ESPN.- «Rossi es un gran jugador. Tiene algo más allá del instinto goleador: su inteligencia para encontrar los espacios y aprovechar al máximo nuestros errores». Telé Santana, el mejor entrenador de la Copa del Mundo de España 1982, describió mejor que nadie a Paolo Rossi, el futbolista más destacado de Italia, y uno de los más determinantes para un campeón del mundo en toda la historia.
Pablito llegó a España después dos años de inactividad, ya que en 1980 fue suspendido por ser protagonista del escándalo de apuestas conocido como Totonero. Junto a su dura sanción también fueron descendidos a segunda división AC Milan y Lazio, en un caso que salpicó a todo el fútbol italiano. A pesar de su falta de ritmo futbolístico, el seleccionador Enzo Berzot decidió convocarlo de todos modos para el Mundial. Esa fue la decisión que le dio el título a la Azzurra.
La citación del atacante de Juventus fue criticada por toda la prensa y la opinión pública, que veían a Rossi como un verdadero símbolo de la corrupción que en ese momento golpeaba con gran dureza a todo el fútbol de Italia. Pese a esa presión popular, Bearzot se mantuvo firme e incluyó en la lista mundialista primero y en el equipo titular después a un atacante que había estado suspendido hasta abril y sólo había disputado tres encuentros. «Es un oportunista dentro del área», siempre decía el director técnico.
Tras la Copa, Bearzot explicó las razones que lo llevaron a citar a Rossi: «Sabía que si Rossi no estaba en España, no tendría a ningún jugador oportunista en el área. En esa zona era realmente bueno, rápido, siempre listo para hacer la finta adecuada». Es que Pablito no era muy alto ni muy rápido, ni siquiera demasiado hábil. Era inteligente y conocía el área mejor que nadie.
En el Mundial 1978, Rossi fue uno de los mejores jugadores del torneo con sólo 21 años de edad. Formó una gran dupla ofensiva con Roberto Bettega y condujo a su Selección hasta el cuarto puesto. Convirtió tres goles y se llevó los elogios de todos. Tras la derrota frente a Brasil en el juego por el tercer puesto afirmó: «Jugar en casa fue decisivo para ellos, aunque Argentina mereció ganar de todas formas».
Cuatro años más tarde la situación era muy diferente, Rossi no tenía la frescura de 1978 y tampoco había sumado experiencia, porque había jugado muy poco. Lo que sí tenía, y de sobra, era sed de revancha y mentalidad ganadora. En eso se apoyó para convertirse en el jugador clave del campeón, en el hombre que hizo posible aquello que parecía una quimera. Porque como pocas veces en la historia, el campeón llegó a la cima gracias al talento de un sólo futbolista.
La primera fase de Italia fue realmente muy mala. No mostró buen juego ni supo cómo superar a tres adversarios que en principio eran accesibles. El equipo empató con Chile, Camerún y Polonia y sólo convirtió dos goles. En esos tres partidos, Rossi hizo un trabajo mucho más sacrificado de lo que a él le convenía y recibió aún más críticas. Pero la confianza de Bearzot se mantuvo firme y en la segunda ronda tuvo su premio.
La Azzurra venció 2-1 a la Argentina de Diego Maradona en su debut en la segunda fase. Tardelli y Cabrini convirtieron los goles, mientras que Rossi se fue una vez más en silencio. Pero tres días después llegaría su gran noche, esa en la que todo lo que alguna vez soñó se cumple. Convirtió tres goles: a los cinco, a los 25 y a los 29 del complemento y eliminó él sólo al mejor conjunto del Mundial, quizás uno de los mejores de todos los tiempos: el Brasil de Sócrates y Zico. «Fue el mejor partido de mi carrera. Todos daban por ganadores a Brasil, pero pudimos explotar nuestras virtudes», dijo después.
En semifinales, Italia superó por 2-0 a Polonia, con un tanto de su autoría en cada tiempo. Cada minuto que pasaba, Rossi se hacía más grande. Se había reencontrado con su fútbol y estaba repleto de confianza. Era imparable, imposible de detener par cualquier defensor.
En la gran final, Rossi abrió el marcador a los doce minutos del segundo tiempo ante Alemania Federal y fue el verdadero líder de la Selección italiana. Tardelli y Altobelli pusieron el 3-1 definitivo en el Santiago Bernabéu. El 3-1 que le dio el primer título de la postguerra a Italia, el primero que no está manchado por el fascismo. La Azzurra era campeona del mundo de manera legítima, sin trampas ni dudas. Y Paolo Rossi había tenido mucho -o todo- que ver con eso.
«Nos sentíamos imparables, y lo demostramos dominando a un magnífico rival», declaró un Rossi feliz tras la vuelta olímpica. Atrás habían quedado los juicios, los años sin jugar, las críticas y las dudas. Ya todo era felicidad. Él había liderado a Italia a un título inesperado, que sin su aporte extraordinario habría sido imposible.
EFE.- Paolo Rossi, el héroe de la selección de Italia que ganó el Mundial de España de 1982 en la final ante Alemania, ha muerto a los 64 años de una enfermedad incurable, según anuncia La Gazzetta dello Sport.
Rossi, nacido el 23 de septiembre de 1956 en Santa Lucía, se convirtió en el gran héroe de la selección italiana que ganó el Mundial de España de 1982 tras conseguir el gol de la victoria de la final ante la selección de Alemania que comandaba Rumennnigge.
Tras dar su primeros pasos en el Como Calcio explotó como jugador en el Vicenza, con el que logró el ascenso a la primera división, aunque fue en el Juventus donde destacó definitivamente como un delantero letal para retirarse en 1987 en el Hellas Verona.
Fue en el Mundial de 1982 donde se fraguó su leyenda y al que llegó tras haber estado sancionado durante dos años acusado de intervenir en apuestas.
Tras unos inicios flojos en el campeonato, fue en la segunda parte del campeonato donde explotó definitivamente. Víctimas de su olfato de gol y de sus asistencias fueron Argentina, ante la que no marcó pero fue determinante, o Brasil, a la que dejó fuera con tres goles. En semifinales ante Polonia sus dos tantos colocaron a Italia en la final.
Quedaba el broche de oro del mundial. En la final ante Alemania fue suyo el gol de la victoria, vivido por el entonces presidente de la República Sandro Pertini, con gran efusión en el palco junto al rey Juan Carlos .
Su gran rendimiento en ese Mundial fue premiado poco después con el Balón de Oro.
Tony Cittadino (Mallorca).- Europa ya conoce el camino para ir al Mundial Qatar 2022. Este lunes fueron sorteadas las eliminatorias del viejo continente y, las grandes selecciones, parecieran tener un camino accesible para estar en la Copa del Mundo que se disputará del 21 de noviembre al 18 de diciembre.
Las 55 selecciones fueron repartidas en 10 grupos (4 con 5 integrantes y 5 con 6 oncenas). En total, avanzarán las 10 selecciones que finalicen en el primer lugar, mientras que las segundas deberán jugar el repechaje. A esa fase se le unirán las dos primeras de grupo de la Nations League.
Así quedaron los grupos
Grupo A: Portugal, Serbia, República de Irlanda, Luxemburgo, Azerbaiyán
Grupo B: España, Suecia, Grecia, Georgia, Kosovo
Grupo C: Italia, Suiza, Irlanda del Norte, Bulgaria, Lituania
Grupo D: Francia, Ucrania, Finlandia, Bosnia y Herzegovina, Kazajstán
Grupo E: Bélgica, Gales, República Checa, Bielorrusia, Estonia
Grupo F: Dinamarca, Austria, Escocia, Israel, Islas Feroe, Moldavia
Grupo G: Holanda, Turquía, Noruega, Montenegro, Letonia, Gibraltar
Grupo H: Croacia, Eslovaquia, Rusia, Eslovenia, Chipre, Malta
Grupo I: Inglaterra, Polonia, Hungría, Albania, Andorra, San Marino
Grupo J: Alemania, Rumanía, Islandia, Macedonia del Norte, Armenia, Liechtenstein
El director técnico de Italia, Roberto Mancini, considera que el grupo es accesible. “Suiza era una de las mejores selecciones que estaban en el segundo bombo. Lo bueno es que son vecinos y el viaje será corto”, dijo en declaraciones a la RAI.
Los tetracampeones del mundo se quedaron fuera del Mundial Rusia 2018, al caer en el repechaje ante Suecia. Por esa razón, Mancini aseguró que no se deben dar ventajas. “Basta con perder un punto o empatar y estás en riesgo. Hay que jugar y ganar todos los partidos, pero no tenemos que subestimar a ninguno. Tenemos que enfocarnos en los tres primeros partidos de marzo y luego pensar en la Eurocopa”. De eso, ya tiene experiencia Italia, al clasificar invicta a la Euro 2020 y el Final Four de la Nations League.
Por su parte, Luis Enrique añadió, en declaraciones reseñadas por la Federación, que disputar las eliminatorias al Mundial es emocionante. “Nos tocó otra vez Suecia en el grupo y no nos hace mucha gracia, pero supongo que a ellos tampoco. Nos enfrentamos a ellos en la fase de clasificación para la Eurocopa y no fue fácil. Jugar la clasificación para el Mundial es emocionante e ilusionante y no será fácil, pero la selección debe estar preparada para hacer una buena fase y asegurar otra participación en el Mundial”.
Tony Cittadino (Mallorca).- La final de la Copa del Mundo de la FIFA es un momento inolvidable, pero el partido entre Uruguay y Brasil en 1950 pasó a ser una de los más emblemáticos y consentidos. El 16 de julio de 1950, los charrúas vencieron dos por uno a la canariña y le propinaron la derrota más dolorosa de su historia que pasó a denominarse el “Maracanazo”.
El estadio Maracaná en Río de Janeiro recibió a 173 mil 850 personas de acuerdo a las estadísticas de la FIFA, aunque la cifra extraoficial por lo lleno del recinto llegó a las 200 mil personas, un récord de asistencia que se mantiene hasta nuestros días.
Para entonces, Brasil vestía de blanco y no con la tradicional y ganadora casaca “verdeamarela”. El golpe fue tan duro, que decidieron cambiar los colores de su indumentaria. Sin embargo, el uniforme se implementó de nuevo, pero en condición de visitante, durante la Copa América 2019.
Brasil era además el país anfitrión de un Mundial que se reanudaba tras la dolorosa pausa de la Segunda Guerra Mundial. También llegó con el peso de ser campeón de la Copa América, jugada un año antes en su país. Todo hacía pensar que esa tarde alzarían su primer trofeo, pero Uruguay no se amilanó y se convirtió en el segundo bicampeón mundial y primer suramericano. El otro había sido Italia (1934-1938). Así sumaron su cuarto título, aunado a los dos Juegos Olímpicos (1924 y 1928).
Los brasileños dirigidos por el director técnico Flavio Costa, venían de disputar una segunda etapa del torneo aplastante. Golearon a Suecia (7-1) y a España (6-1), para sumar cuatro puntos. En tanto, Uruguay había empatado con España (2-2) y superado a Suecia (3-2), para acumular tres unidades. Así las cosas, el ganador del duelo directo de este formato de playoff o liguilla (no se jugaba final) se quedaría con la Copa Jules Rimet y a Brasil le servían dos resultados de tres: victoria y empate.
El ambiente en el país y en el estadio era triunfalista, pero nadie podía imaginar que se transformaría en una tragedia carioca. Incluso diarios como O Mundo, ya tenían la portada lista celebrando el título. Así nació la histórica frase del capitán uruguayo Obdulio Varela, al decir: “Los de afuera son de palo”. El mediocampista no sólo buscaba animar a sus compañeros, sino también a no dejarse intimidar y salir a buscar el resultado. Sabían que si salían a defenderse, podían llevarse una goleada como sus colegas españoles y suecos.
“El ambiente era de euforia y los brasileños estaban seguros de que nos iban a ganar. Nosotros estábamos tranquilos. Además, ya les conocíamos, un par de meses antes jugamos la Copa Río Branco con Brasil, y nos vimos en tres partidos. El primero les ganamos 4-3, el segundo perdimos 2-1 y el tercero caímos 1-0. Así que no estábamos tan lejos de ellos”, dijo Alcides Ghiggia en una entrevista al diario El País en 2006.
Friaca adelantó a Brasil al minuto 47, para encender la fiesta en un Maracaná que se sentía campeón. La celebración en las tribunas era ensordecedora y hasta lanzaron fuegos artificiales. Sin embargo, llegó la jugada clave del partido. Varela reclamó una posición adelantada al árbitro inglés George Reader, que sirvió para enfriar el encuentro y evitar que el rival se agrandara.
Así llegó el empate que silenció el Maracaná en la fracción 66, con tanto de Juan Schiaffino. La celeste no bajó los brazos y remataron con el icónico tanto de Ghiggia al 79, que clavó una estaca que nunca ha podido salir del corazón de Brasil. El carnaval pasó a ser un velorio y mientras la selección de Brasil de Ademir y Zizinho lloraba la derrota, la oncena de Uruguay del director técnico Juan López, celebraba por todo lo alto.
“Es algo inolvidable, lo máximo. No se puede pedir más. El gol fue un calco del primero. Me fui de Bigode, que era mi marcador, entré en diagonal y el arquero, Barbosa, se pensó que iba a pasarla atrás. Entonces abrió un poco el arco en busca del centro, y como ví que dejaba un espacio, tiré. Fue en cuestión de segundos. Por suerte, la pelota entró junto al poste”, agregó Ghiggia en declaraciones al diario español.
El resultado fue tan imprevisto, que el propio presidente de la FIFA, Jules Rimet, no tenía un discurso preparado para el triunfo celeste. Hasta ellos pensaban que Brasil se coronaría. El dirigente había ido a los vestuarios cuando el juego estaba 1-1 y, al salir, se encontró un estadio en silencio. No hubo una ceremonia oficial de premiación, sino algo improvisado y apresurado.
“A la salida del túnel, un silencio desolador había ocupado el lugar de todo aquel júbilo. No había guardia de honor, ni himno nacional, ni ceremonia solemne. Me vi solo, en medio de la multitud, empujado hacia todos lados, con la copa bajo el brazo. Acabé por encontrar al capitán uruguayo y, casi a escondidas, se la entregué”, dijo Rimet en su libro «La maravillosa historia de la Copa del Mundo» citado por la FIFA.
Ghiggia, que falleció justo 65 años después del histórico partido en 2015, no dudó en bromear en varias ocasiones al asegurar que fue uno de los que pudo enmudecer al imponente estadio. “Sólo tres personas silenciamos Maracaná: el Papa (Juan Pablo II), Frank Sinatra y yo”. Y así sucedió. Fue el día en que Uruguay se inmortalizó ante la mirada del fútbol mundial.
Testigo de la historia
La ferviente fanática de Brasil, María de Lourdes Silva, tenía 8 años cuando presenció el “Maracanazo”. En una entrevista a EFE, recordó el mítico partido como el más triste de la historia.
“Conocí el Maracaná en 1950 cuando asistí al partido entre Brasil y Uruguay. Un juego muy bonito, con la afición muy animada y, al final… Brasil perdió. El Maracaná quedó triste, quedó fúnebre, muy triste. Aquel día fue una tristeza total. Yo sólo vi a las personas llorando. Ay Dios mío. Fue una gran tristeza. Parecía que el Maracaná se hubiese desplomado. Fue una gran tristeza. Fue realmente muy triste. Todo el mundo con esperanza, gritando ‘Brasil, Brasil’, y acabó en silencio total. Silencio total. Es la mayor tristeza que he tenido”, explicó.
FIFA.com.- La imagen de Francia alzando el título de campeones del mundo en el Estadio Luzhnikí sigue fresca en la memoria de los amantes del fútbol. Justamente dos años después de aquel 15 de julio de 2018, se presenta el calendario de la próxima edición de la Copa Mundial de la FIFA; al conocerse las fechas y los estadios, el mundo del fútbol volverá de nuevo a soñar.
A las 13:00h (11:00h CET) del 21 de noviembre de 2022, el Estadio Al Bayt, un coliseo con capacidad para 60.000 espectadores y que, por su construcción y nombre, recuerda a las típicas tiendas nómadas del Golfo Pérsico, será el escenario del partido inaugural, que tendrá a la selección anfitriona como una de sus protagonistas. Los horarios locales de los partidos de la fase de grupos se han fijado a las 13:00, las 16:00, las 19:00 y las 22:00h, mientras que los de la última jornada de esta fase (disputados de forma simultánea) y las posteriores eliminatorias a partido único se jugarán a las 18:00 y a las 22:00h.
El Estadio Internacional Khalifa albergará el partido por el tercer lugar el 17 de diciembre, mientras que la final se disputará a las 18:00 h del día siguiente en el Estadio Lusail ante 80.000 espectadores.
Con el fin de que todas las selecciones dispongan del tiempo suficiente para recuperarse, la fase de grupos tendrá una duración de doce días; se jugarán cuatro partidos al día, por lo que el calendario promete ser de lo más emocionante. La naturaleza compacta del torneo catarí —en el que no serán necesarios los desplazamientos aéreos— permitirá por primera vez a los organizadores optimizar los partidos en beneficio de la afición, las selecciones y los medios de comunicación.
Para ello, el estadio y el horario de los partidos de la fase de grupos de cada una de las jornadas se decidirán tras la celebración del sorteo final, previsto para después de los clasificatorios de marzo de 2022. Una vez conocidos los emparejamientos, se valorará la posibilidad de asignar los mejores horarios dependiendo de las audiencias televisivas y también para los aficionados desplazados hasta Catar, en función del estadio idóneo.
Esta flexibilidad no afectará a los aspectos técnicos, puesto que todos los estadios se encuentran muy próximos los unos de los otros, y las condiciones climatológicas de Catar en esa época del año son perfectas, tanto si el partido comienza pronto como si lo hace más tarde. Además, de este modo los aficionados que visiten Catar tendrán la posibilidad de ver en directo un mismo día más de un partido de la fase de grupos.
Las primeras entradas con servicios preferentes asociados se pondrán a la venta a finales de 2020, mientras que las entradas para el gran público únicamente podrán adquirirse a través de FIFA.com/tickets, donde próximamente se publicarán todos los detalles relativos a las fechas, las fases, las categorías y los precios de venta.
Tony Cittadino (Mallorca).- España volvió a romper la historia y el pulpo Paul la volvió a pegar. El domingo 11 de julio lograron la mayor gesta deportiva de su historia en el Soccer City de Johannesburgo. Tras décadas de frustraciones, se consagró campeón del Mundial Sudáfrica 2010, al derrotar a Holanda en un mágico partido un gol por cero.
La “Roja”, que antes del juego ya tenía la camisa con la estrella de campeón bordada en el pecho, la luce desde entonces con orgullo gracias a un tanto de Andrés Iniesta (min. 116). El mediocampista recibió un balón libre de marca al límite del área y, de pierna derecha, le pegó cruzado para batir al portero Maarten Stekelenburg.
Atrás quedaron los años grises con la frase “jugamos como nunca, perdimos como siempre”, porque el conjunto de Vicente del Bosque dejó números para la historia, al ser el tercer equipo en ganar un Mundial y una Eurocopa (2008) en competiciones seguidas, tal como lo hicieron Alemania (1974-1978) y Francia (1998-2000). Esto sin contar que dos años más tarde, se consagrarían campeones en la Euro 2012 con goleada ante Italia (4-0), logrando un triplete histórico. Un año más tarde, perdieron la final de la Copa Confederaciones 2013 ante el local Brasil (3-0).
El camino de España no empezó nada bien. Cayeron en el partido inaugural ante Suiza (1-0), en un duelo en el que volvían a aparecer los fantasmas trágicos en los Mundiales. Pero la selección fue de menos a más. Se recuperaron con un triunfo ante Honduras (2-0) y firmaron el pase a la siguiente ronda ante Chile (2-1).
España avanzó a la siguiente ronda y ganó todos sus partidos por la mínima diferencia. Lograron lo máximo, con lo mínimo. En octavos, vencieron a Portugal (1-0). En cuartos, batieron a Paraguay (1-0) y en la semifinal, dejaron en el camino en un juegazo al siempre candidato Alemania (1-0), con un memorable gol de cabeza de Carles Puyol.
Lo cierto, es que una selección como ésta no podía marcharse sin titularse. Iker Casillas, Sergio Ramos, Puyol, Xavi Hernández, Iniesta y David Villa, fueron la columna vertebral de una selección compacta. Era ahora o nunca. Pero el coraje y el juego de toque que le llevó a ser el mejor de los últimos años, permitió que el sueño fuese realidad. El “Tiki-Taka” enamoró al mundo y terminó de implantar un estilo.
Holanda, por su parte, volvió a quedarse con las ganas de ser campeón. Tras los fracasos de 1974 y 1978, a la “naranja mecánica” le volvió a faltar contundencia en la última batalla, pero deben estar satisfechos porque la generación de Arjen Robben y Wesley Sneijder batallo hasta el último minuto.
Además se la puso difícil a los españoles para forzar la sexta etapa complementaria en Mundiales y segunda por torneo seguido, pues aunque los ibéricos dominaron prácticamente todo el duelo, no supieron concretar el último pase y contaron con un Iker Casillas milagroso al salvar dos mano a mano ante Robben (min. 63 y min. 84).
Pero desde el tiempo extra se vio que las cosas iban a cambiar. No solo porque España adelantó las líneas y fue más ofensiva, sino que la expulsión de John Heitinga por doble amarilla fue un duro golpe al costado para los tulipanes (min. 118). Así quedó la mesa servida para Iniesta. No podía ser otro. El cerebro del equipo, junto a Xavi Hernández como en el Barcelona, se encargó de anotar el gol más importante de su vida y de la selección, para teñir a Sudáfrica y al mundo de rojo.
Con los tres pitazos del inglés Howard Webb todo se consagró y Casillas pasó a formar parte de galería dorada de capitanes en alzar la copa, uniéndose desde 1974, año en que se celebra con nuevo trofeo, a los argentinos Daniel Passarella (1978) y Diego Maradona (1986), los italianos Dino Zoff (1982) y Fabio Cannavaro (2006); los brasileños Dunga (1994) y Cafú (2002); el alemán Lothar Matthäus (1990) y el francés Didier Deschamps (1998).
Los protagonistas
La fiesta se desató en el Soccer City de Johannesburgo y los jugadores españoles celebraron como nunca. El director técnico de España, del Bosque, expresó que lo que ocurrió fue un momento inolvidable.
“Felicitamos a nuestro rival, que nos ha hecho muy difícil el partido. La final ha prestigiado el fútbol ofensivo, de calidad. Hay una gran alegría dentro del vestuario, difícil pronunciar palabras en este momento. La satisfacción en el país supera lo meramente deportivo. Es un éxito de todos, es justo el premio recibido hoy”.
El portero y emblemático capitán de la selección, Casillas, agregó a la FIFA que fue un sueño hecho realidad. “Esto es algo que siempre sueñas cuando eres pequeño. Nos lo hemos merecido de principio a fin, es un momento sensacional e inolvidable para nosotros y para el fútbol español. Quizás ahora no somos conscientes de lo que hemos hecho, con el paso de los días nos daremos cuenta”.
En tanto, el goleador del encuentro y el Mejor Jugador del Partido, Iniesta, expresó sentirse sin palabras. “No hay palabras para describir lo que se siente al ganar un Mundial. Es increíble de la forma que ha sido, lo que ha costado… Aún no termino de creérmelo, he podido aportar mi granito de arena al marcar un gol tan significativo para la selección. Un partido para recordar, para celebrarlo”.
Del otro lado de la acera, la amargura de Holanda era evidente. Otra vez, se quedaron a un paso de la gloria. “Estuvimos a punto de llegar a los penales con 10 hombres. Pero ganó el mejor equipo. Me duele mucho que hayamos perdido la final del Mundial. Es verdad que España tuvo más oportunidades, pero por nuestra parte Arjen Robben estuvo dos veces muy cerca de marcar. De haberlo logrado, nos habríamos proclamado campeones del mundo”, explicó luego del partido a la FIFA el director técnico de Holanda, Bert van Marwijk.
El defensa y capitán de Holanda, Giovanni van Bronckhorst, sostuvo que la falta de puntería de sus compañeros fue un aspecto de peso para no consagrarse. “Estuvimos tan cerca. Es una desilusión enorme. Tendríamos que haber aprovechado nuestras ocasiones de gol y todo habría sido distinto. En el mediocampo, a veces les dejamos demasiado espacio. Cuando se llega a una final, es natural querer ganarla”.
La Copa del Mundo se marchó con destino a Madrid. La celebración en el país y en la capital española fue la justa recompensa a tantos años de frustraciones y complejos. España fue campeón del mundo con todas sus letras y con una generación que marcó una época el fútbol mundial.
Tony Cittadino (Mallorca).- El 8 de julio del 2014 quedó marcado como uno de los días más negros en la historia deportiva de Brasil. Esa tarde, la selección canariña fue goleada y humillada por Alemania con marcador de siete por uno, en partido de la semifinal del Mundial 2014 en el estadio Mineirao de Belo Horizonte.
Una catástrofe similar a la del Maracanazo, que destapó las carencias defensivas y psicológicas de una selección dirigida por Luis Felipe Scolari, que fue vapuleada por una maquinaria teutona comandada por Joachim Low y que, a la postre, finalizó como campeón del mundo también despachando a otro rival de peso suramericano: la Argentina de Lionel Messi.
Ambas selecciones llegaron a la semifinal como candidatas lógicas para ganar el Mundial, tanto por el peso de su historia, como por el desempeño que habían mostrado en el torneo. Sin embargo, Brasil tenía a favor el extra de ser el país anfitrión. Era su Mundial y la oportunidad de oro para borrar al amargo recuerdo del Mundial del 1950.
La verdeamarela fue líder del grupo A con siete puntos, producto de una victoria ante Croacia (3-1), un empate ante México (0-0) y una goleada frente a Camerún (4-1). En octavos, sufrieron ante Chile y tras el empate a un gol en 120 minutos, definieron el triunfo en la tanda de penales 3-2. En cuartos de final, también hubo duelos entre suramericanos y derrotaron a Colombia (2-1), en un encuentro en el que el defensa David Luiz marcó un golazo de tiro libre y el estelar delantero Neymar salió lesionado y se perdió el resto del Mundial.
Por su parte, los europeos fueron los líderes del grupo G, al debutar con goleada frente a Portugal (4-0), empatar con Ghana (2-2) y vencer a Estados Unidos (1-0). En octavos, tuvieron que ir al alargue para derrotar a Argelia (2-1) y en cuartos de final, doblegaron a Francia (1-0).
Así se dio el tan esperado encuentro, que reeditaba la final del Mundial Corea-Japón 2002 y que fue ganada por Brasil con un doblete de Ronaldo. El estado estaba a reventar, con 58 mil 141 espectadores listos para, en su gran mayoría, alentar a Brasil en la ruta al hexacampeonato. Sin embargo, la ilusión se comenzó a desvanecer a los 10 minutos, cuando Thomas Müller abrió el marcador.
Brasil lucía desconcertada y nerviosa, ante una Alemania que olía el miedo del rival y sacaba el rodillo para aplastar al rival. Su eficacia frente al arco, fue letal. Miroslav Klose se encargó de aumentar la cuenta con un gol en la fracción 22 que enmudeció el estadio por partida doble: su selección aumentaba la ventaja a 2-0 y, además, pasaba a ser el máximo anotador en la historia de los Mundiales con 16 tantos, uno más que Ronaldo, que lo miraba desde el palco de prensa.
La canariña no terminaba de asimilar el golpe, cuando en seis minutos Mannschaft atacó sin piedad y con par de tantos de Toni Kroos (minuto 24 y 25) y otro de Sami Khedira (minuto 28), ganaba cómodamente cinco por cero antes de la media hora de partido. Los fanáticos brasileños lloraban en un estadio enmudecido, mientras que el mundo veía con asombro el poderoso despliegue alemán.
El primer tiempo terminó con una goleada de escándalo, pero no todo estaba escrito. André Schürrle se encargó de sellar el resultado, con tantos en las fracciones 68 y 78. Oscar descontó por Brasil para el gol del orgullo al 89, pero poco o nada podía maquillar un resultado de escándalo que le permitió a Alemania ser la primera selección en anotar siete dianas en una semifinal. Por si fuera poco, para la canariña fue la peor goleada de por vida y la mayor recibida por un país anfitrión de la Copa del Mundo.
Las voces de los protagonistas
Luego del encuentro, las reacciones no se hicieron esperar. El portero Julio César, dijo a la televisión de la FIFA entre lágrimas que fue un golpe muy fuerte. “Hasta aquí estaba todo muy bien. Esto es muy fuerte. No puede ser. Es inesperado. Somos fuertes y vamos a levantar la cabeza».
El defensa David Luiz también se vio muy afectado por el resultado. «Quería ver a mi pueblo sonreír. Ellos fueron los mejores, se prepararon mejor. Es un día con mucha tristeza, pero de mucho aprendizaje».
Por su parte, el director técnico, Scolari, asumió la responsabilidad de la derrota. «Es el peor momento de mi carrera y el peor día en mi vida futbolística. Pero la vida sigue. ¿Quién es el responsable de este resultado? Yo, soy yo. Podemos repartir la culpa de este resultado catastrófico entre todos nosotros, pero la persona que decidió la alineación y el sistema fui yo. Fue mi decisión. Hicimos lo que pudimos, lo dimos todo, pero jugamos contra una grandiosa Alemania. No supimos reaccionar al vernos por detrás en el marcador. El equipo perdió el orden y nos entró el pánico después de conceder el primer gol”, explicó en declaraciones a la FIFA.
Agregó que ni siquiera los alemanes sabían lo que había pasado. “Ha sido mérito suyo y debemos respetarlo. Tendremos que aprender a sobrellevarlo. Mi mensaje para el pueblo brasileño es el siguiente: Por favor, discúlpennos por esta actuación. Siento que no hayamos sido capaces de llegar a la final, pero ahora intentaremos acabar en tercera posición. Todavía tenemos un objetivo por el que luchar». Sin embargo, Brasil no levantó cabeza y también fue goleado por Holanda en el partido por el tercer lugar.
Del otro lado de la acera, los alemanes festejaron pero con cautela. El técnico Low pidió respeto y moderación por el resultado, pues sabía cómo se sentía el rival. “Después de caer en semifinales ante Italia en 2006, sabemos cómo se siente Brasil, sus jugadores, el seleccionador Scolari y sus aficionados, así que tenemos que ser modestos y humildes y pensar en el siguiente partido. Son emociones muy intensas. Hemos ganado, nos hemos metido en la final. Hemos superado la pasión de los brasileños. Sabíamos que si jugábamos al máximo de nuestro potencial, teníamos posibilidades de ganar”.
Sin embargo, no se esperaban una goleada como la que lograron. “Jamás habríamos esperado un resultado como éste. Aprovechamos nuestras ocasiones y ellos se sintieron más presionados a raíz del primer gol. Significa mucho para nosotros que Miroslav Klose haya batido el récord de máximo goleador en la historia de los Mundiales. Es una gran noticia para él y para todo el equipo. Es un logro que sólo puede obtenerse a base de mucho trabajo. Klose sigue jugando al mejor nivel y marcando goles».
El mediocampista alemán Kroos fue electo como el Mejor Jugador del Partido y dijo que fue un juego impresionante. “Empezamos a creer en la victoria desde el primer minuto, porque vimos que Brasil dudaba un poco en su toma de decisiones, y nos aprovechamos de esa circunstancia. Los goles fueron cayendo uno tras otro cuando abrimos el marcador. Si alguien me hubiese dicho que íbamos a ganar 7-1, no le habría creído”.
Las reacciones en Brasil y el mundo
Las horas siguientes al juego se vivieron con mucha tristeza en Brasil. En algunas ciudades hubo disturbios y debió intervenir la policía. El periodista deportivo Jesús Marín estuvo en el encuentro como corresponsal de Venevisión y comentó en un reporte para la sección de deportes del Noticiero, que fue una experiencia devastadora para los brasileños.
“Cuando salí del estadio Mineirao eran cerca de las 11 de la noche y el camino al aeropuerto fue con mucha tranquilidad. Hay una tristeza tremenda y una frustración, con caras muy largas. En Sao Paulo también e incluso el taxista que me llevaba, decía con mucha frustración que Brasil no supo descifrar el juego de Alemania y no supo reaccionar”, explicó el experimentado comentarista deportivo.
En tanto, Twitter fue el rey de la interacción en las redes sociales. En un trabajo reseñado por la periodista Waleska Manzi, explicó que se registraron 35.6 millones de tuits, con un pico de 580 mil cuando Khedira anotó el 5-0. El jugador más mencionado de Brasil fue Julio César y el de Alemania fue Klose.
La prensa brasileña no dudó en calificar el resultado del juego como una vergüenza y humillación. “Indignación, revuelta, dolor, frustración, irritación, vergüenza, pena, desilusión”, fue el titular del diario deportivo Lance en una tapa que aparece totalmente en blanco, reseñó EFE.
“Vergüenza, vejación, humillación”, “Humillación en casa” y “Brasil sufre la peor derrota de su historia” fueron otros de los titulares.
El diario O Globo indició que fue la peor derrota en casa en su historia. “La selección brasileña sufrió ayer la peor vejación en sus cien años de historia. La derrota por 7-1 frente a Alemania fue la más humillante desde el 21 de julio de 1914, cuando actuó por primera vez”, agregó EFE.
Otro periódico crítico fue Folha de Sao Paulo, al reseñar que Alemania aplastó a Brasil. “Por segunda vez en la historia, la selección brasileña perdió la oportunidad de consagrarse campeón mundial jugando en casa. En el Mundial de 1950 el resultado de 2-1 a favor de Uruguay tuvo contornos trágicos, mientras que en 2014 la goleada por 7-1 fue marcada por la humillación”.
En tanto, O Estado de Sao Paulo, informó que la goleada histórica dejó al país totalmente perplejo y mostró a 2.000 millones de telespectadores en el mundo una selección brasileña descontrolada emocionalmente.
Fue la noche más larga para Brasil en mucho tiempo.
Ficha técnica
Brasil: Julio Cesar, Maicon, David Luiz, Dante, Marcelo; Luiz Gustavo, Fernandinho (Paulinho, min.46); Oscar, Bernard, Hulk (Ramires, min.46); Fred (Willian, min.69).
Tony Cittadino (Mallorca).- La final del Mundial México 1970 entre Brasil e Italia, siempre será recordada por ser una de las más emblemáticas y en la que vio a la canariña de Pelé, lograr su tercera Copa del Mundo. Fue la mágica Brasil de Clodoaldo, Gerson, Rivelino, Tostao, Jairzinho, Pelé y Carlos Alberto, de la que tanto se hablado y se ha catalogado como la mejor Brasil de la historia.
El “Scratch” dirigido por Mario Zagallo se convirtió en el primer tricampeón del mundo, luego de los éxitos en Suecia 1958 y Chile 1962. Eso le permitió tener el privilegio de quedarse con la copa original Jules Rimet, que luego fue robada en Brasil y fundida en 1983.
Todo esto en un Mundial que también será recordado porque no hubo un solo jugador expulsado y en el que se implementó el uso de las tarjetas amarilla y roja. Además fue la primera en la que Adidas era el fabricante del balón del torneo, una tradición que se mantiene nuestros días. El Adidas Telstar Durlast fue el protagonista del primer Mundial que albergó un país integrante de la Concacaf.
Brasil llegó a la final, luego de una fase de grupos en la que dominó ganando los tres partidos a Checoslovaquia (4-1), Inglaterra (1-0) y Rumania (3-2). En cuartos, superó a Perú (3-2) y a Uruguay en la semifinal (3-1), en el recordado juego en la gran jugada personal de Pelé al evadir al portero Ladislao Mazurkiewicz, que no terminó en gol de milagro.
Por su parte, Italia llegó al Mundial como campeón vigente de la Eurocopa, ganada dos años antes en casa y era dirigida por el director técnico Ferruccio Valcareggi. Vencieron en la fase de grupos a Suecia (1-0) y empataron con Uruguay (0-0) e Israel (0-0), para ser líder del grupo dos con cuatro puntos. En cuartos de final, despachó a México con goleada (4-1). En la semifinal, superaron a Alemania Federal 4-3, en el “Partido del Siglo”.
El “Jogo Bonito”
El estadio Azteca recibió la final de la Copa del Mundo a las 12 del mediodía, hora local. Ambas oncenas sumaban un bicampeonato y el ganador tendría el privilegio de quedar como el más ganador del mundo. De acuerdo a estadísticas de la FIFA, la asistencia fue de 107.412 personas, que, en su mayoría, apoyaban al equipo suramericano.
Contar con el apoyo de los mexicanos fue un aspecto clave para Clodoaldo, quien en declaraciones reseñadas por ESPN dijo que fue una experiencia inolvidable: “El calor humano del pueblo mexicano nos dio mucha confianza. Fue impresionante”.
El partido comenzó con Brasil como dominador del encuentro, ante una Italia bien parada, que no fue tímida para buscar el arco rival. La primera acción de peligro fue de Gigi Riva, con un cabezazo a los 15 minutos.
La canariña se fue asentando en el campo con Gerson, Rivelino y Jairzinho, mientras que Tostao y Pelé buscando los espacios en el último cuarto de cancha ante la férrea defensa italiana, conformada por el capitán Giacinto Facchetti, Tarcisio Burgnich, Roberto Rosato y Pierluigi Cera.
El primer gol llegó gracias a un centro por la izquierda de Rivelino, que Pelé supo definir de cabeza a los 18 minutos de juego. Italia no se amilanó y luego de dos oportunidades de gol, llegó el empate en la fracción 37. Fue con una jugada personal de Roberto Boninsegna, que aprovechó un error en la salida del arquero Félix e igualó la pizarra.
Sin embargo, todo cambió en la segunda parte. El juego era de ida y vuelta, hasta que Gerson fusiló de zurda y desde fuera del área al portero Enrico Albertosi. Un golazo al minuto 66, que hizo que Brasil no perdiera más la ventaja y desmotivó a Italia.
Sandro Mazzola, no dudó en reconocer la superioridad del rival, en el documental de la Gazzetta dello Sport, La Grande Storia della Nazionale. “Los brasileños eran muy fuertes. Basta con ver los nombres: Rivelino, Pelé, Tostao. Cuando recibimos el segundo gol, no tuvimos más fuerzas para reaccionar”.
En tanto, el portero Albertosi consideró que Italia no afrontó de la mejor manera el partido por dos factores: el primero, venían cansados por el exigente tiempo extra ante Alemania Federal y, el segundo, que la noche anterior debieron hacer maletas.
Los encargados de la logística de la Federación Italiana, le hicieron saber a la selección, que a primera hora de la mañana debían tener las maletas hechas para llevarlas al aeropuerto.
“Creo que la final se preparó mal. En la noche, hicimos las maletas pensando ya en el vuelo de regreso a casa. Quizás tuvimos poca concentración para preparar a final de un Mundial. Quizás sin la media hora del tiempo suplementario, hubiéramos jugado con más garra”, explicó el portero italiano en el documental.
Con el juego 2-1 a favor de Brasil, la canariña se soltó aún más en la cancha y cinco minutos más tarde volvieron a aumentar la ventaja. Esta vez, Jairzinho marcó el tercero al rematar frente al arco una asistencia de cabeza de Pelé, quien supo bajar el balón con inteligencia. Jairzinho terminó como el goleador de la selección con siete, tras anotar en todos los juegos.
El Azteca era una fiesta carioca, no sólo en la tribuna, sino en el campo. Carlos Alberto se encargó de sentenciar la goleada, con un remate cruzado al 86. El capitán le pegó de primera ante el pase al área de Pelé, finalizando una gran jugada colectiva que había comenzado en el mediocampo con una recuperación de Tostao en su campo. Nueve toques seguidos y una exquisita asistencia del “Rey” a Carlos Alberto.
“Me impresionó mucho Pelé, quien se constituyó en el constructor de los cuatro goles, de acuerdo con lo observado desde mi posición”, dijo luego del partido el arquero Albertosi, en declaraciones reseñadas por ESPN.
El encuentro culminó con los tres pitazos del árbitro principal, el alemán Rudi Glockner. Los fanáticos invadieron el campo. La fiesta era incontrolable, mientras Pelé era rodeado por cientos de personas que celebraban con él su tercer Mundial. “Esta fue mi última Copa. Soy el hombre más feliz del mundo”, decía Pelé en medio de algarabía.
Carlos Alberto levantó la Copa al cielo y la verdeamarelha sumaba el tricampeonato, ganando todos los partidos. Fue la fiesta y la consagración del “Jogo Bonito”, más nunca visto. El final perfecto de una selección de Brasil inolvidable.
Ficha técnica
Brasil: Félix; Brito, Everaldo, Carlos Alberto (C), Clodoaldo; Gerson, Rivelino, Jairzinho, Piazza; Pelé, Tostao. DT: Mario Zagallo.
Tony Cittadino (Mallorca).- Treinta años han pasado desde que el balón Etrusco Único comenzó a rodar en el Mundial Italia 90, la décima cuarta edición de la Copa Mundial de la FIFA que se realizó por segunda vez en el país de la bota. La primera había sido en 1934, cuando gobernaba el régimen fascista de Benito Mussolini y en el que la Azzurra ganó el primero de sus cuatro trofeos.
Fue la primera vez que un país repetía como sede y el último Mundial en el que participó Alemania dividida. Cinco meses después, fue derribado el Muro de Berlín. Para Alemania Federal fue la tercera final consecutiva, tras perder ante Italia en 1982 y contra Argentina en 1986.
También fue el último Mundial para selecciones como la Unión Soviética, Checoslovaquia y Yugoslavia, mientras que fue el primero para Emiratos Árabes Unidos y Costa Rica.
El torneo de la mascota Ciao y de la canción que se convirtió en el himno de los mundiales: “Un´estate italiana”, mejor conocida como Notti Magiche.
La Copa en la que Roberto Baggio debutaba con Italia y marcaba un golazo, al arrancar desde la media cancha. El Mundial al que Diego Armando Maradona llegaba con todos los pergaminos para repetir la gloria con Argentina, selección que tuvo en el portero Sergio Goycochea, un gran aliado.
La Albiceleste, por cierto, se convirtió en la primera oncena en no marcar en una final, mientras que Inglaterra contaba con un plantel de calidad, liderado por Gary Lineker y Paul Gascoigne.
Fue el último Mundial en el que se otorgaban dos puntos por victorias en la fase de grupos y el que llevó a la gloria a Franz Beckenbauer. El alemán fue el primero en levantar la Copa del Mundo como jugador (1974) y como técnico, gracias a un grupo exitoso de jugadores entre los que estaban Lothar Matthaus y Jurgen Klinsmann.
Italia 90 también será recordado por el emblemático baile del camerunés Roger Milla, las eufóricas celebraciones de Salvatore Schillaci y la polémica por el agua adulterada que Argentina le dio de beber a Brasil.
A continuación, desglosamos algunos datos del Mundial.
Los participantes
Un total de 24 selecciones se dieron cita en la competición. Italia como anfitrión, lideraba a las 14 oncenas europeas, que fueron completadas por: Alemania Federal, Austria, Bélgica, Checoslovaquia, Escocia, España, Inglaterra, Irlanda, Holanda, Rumania, Suecia, Unión Soviética y Yugoslavia.
El campeón defensor, Argentina, era una de las cuatro representantes de la Conmebol, junto a Uruguay, Brasil y Colombia, que regresaba a un Mundial por primera vez desde 1962.
Por África acudieron Camerún y Egipto, que regresaba a su segunda Copa desde 1934, mientras que por Asia, estaba Corea del Sur y el debutante Emiratos Árabes Unidos. Costa Rica y Estados Unidos, representaron a la Concacaf.
Así se jugó
El sorteo de la fase de grupos se realizó el 9 de diciembre en Roma y las 24 selecciones quedaron distribuidas en cuatro grupos de seis. A octavos de final avanzaron las dos mejores selecciones de cada grupo y las cuatro mejores terceras. Cada victoria era compensada con dos puntos y el empate con una unidad.
Se disputó entre el 8 de junio y el 8 de julio, con 52 partidos programados.
Las sedes
Doce ciudades recibieron la cita mundialista y dos de ellas estrenaron estadios: Turín (estadio Delle Alpi, que fue derribado en 2009 y en 2011 se inauguró el Juventus Stadium) y Bari (estadio San Nicola). La lista la completan: Bologna (estadio Renato Dall’Ara), Cagliari (estadio Sant’Elia), Florencia (estadio Artemio Franchi), Genova (estadio Luigi Ferraris), Milan (estadio San Siro), Napoli (estadio San Paolo), Roma (estadio Olímpico), Palermo (estadio Della Favorita), Udine (estadio Friuli) y Verona (estadio Marcantonio Bentegodi).
La Mascota
Ciao fue la primera mascota de un Mundial en ser un objeto inanimado, al mejor estilo de una marioneta, pero con visión en el futuro. Fue un diseño muy criticado en su momento, que rompió con el esquema de los humanos, los animales o los alimentos. Fue creada por Lucio Boscardin y era una figura de cubos con los colores de la bandera de, formando a un futbolista. La cabeza era un balón.
El Balón
La marca alemana Adidas, como de costumbre, fue la encargada de elaborarlo. Etrusco Único estaba inspirado en la historia italiana y se presentaba como un balón más ligero. El diseño eran 20 arcos negros, con cabezas de león etruscas en su interior.
La canción
Un’estate italiana (Un Verano Italiano) o también conocida como Notti Magiche, fue la canción oficial del Mundial. Fue escrita por el músico italiano Giorgio Moroder y su versión original fue en inglés con el nombre To Be Number One (Para ser número uno).
Sin embargo, la versión italiana fue modificada y cantada por Gianna Nannini y Edoardo Bennato, siendo por su música y su letra, un himno del fútbol hasta nuestros días. En español, fue cantada por el cantante venezolano Félix Valentino.
El goleador
El delantero siciliano de la Juventus, Salvatore Schillaci, fue el goleador del certamen con seis dianas.
“Totó” también terminó como Mejor Jugador del torneo. Marcó en el primer partido ante Austria, luego de entrar como suplente. En la fase de grupos volvió a anotar, ahora ante Checoslovaquia y luego sumó cuatro tantos más, en partidos consecutivos, frente a Uruguay, Irlanda, Argentina e Inglaterra.
El último tanto fue en el partido por el tercer lugar ante los ingleses, al ejecutar un penal cedido por Baggio.
El partido inaugural
Argentina y Camerún fueron los protagonistas del primer partido de Italia 90. La Albiceleste, campeón defensor, se medía a los africanos el viernes 8 de junio en San Siro. Camerún dio el primer campanazo, al llevarse la victoria un gol por cero, con tanto de Francois Omam Biyik a los 67 minutos.
Ambos equipos estaban en el grupo B y fue un juego muy físico por parte de los africanos, que se quedaron con nueve en la cancha por las expulsiones por roja directa de Andre Kana Biyik (66’) y por doble amarilla de Benjamin Massing (88’). El duelo fue pitado por el francés Michel Vautrot.
La final
Alemania Federal y Argentina disputaron la segunda final consecutiva, el domingo 8 de julio en el estadio Olímpico de Roma. Andreas Brehme le dio el triunfo a los teutones, con un polémico penal al minuto 85 pitado por el árbitro principal, el mexicano Edgardo Codesal.
Argentina se quedó con nueve en la cancha, por la expulsión por roja directa de Pedro Monzón (65’) y por doble amarilla de Gustavo Dezotti (87’). Para los germanos, fue la tercera Copa del Mundo, luego del éxito en Suiza 1954 y Alemania 1974. Lothar Matthäus fue el máximo artillero del equipo con cuatro dianas.
El equipo revelación
Camerún fue el equipo que sorprendió a todos. Los “Leones Indomables” iniciaron la Copa venciendo a Argentina (1-0) y en el segundo choque derrotaron a Rumania (2-1). En el tercer duelo, cayeron goleados por la Unión Soviética (4-0), para finalizar primeros del grupo B con cuatro puntos.
En octavos de final, despacharon a Colombia dos goles por uno en tiempo extra, con par de tantos de Roger Milla (106’ y 109′). El primer tanto, lo celebró con el icónico baile en el banderín de córner, mientras que la segunda diana fue el recordado balón robado en el media cancha al portero colombiano René Higuita.
El sueño se acabó en cuartos de final, al caer en tiempo suplementario frente a Inglaterra tres por dos.
Un Mundial de números
Italia fue el Mundial que tuvo la media más baja de goles por partido en la historia, con 2.21. En total, se anotaron 115 dianas. El equipo más goleador fue Alemania Federal (15), seguido por Checoslovaquia e Italia (10). Las selecciones que menos tantos anotaron fueron Egipto y Corea del Sur (1). La oncena más goleada fue Emiratos Árabes Unidos (11).
Anotaron 75 jugadores. El primer tanto fue del camerunés Francois Omam Biyik (67’) y el último por el alemán Andreas Brehme (85’), ambos, casualmente, contra Argentina.
Además se sacaron 165 tarjetas amarillas y 16 rojas. Argentina fue el equipo con más tarjetas amarillas (24) y rojas recibidas (2).
El argentino José Serrizuela y el alemán Andreas Brehme fueron los más sancionados con amarilla (3). Los jugadores Ricardo Giusti (Argentina), Khaleel Ghanim (Emiratos Árabes Unidos) y Eric Gerets (Bélgica), fueron expulsados por segunda amarilla.
Por roja directa se fueron al vestuario 13 jugadores: Rudi Voeller (Alemania Federal), Frank Rijkaard (Holanda), Pedro Monzón (Argentina), Andre Kana Biyik (Camerún), Lubomir Moravcik (Eslovaquia), Benjamin Massing (Camerún), Refik Sabanadzovic (Yugoslavia), Yoon Deok Yeo (Corea del Sur), Gustavo Dezotti (Argentina), Ricardo Gomes (Brasil), Eric Wynalda (Estados Unidos), Peter Artner (Austria) y Vladimir Bessonov (Unión Soviética).
Fueron sancionados 135 jugadores. El primero fue el camerunés Benjamin Massing (minuto 6 del juego inaugural ante Argentina) y el último, el argentino Gustavo Dezotti (minuto 87 de la final frente a Alemania Federal).
Todas las estadísticas fueron tomadas del portal digital de la FIFA.
El agua adulterada
Argentina y Brasil se enfrentaron el 24 de junio en Torino, en partido de los octavos de final. La Albiceleste ganó un gol por cero, con tanto de Claudio Caniggia al minuto 81. De este duelo, salió parte de la canción “Brasil decíme qué se siente”, cantada por los argentinos en el Mundial Brasil 2014.
Sin embargo, el duelo pasó a la historia por la polémica del agua con somníferos tomada por el brasileño Branco. Luego de una pausa del juego en el minuto 40 por falta a Pedro Troglio, el jugador tomó uno de los termos de la selección argentina, ofrecido por el masajista Miguel Di Lorenzo, bebió el agua y luego comenzó a sentirse débil.
El hecho fue negado en el momento por los argentinos, pero años más tarde fue reconocido por Diego Armando Maradona y otros integrantes de Argentina. El director técnico, Carlos Bilardo, nunca aceptó la versión, pero tampoco la negó.
Fue el último duelo de los suramericanos en un Mundial.
FIFA.com.- Faltan exactamente mil días para que el mundo se vuelva a reunir para disfrutar del mayor espectáculo de fútbol de la Tierra en un escenario singular. La distribución geográfica compacta de la primera Copa Mundial de la FIFA que se celebra en Oriente Medio y un país árabe, permitirá que las 32 selecciones estén siempre cerca de los ocho impresionantes estadios, las FIFA Fan Fest, algunos museos de renombre mundial, las dunas del desierto catarí y, lo que es más importante, las unas de las otras.
Aunque este torneo tan esperado pueda parecer todavía lejano para los aficionados, ya se han disputado 136 de los 900 partidos clasificatorios, y la infraestructura crece con rapidez alrededor de Doha. Dos estadios están totalmente operativos: el Khalifa Internacional y Al Janoub. Este año se inaugurarán tres sedes más: Education City, Al Rayyan y Al Bayt. Los otros tres se entregarán a tiempo para el torneo.
Asimismo, se han construido más líneas de metro, que ya han transportado a más de 50.000 aficionados para los tres encuentros de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA. Se están terminando las obras de nuevas carreteras y campos de entrenamiento, el aeropuerto se amplía y se ofrecerá alojamiento permanente y temporal a fin de satisfacer la demanda sin perder de vista el uso que se le dará tras el torneo.
«A falta de mil días, Catar va más avanzado que ningún otro organizador anterior. Quiere deslumbrar al mundo y va por buen camino —declaró Gianni Infantino, presidente de la FIFA—. La Copa Mundial de la FIFA de 2022 marcará un punto de inflexión desde el punto de vista cultural. El Mundial abrirá las puertas de esta región loca por el fútbol y ofrecerá una nueva perspectiva a sus habitantes y a los extranjeros, uniendo a las personas y sirviendo de vía para el entendimiento común».
A. R. Hassan al Thawadi, secretario general del Comité Supremo de Organización y Legado de Catar, añadió: «Hemos dedicado diez años de nuestras vidas, día y noche, a trabajar por este torneo. Personalmente, estoy muy emocionado, aunque también algo nervioso. Pero, lo más importante, es que no tengo la menor duda de que será el mejor Mundial. Estamos decididos a que la primera Copa Mundial en Oriente Medio y el mundo árabe marque un antes y un después en la historia de la organización de grandes eventos deportivos».
En cuanto a los preparativos, Catar y la FIFA han tomado nota de la experiencia de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA celebrada el pasado mes de diciembre, que se volverá a organizar en el país en 2020. Según las autoridades locales, más de 50.000 hinchas se desplazaron a Catar para disfrutar del torneo. La zona oficial de aficionados recibió a 43.000 visitantes a lo largo de la competición.
«Los torneos de prueba nos ofrecen una gran oportunidad para analizar los nuevos estadios, trabajar con las autoridades e integrar y formar a los equipos. Todo ello nos permite planificar mejor la Copa Mundial. Conforme se acerca, la planificación se centra más en el operativo. El equipo de la empresa conjunta que tenemos en Catar aumenta de tamaño, varias selecciones ya han visitado el país para inspeccionar las instalaciones de entrenamiento, y nos ocupamos también de que los grupos de interés conozcan el entorno: nuestros afiliados comerciales estuvieron en Doha el año pasado, y las principales cadenas de televisión, a principios de este año», explicó Colin Smith, director de la División de Torneos y Eventos de la FIFA y director ejecutivo de FIFA World Cup Qatar 2022 LLC (Q22).
«Dado que los proyectos de infraestructura cumplen lo previsto, una de nuestras máximas prioridades ahora es dar forma a la experiencia de los aficionados en 2022. Queremos un torneo abierto a todo el mundo, atractivo para las familias, y que muestre a nuestro país y a la región desde su lado más positivo. Hemos aprendido mucho de la Copa Mundial de Clubes en todos los ámbitos funcionales y aplicaremos estos conocimientos a la edición de 2020 y a los planes para 2022», garantizó Nasser al Khater, director general de Q22.