su espalda, el caraqueño entonces de 17 años demostró sus cualidades en el campocorto, sin imaginarse que a partir de ese momento estaría comenzando a escribir su propio testimonio como uno de los mejores defensores del beisbol en esa posición.

Desde ese día, juego a juego, inning por inning y out tras out, se fue metiendo en el alma de los fanáticos, en particular a los de los Leones. Con sus atrapadas espectaculares, el novato hizo olvidar a los venezolanos, así fuese durante nueve entradas, los difíciles problemas económicos que afrontaba el país tras el famoso “Viernes Negro”.

En su primer choque se fue en blanco en tres turnos. Aunque su padre dice no recordar el momento en que su hijo se inició como profesional, sabe que lo hizo sin nervios y tranquilo.

Tras su debut oficial en la LVBP, su primer juego en el estadio Universitario lo disputó ante las Águilas del Zulia el 1 de noviembre. Tampoco tuvo suerte en dos visitas al plato. En esa primera campaña, disputó 11 juegos y dio un hit en 14 turnos al bate.

Los inicios de Vizquel como pelotero pasaron casi desapercibidos. Sin una nota en los medios de comunicación impresos más importantes que, al menos, diera a conocer que un novato comenzaba su carrera. No existía el despliegue comunicacional de ahora. Mucho menos las redes sociales.

Tan desconocido era en el beisbol venezolano que en el box score de su juego inaugural su apellido fue escrito en un periódico deportivo como “Bisquel” y en su segundo choque la leyenda de una foto describía: “Omar ‘Vazquel’, el novato campocorto de los Leones que lució bien a la defensiva, pone out a Roberto Ramos cuando éste trató de estafar esa base”.

Mientras la población pensaba en cómo comprar un kilo de caraotas a 15 bolívares, Vizquel se dedicaba a escuchar los consejos del destacado inicialista, fallecido trágicamente, Gonzalo Márquez, y trataba de posicionarse como un pelotero regular del campocorto en las filas melenudas, posición que compartía con Héctor Rincones.

Junto a Márquez, de gran influencia en su desarrollo, otros jugadores que contribuyeron a que creciera como beisbolista fueron Jesús Alfaro, Andrés Galarraga, Antonio Armas y Baudilio Díaz, a quien también guardaba mucho aprecio por los consejos que le ofrecía.

En ocasiones el recordado catcher de los Leones lo ejercitaba haciéndolo subir las desgastadas gradas del Universitario, algo que Vizquel nunca tomó para mal, pues pensaba que si realizaba esa actividad era por su bien, para superarse.

“Fueron unas personas muy especiales y yo era un pelotero que acataba muchos consejos. Tuve suerte de tenerlos a mi lado. La verdad estaré siempre muy contento y agradecido porque me ayudaron mucho”, relató con alegría el estelar campocorto en una entrevista realizada en Maracaibo durante el octavo Festival de Jonrones de 2009.

Por su parte, su padre reafirmó sus declaraciones. “A él le gustaba eso, porque siempre ha sido un muchacho disciplinado y con amor al beisbol. Tomaba eso como algo positivo. Márquez fue como un padre para él, porque siempre estaba detrás de el. Incluso lo quería firmar”.

SE ESTABLECIÓ EN EL SHORT

Aquellos días de la Venezuela de los 80’ transcurrieron con noticias como la firma de un contrato de cifras astronómicas de Armas con los Medias Rojas de Boston, estipulado en 100 millones de bolívares, y la invitación al campo de entrenamiento de los Angelinos de California para Urbano Lugo y Norman Carrasco.

Vizquel fue ganando experiencia en el diamante de juego y centimetraje en los periódicos. Ahora su apellido se escribía sin errores y ocupaba un lugar en la atención de los lectores, junto a titulares donde se mencionaban a María Conchita Alonso y al “Puma” José Luis Rodríguez como los mejores cantantes venezolanos de la época.

A medida que se consolidaba como torpedero de los Leones fue creciendo el apoyo del público desde las tribunas y especialmente de su familia, cuyos miembros comenzaron a asistir al recinto de Los Chaguaramos con mayor regularidad.

En las ocasiones en que el equipo jugaba en Caracas, el campocorto se quedaba en su casa, ubicada en El Cafetal, pero cuando tenía compromisos en el interior del país, debía dormir fuera de su residencia: lo hacía en el clubhouse de los Leones en el Universitario, pues llegaba en la madrugada y no había transporte público.

En las horas diurnas acostumbraba a movilizarse al estadio por su propia cuenta en autobús o en algunos casos con el Maverick de su padre. También lo apoyó una novia, quien vivía en Los Palos Grandes y le daba la cola.

El resto es historia y de la buena. Poco a poco fue gestando su ingreso a las Grandes Ligas, que se consolidó casi cinco años después de su primera incursión en Venezuela. Debutó con Seattle el 3 de abril de 1989, convirtiéndose en el criollo número 53 en las mayores. Con el equipo con el que se dio a conocer alcanzó el primero de sus 11 premios Guante de Oro, que lo inmortalizan como uno de los mejores campocortos de todos los tiempos.

“Aunque ha crecido no ha cambiado su forma de ser. Es sencillo. Cuando ha venido a Caracas se ha metido en el Metro. Te podrás imaginar que cuando lo reconocieron todos se tomaron fotos. Fue un relajo. Cuando debutó en su primer año no viajamos a Estados Unidos para dejarlo tranquilo, pero al año siguiente sí fuimos a Seattle”.

Con los Leones jugó 13 temporadas en Venezuela, siendo la última la 2007-2008 en la que disputó 16 compromisos a sus 40 años. En ronda regular, jugó 406 encuentros y bateó para promedio de .275 (1.391-383).

Estuvo presente en un total de ocho series semifinales y disputó seis series finales, siendo campeón en cuatro de ellas (1986-1987, 1987-1988, 1989-1990, 1994-1995). La más importante fue la última, cuando se erigió como la figura de su equipo y fue designado el Jugador Más Valioso.

Así el caraqueño comenzó a dar sus primeros pasos en la pelota. Lo que comenzó en las calles de Caracas en unas caimaneras, continuó su curso en el mejor beisbol del mundo, el de las Grandes Ligas. Vizquel escribió con letras doradas una historia que, casi con toda seguridad, le convertirá en el segundo miembro venezolano del Salón de la Fama de Cooperstown, donde ya se encuentra Luis Aparicio.

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MLB: La vieja escuela llevó a Nueva York a ganar su última Serie Mundial en 2009

Tony Cittadino (Mallorca).- El año 2009 no podía ser mejor para los Yankees de Nueva York. Estrenaron un estadio millonario, contrataron a grandes figuras, avanzaron a la postemporada tras una ronda regular donde fueron imparables, alcanzaron su vigésimo séptimo título en el Bronx y con su acérrimo rival, el dominicano Pedro Martínez, como el lanzador derrotado en el último juego de la temporada de Grandes Ligas.

El triunfo en la Serie Mundial 2009 lo sellaron el 4 de noviembre y rompió con una sequía de ocho largos años, un período donde se gastaron millones de dólares en contrataciones y se vivieron grandes decepciones. Pero las cosas cambiaron contra los Filis de Filadelfia, tras vencerlos en seis duelos.

Nueva York terminó la temporada regular con la marca para la franquicia de 103 victorias, llevándose así el banderín de la División Este de la Liga Americana, con ocho juegos de ventaja sobre Boston. En la Serie de División, barrieron a los Mellizos de Minnesota en tres juegos y en la Serie de Campeonato, derrotaron a Anaheim en seis cotejos.

El primer año de vida del nuevo Yankee Stadium será para el recuerdo y fue escrito con letras doradas. Arrancaron con todo, ganando 57 juegos de los 81 en la temporada regular. En postemporada, ganaron siete de los ocho duelos en casa: sólo perdieron el primer encuentro de la Serie Mundial.

Su estreno fue el soñado por todos los fanáticos, que comenzaron con buen pie una historia que debería ser tan rica como la del viejo recinto, el que fue “construido” por Babe Ruth y que ahora, en esta nueva era, pasó el testigo definitivo a Derek Jeter, el ídolo indiscutible y capitán del club, que en enero de 2020 entró al Salón de la Fama de Cooperstown.

El crédito, además de los jugadores y el manager Joe Girardi, que apenas en su segundo año llevó a Nueva York a su segundo título de la década, fue para la gerencia, encabezada por Brian Cashman, quien acertó ese año con las firmas de los lanzadores CC Sabathia (líder en victorias con 19, junto a Justin Verlander y Félix Hernández), A.J.Burnett (13-9, 4.04 EFE en temporada regular) y el inicialista Mark Teixeira (Bate de Plata y Guante de Oro, líder en impulsadas en la Americana con 122 y colíder en jonrones con 39 junto a Carlos Peña).

Nuevamente el receptor boricua Jorge Posada, los lanzadores Andy Pettitte y el panameño Mariano Rivera (primer exaltado en la historia al Salón de la Fama de forma unánime en 2019) y el campocorto Jeter, volvían a ganar un anillo de Serie Mundial, tras obtenerlo en 1996, 1998, 1999 y 2000.

Para entonces, la victoria le permitió a Pettitte sumar su lauro 18 en postemporada y convertirse en el dueño absoluto de ese renglón, junto a los renglones de aperturas (40) y entradas lanzadas (249.0). Rivera finalizó como el máximo salvador en la postemporada, con 39 juegos rescates y otros 11 en Series Mundiales.

Por su parte, Alex Rodríguez ganó su primer anillo en 16 zafras tras un año difícil, cuando en el Spring Training declaró que había usado esteroides en 2003. A-Rod finalizó como el Yanqui con más remolques en un playoff con 17, superando por tres fletadas lo hecho por Reggie Jackson (1978).

Además Hideki Matsui, electo como Jugador Más Valioso, igualó a Bobby Richardson, quien con Nueva York en 1960 remolcó seis rayitas en un cotejo. El japonés, que en el sexto juego llevó seis compañeros al plato, explotó con el madero ante Filadelfia, con promedio de .615 (138), con ocho rayitas fletadas y tres anotadas. El japonés terminó con el tercer promedio más alto en una Serie Mundial (.615), por detrás de Billy Hatcher (.750, con Cincinnati en 1990) y Babe Ruth (.625 con Nueva York en 1928).

Esta fue la última corona ganada por los “Mulos del Bronx” en las Grandes, con una generación inolvidable para los Yankees.

 

Un equipo legendario

Derek Jeter, SS.

Johnny Damon, LF.

Mark Teixeira, 1B.

Alex Rodriguez, 3B.

Jorge Posada, C.

Hideki Matsui, LF.

Robinson Cano, 2B.

Nick Swisher, RF.

CC Sabathia, PA

Mariano Rivera, PC

 

Foto: Jed Jacobsohn/Getty Images

 

Línea de tiempo de la LVBP: casi ocho décadas de pasión y emoción

Tony Cittadino (Madrid).- La Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) es parte de la cultura del venezolano. Durante casi ocho décadas ha regalado emociones al país, que espera los últimos meses del año para vestirse de fiesta. El camino ha sido largo, superando duros escollos que le han permitido mantenerse en pie a una de las instituciones privadas más sólidas de la nación y con sentido de pertenencia y que, todavía, lucha por mantenerse en play.

A continuación, recordamos algunos de los momentos que transformaron a la institución largo de la historia.

 

1946

Se crea la LVBP con los equipos Cervecería Caracas, Magallanes, Vargas y Venezuela.

1952

Los Leones reemplazan al Cervecería.

1953

Se juega el Torneo Rotatorio. Las divisas zulianas Gavilanes y Pastora sustituyen al Vargas y Venezuela.

1954

El Venezuela retorna a la LVBP y el Santa Marta de La Guaira sustituye al Vargas.

 

1955

Los Industriales de Valencia sustituyen al Santa Marta y los Licoreros del Pampero al Venezuela.

1956

Oriente reemplaza al Magallanes.

1959-1960

Se suspende por primera vez el campeonato. El manager del Pampero, Alejandro “El Patón” Carrasquel, es expulsado por golpear al gerente del equipo (el periodista Eduardo Moncada). La Asociación de Peloteros se declaró en huelga hasta que levantaran la sanción. Al no concretarse acuerdo alguno se suspendió la temporada.

1962

Los Tiburones de La Guaira sustituyen al Pampero.

1963

Orientales reemplaza a Oriente.

1964

Retorna el Magallanes y sustituye a Orientales.

1965

Se produce la primera expansión y se incorporan los Tigres de Aragua y los Cardenales de Lara.

1966

El 6 de enero se crea la Asociación Única de Peloteros Profesional de Venezuela (Auppv). Un año más tarde es reconocida por la LVBP para organizar los Juegos de Estrellas.

1968

Los Llaneros sustituyen a los Industriales de Valencia.

1969

Las Águilas del Zulia sustituyen a Los Llaneros y Magallanes muda su sede a Valencia.

1973-1974

La temporada queda incompleta el último día, luego de que la Asociación de Peloteros y los propietarios de equipos estuvieran en desacuerdo con los derechos de transmisión televisiva de los juegos.

1975

Por desavenencias con la UCV, Caracas y La Guaira se fusionan en un solo club (los Tibuleones) y juegan en Acarigua.

1976

Caracas y La Guaira retornan por separado al estadio Universitario.

1991

Segunda expansión. Nacen los Caribes de Oriente y los Petroleros de Cabimas. Se modifica el formato del campeonato y se crean dos divisiones: Oriental y Occidental.

1995

Pastora de Occidente sustituye a Petroleros. Desde la temporada 1995-1996 se implementa el formato del “comodín” (el mejor tercer lugar de ambas divisiones clasifica al Round Robin).

1997

Pastora de Los Llanos sustituye a Occidente.

2002

Por tercera ocasión se suspende el torneo, esta vez motivado por el paro nacional convocado por la Confederación Nacional de Trabajadores (CTV) y Fedecámaras contra el gobierno de Hugo Chávez.

2005

Caribes de Oriente pasa a denominarse Caribes de Anzoátegui.

2007

Bravos de Margarita sustituye a Los Llanos. Se modifica el esquema del campeonato al eliminarse las divisiones y se juega con formato único. Los primeros cinco clasifican al round robin. Se disputan 63 juegos, uno más que en las campañas anteriores.

2015

Se cambia de nuevo el formato de juego. Avanzan seis equipos a la postemporada, en lugar de cinco con un sistema de puntos y clasificación general. La ronda regular se jugó en dos partes. La primera del 7 de octubre al 15 de noviembre y la segunda, del 17 de noviembre y al 30 de diciembre de 2015. Se elimina el round robin y se juega una serie de playoff, una semifinal y la final.

 

2016

Se mantienen los seis clasificados a la postemporada, pero se elimina el sistema de puntos y las dos vueltas en la ronda regular de la campaña anterior.

2019

La temporada arrancó el 5 de noviembre con un calendario de 42 juegos por la crisis que vive el país. No se disputan los 63 encuentros que se realizaban en la ronda regular. Se mantiene el formato de postemporada. La MLB vetó la participación de cualquiera de sus afiliados en Venezuela, luego de la sanción de la administración del presidente Trump al gobierno venezolano por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EE.UU. Sin embargo, la medida se flexibilizó el 3 de diciembre y sólo quedaron sancionados Magallanes y Aragua, por contar con capital del Estado por ser fundaciones.

2020

La campaña inicia el 27 de noviembre, estrenando nuevo formato por la pandemia del Covid que afectó a todo el mundo y la crisis que se mantiene en el país. Se disputará un calendario extraordinario de 40 juegos por equipo, sin público en los estadios y con dos divisiones: la Occidental está integrada por Zulia, Lara, Magallanes y Aragua, mientras que en la Central están Caracas, Bravos, Caribes y La Guaira.

Los estadios que recibirán la voz de playball serán el Universitario de Caracas (Caracas y La Guaira), el Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto (Zulia y Lara), el José Bernardo Pérez de Valencia (Magallanes y Bravos), el José Pérez Colmenares de Maracay (Aragua y Caribes) y el nuevo estadio de Macuto.

A la postemporada avanzarán cuatro equipos, siendo los dos mejores de cada división. La semifinal y final se jugará de forma directa a un máximo de siete juegos. Se estima que la ronda regular finalice el 10 de enero de 2021, el 11 quede libre para un posible juego extra y el 12 arrancan las semifinales.

Cada equipo tendrá a tres importados, menos Magallanes y Tigres, que podrán contratar hasta seis foráneos por no contar con jugadores de MLB por la sanción de la OFAC.

2021

La temporada comienza el 23 de octubre con el regreso del formato todos contra todos a la ronda regular y, también, del público al estadio con capacidad reducida por el COVID.

Los ocho equipos disputarán 49 juegos, con un total de siete contra cada equipo, y avanzan los cinco mejores clasificados a la postemporada. Se jugará hasta el 22 de diciembre.

El Round Robin regresa como el principal atractivo de la campaña, luego de que se cambiara el formato en 2015. El “todos contra todos” comenzará el 27 de diciembre y mantiene su esquema de 16 juegos por novena, cuatro contra cada rival. Los dos mejores clasificados avanzan a la final, que se debe finalizar máximo el 26 de enero.

Para esta campaña, nuevamente cada equipo tendrá a tres importados, menos Magallanes y Tigres, que podrán contratar hasta seis foráneos por no contar con jugadores de MLB por la sanción de la OFAC. La licencia fue renovada por dos años.

Todos los clubes jugarán en sus sedes naturales, menos Bravos que lo hará en el estadio Fórum La Guaira de Macuto.

2022

La temporada da inicio el sábado 22 de octubre y mantiene el formato de todos contra todos en la ronda regular, que finalizará el 26 de diciembre. La mayor novedad para esta contienda, es el regreso de la licencia de la Oficina de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC), para los Navegantes del Magallanes y los Tigres de Aragua. Con este instrumento legal, podrán contar nuevamente con peloteros y personal que dependa del sistema de Major League Baseball (MLB).

Otra de las variantes, será un incremento a la cantidad de juegos por equipos que se disputarán en la ronda regular. Serán 56 compromisos, siete más que en la temporada pasada en otro intento de ir retomando progresivamente la normalidad de los 63 juegos del calendario.

Cada equipo disputará siete juegos ante los siete rivales. Avanzan los cinco mejores equipos para el Round Robin, pero esta vez habrá un juego de comodín para definir al quinto clasificado y será entre los equipos que ocupen la quinta y la sexta plaza.

El día 28 será el Juego de Comodín en el estadio del equipo que haya quedado en quinta posición. Si se impone el que quedó sexto, habrá un segundo juego el día 29.

2023

La temporada se jugó en honor a Miguel Cabrera. La campaña destacó, principalmente, por la mudanza de los Leones del Caracas al Estadio Monumental Simón Bolívar de La Rinconada y de Bravos de Margarita, como sede alternativa, al estadio Universitario de Caracas. Los insulares jugarán en la capital la mitad de sus compromisos y, el resto, en Macuto.

La temporada regular que, constó de 56 juegos por equipo, se jugó con el mismo formato de la edición anterior. Cinco equipos avanzaron al Round Robin, cuatro de ellos de forma directa y uno con el juego por el comodín.

Cada club disputó ocho partidos contra cada rival y la ronda regular finalizará el miércoles 27 de diciembre, dejando dos fechas libres para los juegos de comodín, que se realizaron entre el quinto y el sexto clasificado. El home club fue el quinto lugar.

Para esta campaña, la pelota contará con modificaciones al reglamento al adoptar medidas que se implementan en las Grandes Ligas para mejorar el juego. Una de las medidas será la implementación del reloj para lanzadores y bateadores, para acelerar el ritmo del juego.

El gran regreso de esta campaña fue el del programa antidopaje.

Se volvió a utilizar en la ronda regular la regla panamericana, que consiste en que los equipos comenzarán el extrainning con un corredor en la segunda base. También se mantendrá el sistema de notificar las cuatro bolas malas para otorgar la base por bolas intencional, sin que fuese necesario que el lanzador realice los envíos a la goma.

También se cambió el tamaño de las bases de 15 a 18 pulgadas, tal como sucedió en la MLB.

Los equipos no podrán implementar las formaciones especiales defensivas y dos jugadores deberán estar a cada uno de los lados de la segunda base.

2024

La temporada da inicio el sábado 12 de octubre y mantiene el formato de todos contra todos en la ronda regular con 56 juegos por equipo.

Cada club jugará series particulares de ocho juegos (cuatro como home club e igual cantidad como visitante).

Se mantiene el juego de comodín para definir al quinto clasificado y será entre los equipos que ocupen la quinta y la sexta plaza.

Esta temporada marca el regreso de los Bravos de Margarita a su sede natural, el Stadium Nueva Esparta de Guatamare, en la isla de Margarita.

Está previsto realizar en diciembre un Draft de Nuevas Firmas con un evento en el Teatro Teresa Carreño.

Fuente: La Enciclopedia del Beisbol en Venezuela. Daniel Gutiérrez, Efraím Álvarez y Daniel Gutiérrez (hijo).Caracas 2006. / www.lvbp.com.

Euro 2024: Italia contra España, un clásico europeo de alto voltaje

Tony Cittadino (Madrid).- Italia y España son dos de las selecciones más ganadoras en Europa y protagonistas del fútbol mundial. Por sus oncenas han pasado jugadores históricos, que han regalado emociones y partidos vibrantes y, este jueves, se medirán en la fase de grupos de la Eurocopa Alemania 2024.

Cada enfrentamiento es una batalla a sangre y fuego, que no decepciona y que se ha vivido con mayor intensidad en este siglo. Claro está, sin olvidar el electrizante choque de hace 30 años, cuando Italia ganó dos goles por uno en los cuartos de final del Mundial 1994, en el recordado encuentro en el que marcó Roberto Baggio y Luis Enrique sufrió el codazo de Mauro Tassotti.

La serie de por vida favorece a España con balance de 13 victorias, por 11 de Italia y 11 empates. La Azzurra ha anotado 46 goles y la Roja uno menos.

Sin embargo, en este siglo se han enfrentado, mayormente, en la Eurocopa. El encuentro de este jueves, será el quinto consecutivo en el torneo europeo, luego de las ediciones de 2008, 2012, 2016 y 2020.

En este lapso, incluyendo amistosos, partidos de eliminatoria al Mundial y duelos de Final Four de la Nations League, el balance es de siete victorias para España, dos triunfos para Italia y siete empates, de los cuales tres de ellos terminaron en penales y dos los ganaron los transalpinos.

Duelos en la Euro

El recorrido por la Euro en este siglo comenzó en los cuartos de final de la edición de 2008, aunque habían jugado en la fase de grupos de 1980 (Italia 0-0 España) y en 1988 (Italia 1-0 España, Vialli 73’).

Italia llegaba como el actual campeón mundial e igualaron sin goles en 120 minutos. España se impuso 4-2 en los penales, rompiendo la maldición de no pasar de esa ronda.

Fue el inicio de una etapa dorada, en la que lograron imponerse en la final a Alemania para ganar su segunda Euro, luego de la de 1964. Dos años más tarde, se coronaron por primera vez en Sudáfrica 2010.

Los transalpinos y los ibéricos se vieron las caras en par de ocasiones en 2012. La primera, fue en la fase de grupos y el juego quedó igualado a un gol, con tantos de Antonio Di Natale (61’) y Cesc Fábregas (65’).

Luego, en la final en Kiev, los dirigidos por Vicente Del Bosque, lograron un triunfo histórico de 4-0 ante los italianos, con goles de David Silva (14′), Jordi Alba (41′), Fernando Torres (84′) y Juan Mata (88′). De esta forma, la Roja ganó su tercera Euro y alcanzó un triplete histórico, al sumar Euro, Mundial y Euro.

Italia tomó venganza cuatro años más tarde. La oncena de Antonio Conte derrotó a España dos goles por cero, en los octavos de final de la Euro 2016. Giorgio Chiellini (33’) y Graziano Pellè (90+1’), firmaron el lauro azzurro.

El siguiente enfrentamiento fue en las semifinales de la Euro 2020 e Italia volvió a sonreír. Empataron a un tanto en 120 minutos, tras las dianas de Federico Chiesa (60’) y Álvaro Morata (80’), y se impusieron en penales 4-2, con el gol decisivo de Jorginho.

La oncena de Roberto Mancini se enfrentó a Inglaterra en la final y se llevó el título, en una dramática definición en penales. Así lograron su segunda Eurocopa, tras alzarla en 1968.

Otros enfrentamientos

España e Italia también se vieron las caras en la semifinal de la Copa Confederaciones Brasil 2013. Fue un duelo atractivo en Fortaleza, pero empataron sin goles en 120. España se llevó la victoria en penales 7-6, gracias al fallo de Leonardo Bonucci.

Los ibéricos también sacaron buena tajada en las eliminatorias al Mundial Rusia 2018, el empatar a un gol en el Juventus Stadium a un tanto (Vitolo 55’ y De Rossi 82’) y lograr una categórica victoria de tres por cero, en una estupenda exhibición de Isco, quien anotó dos tantos (13’ y 40’). Morata se encargó de cerrar el resultado (77’).

España clasificó como primera de grupo a Rusia, mientras que Italia quedó eliminada en el repechaje ante Suecia y faltó a su primera Copa del Mundo de 1958. La tragedia italiana de repitió en 2022 ante Macedonia del Norte, en el repechaje rumbo a Qatar 2022.

Nations League

La emoción de estos clásicos no quedó allí, pues ambas oncenas volvieron a medirse en el Final Four de la Nations League y España salió airosa en ambas ocasiones.

La primera fue en la edición de 2021. Se enfrentaron en la semifinal en el estadio San Siro de Milano y España ganó 2-1. Ferrán Torres firmó la victoria con dianas al 17’ y al 45+2’, mientras que Lorenzo Pellegrini descontó al 83.

El resultado, además de eliminar a Italia, cortó la racha de 37 partidos invictos ((28JG, 9JE) que, hasta la fecha, se mantiene como la más larga entre las selecciones.

Italia no perdía desde hace 93 años y acumulaba 28 partidos invicta en San Siro. Tenía 61 partidos oficiales en casa sin perder, sin contar los amistosos, con 46 victorias y 13 empates. La última derrota había sido el 8 de septiembre de 1999, al caer 2-3 ante Dinamarca en Napoli, en partido de eliminatorias para la Euro 2000.

España terminó avanzando a la final, pero cayó ante Francia. Los galos triunfaron dos por uno, al remontar con tantos  de Karim Benzema y Kylian Mbappé.

Dos años más tarde, jugaron en Enschede y España se impuso con idéntico marcador. Para entonces, marcaron Jeremy Pino (3’) y Joselu (88’). Por Italia, Ciro Immobile descontó de penal al 11’.

La Roja terminó ganando el torneo, al derrotar a Croacia. Igualaron sin goles y en penales se impusieron 5-4, con un tanto de Dani Carvajal.

De esta forma, los dirigidos por Luis de la Fuente ganaron su primer título internacional desde la Euro 2012 y se unieron a Portugal (2019) y Francia (2021), como los monarcas de la Nations League.