Tony Cittadino (Mallorca).- No hay tiempo que perder y menos para inventar. Este lunes el director técnico de Italia, Roberto Mancini, confirmó que seguirá al frente de la selección Azzurra, a pesar de que el jueves quedó fuera del Mundial Qatar 2022. Italia se quedará dos veces seguidas sin la Copa del Mundo, por primera vez en la historia.
Pensamos que la confirmación de Mancini, es la decisión correcta y se minimizan los errores. Hay una base para volver a arrancar y no hacerlo desde cero. Primero, porque es un respaldo al gran trabajo que ha hecho en los últimos cuatro años. Sí, no clasificar al Mundial es un fracaso. Pero, sería injusto dejar a un lado el trabajo que ha llevado adelante, especialmente en una época post Gian Piero Ventura en la que nadie quería aceptar el cargo de seleccionador.
“Voy a continuar porque todavía estoy joven y quería ganar una Eurocopa y un Mundial, pero para el segundo objetivo debo esperar más tiempo. Me gusta el trabajo y sé que puedo divertirme con los muchachos y reorganizar algo importante. Estamos alineados en todo. Ahora pensamos al partido con Turquía y ya, luego, discutiremos mejor las cosas para mejorar de cara al futuro. Hace falta repartir, recordando que en el futuro tendremos eventos importantes”, indicó en declaraciones reseñadas por el departamento de prensa de la FIGC.
Evaluar el ciclo de Mancini por el resultado final, no sería lo correcto. Obviamente perdió el partido más importante en la ruta a Qatar, pero fue el único. Lo irónico es que Macedonia mató a Italia con catenaccio. Lamentablemente las cosas salieron así y, seguimos pensando, que el boleto al Mundial salió volando en Roma con el penal fallado por Jorginho.
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En Italia, no hay tiempo que perder. Y no de ahora. Al menos, desde hace una década. Ya no vale la pena seguir lamentándose y hay que aceptar la realidad. Durante los últimos días, la prensa italiana estuvo especulando acerca de la posibilidad de un posible sustituto para Mancini. Las opciones iban desde Gennaro Gattuso, pasando por Andrea Pirlo y finalizando en un tándem entre Fabio Cannavaro y Marcello Lippi, campeones en Alemania 2006, la última gloria Azzurra en los Mundiales.
Sin embargo, la medicina podría ser peor que la enfermedad. En estos momentos, no vemos a otro capaz de continuar al frente de la selección que no sea Mancini. Por razones de tiempo, por saber manejar al grupo y llevar adelante el cambio generacional, que, ahora deberá profundizar mucho más.
El éxito de Mancini con Italia, va más allá de la racha mundial de 37 partidos sin perder o del triunfo en la Eurocopa en Wembley. No tiene que ver con romanticismo, sino con mérito. Cambió el juego a un estilo ofensivo y de posesión de balón, en una versión mejorada de lo que hicieron en la última década Cesare Prandelli y Antonio Conte. Centró la base de la selección en jugadores como Federico Chiesa, Nicolò Barella, Nicolò Zaniolo, Domenico Berardi, Sandro Tonali y compañía. Le regresó la competitividad, el hambre de triunfo y el juego vistoso. El amor por la camiseta a los jugadores y volvió a enamorar a los fanáticos de la selección, aunque ahora recibieran un duro golpe.
Pero, el problema de Italia, no es continuar o no con Mancini. Podrán buscar a otro y será igual o peor. Es un problema de fondo y no de forma, que va más allá de lo básico y que no tiene solución a mediano plazo. En 2026, serán al menos 12 años sin Mundial. Una generación completa. Por eso, esta eliminación es mucho más dura que la de 2017. Para entonces, el ciclo de Ventura no tenía ni pies, ni cabeza y, si se comparan las declaraciones de jugadores, ex jugadores y ex directores técnicos, es lo mismo que hoy: hay que dar espacio a los jóvenes y refundar el sistema.
Sin embargo, la solución no es fácil. Cerca del 65% de los jugadores en Italia son extranjeros y los grandes clubes no tienen un delantero italiano top. Eso sin contar, que Mancini tuvo que recurrir a dos jugadores brasileños naturalizados: el defensa Luis Felipe y el delantero Joao Pedro, fueron llamados para debutar en esta fecha y es otro reflejo de la situación del calcio.
Los tiempos de un 9 matador como Christian Vieri o, incluso Luca Toni, se ven lejanos. Eso por no nombrar los Alessandro Del Piero, los Francesco Totti y compañía. Ciro Immobile volvió a quedar en deuda, por más que sea el máximo goleador de la actual temporada (21), que la semana pasada se convirtiera en el máximo anotador en la historia de la Lazio (144) y fuera Bota de Oro 2020 (36).
El verdadero vuelco a la situación, tienen que darlo los equipos de la Serie A. Apostar más por el talento nacional, pero no será fácil, pues además supondría un golpe al espectáculo y las millonarias contrataciones de jugadores que tienen en las nóminas, que van de la mano con el mercadeo, los derechos de televisión y venta de entradas.
De acuerdo a cifras de Sky Sports, la cantidad de extranjeros ha subido, al menos, en los últimos cinco años. En esta campaña hay 368 foráneos, contra 213 italianos. En 2020-2021, 360 vs 234; en 2019-2020, 333 vs 239; en 2018-2019, 320 vs 223 y en 2017-2018, 292 vs 241.
Quizás se tendrá que tomar medidas radicales con una ley que limite la cantidad de extranjeros y comunitarios en los equipos, dando posibilidad a un alto porcentaje de italianos en la cancha. Aunque no garantiza el éxito y que sean de calidad, al menos se tendrá que valorar lo de adentro. Por algún lado hay que empezar.
De momento, Italia deberá enfocarse en volver a ser competitiva y pasar la página. Se medirá el 1 de junio a Argentina en Wembley, en partido llamado La Finalissima, que ya no tendrá el mismo sabor y que enfrentará al campeón de Eurocopa y al campeón de América en un acuerdo entre la UEFA y la Conmebol. El mismo mes comenzará la tercera edición de la Nations League, en la que Italia se medirá a Alemania, Inglaterra y Hungría.
El sorteo de la Eurocopa 2024 es en octubre y las eliminatorias comenzarán en 2023, el mismo año en el que se jugará el Final Four de la Nations League.
En los próximos días, Mancini se reunirá con la FIGC y trazará el plan de trabajo hasta el 2026 y comenzará a buscar alternativas para rejuvenecer la selección. La prioridad será el ataque, en el que Gianluca Scamacca deberá ver más minutos, sin olvidar que hay que buscar un compañero en la defensa a Leonardo Bonucci, que puede ser Alessandro Bastoni, pues seguramente Giorgio Chiellini se retira al final de la campaña.
La decisión de continuar con Mancini es acertada. Toca sacudirse el polvo y seguir adelante. No hay tiempo que perder.
Foto: Prensa FIGC