Caracas quiere rugir como home club en su décima quinta Serie del Caribe  

Tony Cittadino (Madrid).- Los Leones del Caracas están listos para debutar en la “65 Serie del Caribe Simple TV Gran Caracas 2023”. El conjunto disputará el torneo como home club por primera vez en este siglo, luego de vencer en seis juegos a los Tiburones de La Guaira en la Gran Final de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP).

Caracas estará en su décimo quinta participación en el torneo y tiene marca de 38 victorias y 46 derrotas. Se llevó el triunfo en Hermosillo en 1982 y Maracay-Valencia en 2006, siendo esta última vez como el primer equipo venezolano que termina invicto.

La ausencia en los otros seis torneos de la Serie del Caribe, se debe a que cuando ganaron el primer título, como Cervecería, en la temporada 1947-1948, no había comenzado la Serie. La primera edición fue en 1949.

Luego en la década de los 60 se había suspendido el torneo, que se reanudó en la segunda etapa en 1970. En tanto, en 1981 no se realizó el evento caribeño por diferencias entre la Confederación del Caribe y la Asociación de Peloteros.

Además, tiene marca de cinco juegos ganados y siete perdidos en juegos inaugurales y balance de 10-8 jugando en Venezuela.

Esta será la décimo quinta edición de la Serie del Caribe que alberga Venezuela y la octava en Caracas. Las otras sedes fueron Puerto La Cruz y Margarita, en par de oportunidades, además de Maracaibo y Maracay y Valencia.

La ciudad capital albergó tres ediciones en la primera etapa del torneo. La primera vez fue en 1951 y los Cangrejeros de Santurce (Puerto Rico) se llevaron el título, que repitieron cuatro años más tarde, también en Caracas.

Los Eternos Rivales son los únicos dos equipos que han tenido la fortuna de titularse en casa. Los Navegantes del Magallanes lo hicieron en 1970, comenzando la segunda etapa del torneo. Por su parte, el Caracas lo logró en 2006 en un torneo que se disputó por primera vez en dos sedes alternativas: Maracay y Valencia. Los melenudos han sido el único equipo criollo en hacerlo de forma invicta, hazaña que han logrado 12 equipos más.

Caracas llevará a 13 jugadores de refuerzo, siete de ellos lanzadores, que se sumarán a la base de jugadores que ganaron el campeonato en Venezuela.

Entre las nuevas adiciones, destacan los nombres de Erick Leal, David Ramos, Guillermo Moscoso, Yapson Gómez, Anthony Vizcaya, Ricardo Pinto y Arnaldo Hernández.

La ofensiva fue reforzada con los receptores Wilson Ramos y Francisco Arcia, además de Carlos Rivero, Hernán Pérez, Danry Vázquez y Ángel Reyes.

En el caso de Moscoso, Rivero, Pérez y Vásquez, volverán a vestir el uniforme de Leones.

Comienza la fiesta

Esta edición de la Serie del Caribe será la primera con ocho equipos, tras la inclusión del campeón de Curazao. Se jugará desde este martes 2 hasta el próximo viernes 10 y será la segunda vez en la historia en la que se haga en dos sedes, casualmente ambas en Venezuela: Caracas y Vargas, luego de la edición de 2006 en Maracay-Valencia.

Se jugará una fase de grupos en la que avanzarán los cuatro mejores clasificados, que se medirán el jueves 9 en la semifinal. A primera hora, jugará el tercer clasificado contra el segundo y, en la noche, el primero contra el cuarto.

Los perdedores, se enfrentarán el viernes 10 a primera hora en la semifinal y, los ganadores, buscarán el título en la final.

Además destaca la particularidad de que no se jugará en el estadio Universitario, que será utilizado para las prácticas de los equipos. Esta Serie contará con el estreno del Estadio Monumental Simón Bolívar, construido en la capital, mientras que el Fórum La Guaira también se estrenará en el Caribe, a pesar de ya haberlo hecho en la LVBP.

Los equipos participantes campeones de las ligas son WildCast KJ74 (Curazao), Tigres del Licey (República Dominicana), Federales de Chiriquí (Panamá), Cañeros de los Mochis (México), Vaqueros de Montería (Colombia), Indios de Mayagüez (Puerto Rico), Agricultores de Las Tunas (Cuba) y Caracas (Venezuela).

La primera jornada enfrentará a Las Tunas ante WildCast KJ74 (10:30 am en Vargas), Mochis contra Licey (12:00 pm en Caracas), Montería frente a Mayagüez (3:00 pm en Vargas) y Caracas ante Chiriquí (8:30 pm en Caracas), que marcará la inauguración oficial.

Foto: Henry Delgado (Prensa Leones)

El Estadio Fórum de La Guaira abrió sus puertas, en medio de la incertidumbre y el temor

Yelimar Requena (Caracas).- El sentir venezolano ha traspasado fronteras desde hace mucho, presumiendo playas y mujeres hermosas, además del mejor beisbol del Caribe. Imaginar un lugar donde pudiesen convivir esos tres elementos era pensar en el paraíso y por muchos años se dijo que serían los Tiburones de La Guaira los encargados de hacer realidad aquella utopía. Sin embargo, el Estadio Fórum de La Guaira que se levantó en Macuto está muy lejos de aquellas añoranzas de perfección.

Este domingo 5 de enero de 2020 fue inaugurada la plaza que por más de siete años estuvieron esperando los guaireños, pero no estuvieron ahí los Tiburones. En lugar de llamarse Carlos “Café” Martínez, como tantos esperaban, se le bautizó Fórum de La Guaira en medio de una ceremonia gris que nada tuvo ver con la promesa de enaltecer el beisbol venezolano.

Un amistoso de softbol entre un equipo del gabinete ejecutivo y otro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), fue lo que inauguró el tan esperado parque. Y en medio del encuentro por supuesto surgieron muchos cuestionamientos sobre la posibilidad de ver beisbol profesional en esa plaza, pero ninguno recibió respuesta. Se rumoró mucho, pero nada se dijo en concreto.

Aquella incertidumbre impidió que los amantes del beisbol vieran con buenos ojos al nuevo estadio, por lo menos en este primer encuentro.

Y no es que le falte belleza a la estructura que promete dar cobijo a 15 mil fanáticos. La verdad ese estadio a los pies de la costa venezolana es capaz de dejar sin aliento a cualquiera, gráficamente es una postal perfecta, aun cuando no está listo, porque es bien sabido que la política de Estado sugiere entregar obras a medio hacer y prometer mejoras que se tardan años en llegar.

Dicen que tendrá un estacionamiento para más de tres mil vehículos, una feria de comida y hasta un centro comercial, pero para constatarlo habrá que esperar. Por ahora, sólo se puede hablar del diamante a la orilla de la playa, que muchos temen no sobreviva al salitre que arropa con agresividad a toda la costa. El proyecto es ambicioso para cualquiera, pero más para un país en el que la desidia se hace costumbre y grandes estructuras se han perdido.

El estadio Olímpico José Antonio Anzoátegui, el estadio de softbol Las Mayas –rebautizado estadio Bicentenario- el Cachamay y el Metropolitano de Cabudare, evidencian como la negligencia y falta de inversión socaban cualquier esperanza deportiva. Es así con todo.

No hay que ir demasiado lejos para que esos miedos tengan fundamento.

La gente de Macuto sabe bien de obras olvidadas. Los fantasmas de grandes hoteles afectados por el deslave del 99, como el Miramar y El Colonial, aún permanecen en el horizonte y huelen a falsas promesas como la recuperación del bulevar y la inauguración del famoso teleférico, que esperan desde hace más de una década para conectar La Guaira con El Ávila.

No hay como esa tierra para hacer referencia a los muchos patrimonios culturales que han quedado en el olvido, en medio de crisis socio-económica que vive el país. Por eso quizás muchos tratan de no encariñarse con ese estadio o con las muchas otras obras que se han levantado con premura para disimular las carencias de la entidad.

Es temprano para vaticinar un fracaso, pero es difícil imaginar un escenario diferente si la estructura no se emplea para algo que genere ingresos propios y pueda costear el mantenimiento. De momento, pareciera que ver ahí a los Tiburones no es una opción, porque justamente ahora los equipos de la LVBP intentan desligarse de los patrocinios políticos.

Sin duda, esclarecer cuál será su uso es necesario antes de seguir alabándolo. Porque sí, es sublime, pero ahora la cosa no es tenerlo, sino mantenerlo.

Foto: AVN.

Ronald Acuña Jr. es uno de los embajadores de las gorras New Era

Enrique Rojas (ESPN Digital).- Mientras se desarrollaba en su natal Venezuela, a Ronald Acuña Jr. no le importaba el color, la forma o el logo que tuviera una gorra, siempre y cuando pudiera colocarla sobre su cabeza. Hoy, a días de haber iniciado su segunda temporada en Grandes Ligas, el chico es modelo de la gorra oficial del béisbol y su equipo lo acaba de firmar por 100 millones de dólares para asegurarse de que no usará otros emblemas por la próxima década.

«Aunque teníamos nuestros equipos preferidos, cuando crecía en La Sabana (al norte de Caracas, capital de Venezuela), a los niños no nos importaba el color que tenía una gorra, sino que lo importante era tener una ya sea para jugar en los patios o simplemente para caminar por las calles», dijo el talentoso jardinero izquierdo de los Atlanta Braves a ESPN Digital.

«No importaba si la gorra era vieja o nueva o estaba desgastada por el sol», dijo Acuña. «Para nosotros, la gorra era parte de nuestra vestimenta. Un motivo de sentirnos orgullosos. Y eso sigue siendo igual ahora», agregó.

A los 21 años de edad, Acuña no solamente es uno de los mejores peloteros del mundo, sino que además es uno de los adolescentes más ricos del hemisferio occidental y un orgulloso embajador de New Era, el fabricante oficial de la gorra que usan los peloteros de las Grandes Ligas de Estados Unidos.

Acuña, quien bateó .293 con 26 jonrones y 16 robos en 111 partidos para ayudar a que los Braves ganaran el título de la División Este del viejo circuito por primera vez desde el 2013, ganó el premio Novato del Año y quedó entre los 12 más votados para el Jugador Más Valioso en su primera temporada, acordó un nuevo contrato de 100 millones por ocho años, que incluye dos opciones que elevarían el pacto a 10 años y 124 millones hasta el 2028, un par de días después de jugar en su primer día de apertura.

Antes de que arrancara la temporada, el suplidor de la gorra oficial de las Grandes Ligas lanzó la campaña “We Reign as One” con los embajadores del 2019, que además de Acuña incluye a otros cuatro debutantes: El torpedero puertorriqueños Francisco Lindor, de Cleveland Indians; el torpedero holandés Sir Didi Gregorius, de los New York Yankees; el antesalista Justin Turner, de Los Angeles Dodgers, y el jardinero Christian Yelich, de los Milwaukee Brewers, el vigente Jugador Más Valioso de la Liga Nacional.

El grupo se unió a los estelares embajadores que repiten, el intermedista venezolano José Altuve, de los Houston Astros, y el infielder puertorriqueño Javy Baez, de los Chicago Cubs, y el rapero Jay Rock, quien ganó un premio Grammy en febrero pasado, para protagonizar la campaña publicitaria de la icónica gorra «59FIFTY», que es el modelo que usan los peloteros de Grandes Ligas en el campo.

Mediante la campaña, se busca que los embajadores celebren la llegada de la temporada de Grandes Ligas y lleven un mensaje de unión a todos los niveles.

Quien mejor que Acuña para mandar el mensaje a través de Estados Unidos y el mundo, especialmente a millones de jovencitos que igual que él usan gorras de béisbol como parte de su indumentaria.

«Me siento orgulloso de haber sido seleccionado (como embajador) y también de asegurar que seguiré usando una gorra de los Bravos por mucho tiempo. Es mucho más de lo que pude haber soñado mientras crecía en mi humilde pueblo en Venezuela», dijo Acuña.

«Como niño uno sueña con jugar en Grandes Ligas, ganar premios y realizar hazañas, pero luego que entra al profesionalismo aprende lo difícil que es hacer todo eso. Estoy orgulloso de mí y agradecido de Dios», añadió.

Acuña contó que antes de ser pelotero profesional, como cualquier niño, no tenía reparos en como vestía sus gorras, pero que eso cambió desde julio del 2014, cuando Atlanta lo firmó por un relativamente mísero bono de $100,000 dólares (ese mismo año, el cubano Roberto Baldoquin firmó con los Los Ángeles Angels por $8.0 millones de dólares y al menos tres prospectos dominicanos recibieron bonos de $3.0 millones).

«La usaba hacia atrás, como Ken Griffey, o como mejor me sintiera en el momento», dijo Acuña. «Pero desde que soy profesional he tratado de usar la gorra adecuadamente para no ofender a los rivales o los aficionados inadvertidamente. Uso el modelo de siete pulgadas y tres octavos (7 3/8) de tamaño porque encaja perfectamente en mi cabeza y no se sale fácil mientras fildeo o corro en las bases», agregó.

«En sentido general, me siento agradecido de usar gorra en el trabajo, lo que siempre soñé», dijo Acuña..